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Respeto. Poder. Atención. 

Era lo único que quería mientras ella estuviera con vida, lo único que de verdad deseaba para sentirte viva las veces que se le pegara la gana.

Experimentar cosas nuevas, sentirse deseada, amada y sobre todo sensual e inalcanzable. Que todos se no casarán de verla todos los días. Porque ella es así... le encanta que la miren.

Lo que ella no sabía era que a Han le encantaba hacerlo todo el tiempo. En su auto, en su camino a casa y sobre todo en el bar donde pensaba que no se volvería a aparecer por ahí.

Empezaba a tener nervios por lo que estaba pensando en hacer, la manera en la que se mordía las las uñas cada vez que se miraba al espejo le hacía creer que se veía como una puta.

Pero ella no quería verse como una puta. Quería verse como una mujer de verdad. La idea de caminar por toda la calle así la ponía nerviosa, era noche y el ambiente a esa hora era peligroso.





. . .





Entrando al vestíbulo se había estado preparando mentalmente para poder escuchar las palabras de su jefe.

Pensó que si le decía lo que tenía planeado estaría encantado y le daría change para aprender todo lo que las demás sabían ahí. Suspiró antes de entrar encontrándose con el, sentado en su oficina.

— Pensé que no volverías después del maldito escándalo que hiciste anoche —Decía mientras miraba papeles.

— De hecho quería hablar sobre eso —Sentía como su garganta se cerraba a cada vez que el la miraba a los ojos, como si quisiera llenarla a golpes a cada segundo que pasaba.

— La verdad no me interesa.

— Entonces hablemos de algo que si le pueda interesar —El tono de su voz había cambiado haciendo que el se interesara más en lo que sea que ella iba a decir.

Vacilaba si hacerle caso o no, ella sabía que el no se tomaría en serio lo que iba a decirle, estamos hablando de una chica que apenas había cumplido los diecisiete años con una reputación impecable en la escuela. Pero se iba a arriesgar, porque el que no arriesga no gana.

— Te escucho.

— Quiero ser como estas mujeres —Comenzó a quitarse el abrigo para mostrarle la ropa que tenia puesta. Una falda corta con unas medias de mayas que hacían que sus piernas se pudieran mucho mas largas.

Se acercaba a él para sentarse en su escritorio viendo como sus senos sobresalían de su sostén y de su blusa corta.

— Bailar como ellas, servir como ellas, poder sentirme viva, amada, poderosa y sobre todo una mujer... como ellas.

— Lo dices como si fuera tan fácil —Empezó a tocar sus piernas sintiendo la estructura de sus medias de mayas. Ella sentía un asco al saber que el la estaba tocando de esa manera pero era necesario para lo que quería hacer —Porque con la persona que debes hablar es con el dueño de este lugar... no conmigo cariño.

—  Entonces... ¿tu puedes hablar con el? —Le decía mientras tocaba su cabello.

— Así no funcionan las cosas, _____.

— ¿Como funcionan? —Le preguntó llegando su pierna a su zona débil, soltando a susurros cada palabra que ella decía.

— Debes verlo a él y manipularlo como lo estás haciendo conmigo pequeña mocosa.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora