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Levantó su cuerpo del sofá para irse donde estaba ella, el impulso de saber que piensa cada vez que ella lo ve era increíblemente tormentoso.

Si tan solo pudiera saber lo que pasaba por su cabeza le facilitaría mucho más el trabajo que estaba haciendo para acercarse a ella.

El problema es que ¿por qué tenía la necesidad de esperar que ella lo hiciera primero? ¿Por qué sentía eso? ¿Acaso era miedo? ¿Acaso estaba inseguro?

Los meses que tenía acostándose con Loren era algo que amaba pero sentía el hecho de querer probar esas cosas nuevas. Estaba ansioso por el hecho de que alguna vez tendría esa chica en su cama, pero no lo lograría si el no le hablaba primero, porque tenía totalmente en claro que ella no lo haría.

Maldijo miles de veces para volver a sentarse en el lugar donde el se veía sentado, escuchando como su padre reía burlándose de él por no hablarle a una colegiala.

— ¿Por qué tan miedoso? —Sonrió para ofrecerle otro vaso de whiskey para poder hacer que se relaje un poco — ¿O es que te sientes inseguro? ¿Los Años sin coquetear con nadie te ha hecho sentir viejo?

— Puede ser —Suspiró cerrando los ojos un rato, la luces led del lugar hacían que sus ojos dolieran.

— ¿Han confías en mi?

— No —Respondió sin dudarlo, aún con los ojos cerrados y sus manos encima de sus piernas.

— Deberías.

Kyung estaba harto de no ver como la situación progresaba, había hecho por su cuenta algunas investigaciones de la chica, sabiendo que estaba soñando con su carrera de medicina. Ella sabía de todo, hasta curar una herida muy profunda.

El mayor tomó una pequeña navaja que tenía en su saco, sacándola y tomando desprevenido a su hijo quien había sentido como el líquido espeso resbalaba por su brazo.

— Que mier... —Kyung le hizo señas de que se callara haciéndole saber que lo tenía bajo control. Estaba yendo hacia la menor con cara de susto y fingiendo preocupación había traído a la chica en donde se encontraban Han.

— Es mi hijo, un tipo lo lastimó antes de que entrara al lugar —La miró con sus ojos mostrando tristeza y sus cejas expresaban lo preocupado que estaba — Quería saber si hay algún lugar por aquí cerca.

— ¿Está bien? —Preguntó a Kyung un poco preocupada, mirando como Han presionaba la herida con enojo.

El asintió y cuando su cara fue iluminada por la luz blanca que adornaba el lugar se había dado cuenta de que el había sido el hombre que la había protegido de ese señor.

— Yo estudio medicina, si me permite puedo curarlo —Suspiró, haciendo que Han se levantara del sofá para ser guiado por la menor —Pero no puede ser aquí, no es recomendable.

— Haga lo que tenga que hacer, yo estoy de acuerdo y seguro que mi hijo también.

La menor había tomado a Han de sus muñecas y con sus manos estaba haciendo presión para que no siguiera saliendo sangre. El estaba totalmente enojado por tener a un padre tan hijo de puta. ¿En serio le había cortado la mitad de la mano? Era un animal.

Hizo que se sentara en una de las mesas y después de haber lavado sus manos había sido cubiertas por unos guantes. El estaba mirando como se movía de un lado a otro buscando las cosas necesarias que debía tener para curar su mano.

Se sentó atando su cabello haciendo que la mirara más de cerca, de verdad era muy hermosa. Una sonrisa salió de sus labios pero la borró enseguida para que ella no se diera cuenta.

— Abre tu mano —Había sido la palma de su mano y no sabía como mierda había conseguido hacerlo tan rápido.

_____ ponía algodones llenos de alcohol que pasaba una y otra vez viendo como el líquido que traía se tornaba azul a medida que la pasaba por encima.

— ¿Por qué es azul? —La duda había ganado su boca haciendo que hablara sola, mientras que ella solo lo miraba cada segundo sorprendiéndose de lo tan gruesa que era su voz.

Ella no dijo nada, solo siguió quitando todo el rastro de sangre hasta que el algodón dejara de ponerse azul. Buscó unas agujas e hilos para coser heridas en su botiquín prestándole atención a los detalles que debía puntuar y así no coserlo muy apretado.

Ella sabía que debía agradecerle sobre lo que hizo la noche pasada pero se sentía tan intimidada por la manera en la que se la comía con la mirada. Le gustaba tener su atención, porque sabía que ella le gustaba y eso la hacía sentir especial.

Había terminado de coser para poner una venda encima y protegerla de todo polvo o infección que pudiera invadir herida. Estaba totalmente en shock por haber hecho un gran trabajo como ese.

— Debes quitar las gasas y vendas cuando te vayas a duchar, cámbialas por unas nuevas cuando tu mano esté completamente seca, no antes porque puede tomar humedad y puede tomar una infección.

— ¿Todos los días? —También tenía preocupación por la herida en su mano. Estaba enojado con su padre, pero agradecido con ella.

— Si no quieres que te amputen la mano por causas de infección y pudrición... si.

— ¿Eso es todo?

— Si tu mano está roja quiere decir que está saludable pero si se pone morada debes visitar a un médico. Es importante que veas a uno si eso pasa.

El silencio invadió una vez más el ambiente haciendo que Han no la parara de mirar por lo hermosa y atractiva que era.

La menor guardaba las cosas en su sitio soltando su cabello otra vez, sintiendo la mirada de Han quemar toda su espalda y todo lo que tenía que ver con ella.

Sintió un frío recorrer la parte que sobresalía de su trasero y ella sabía que el podía ver la mitad de este saliendo de su falda. Estaba fingiendo no poder alcanzar la repisa en donde pertenecía el botiquín.

Las manos aparecieron de la nada para ayudarla, mirando hacia su lado encontrándose con su rostro, dándose cuenta de que el era muy alto y sexy.

— G-Gracias —Intentó sonreír pero su complejo de chica dura no se lo permitía —También por lo de aquella noche.

— Está bien que no agradezcas... —Estaban muy cerca y el sabía que ella pedía que la besara a gritos.

— Tu padre debería estar preocupado por ti —Sus intenciones eran hablar con naturalidad, pero por la manera en la que se estaba acercando hizo que lo hablara en un hilo de voz.

— Que se joda mi padre —Había dicho la frase con el mismo tono de voz que había usado ella.

Pegó sus labios con los de ella esperando a que ella hiciera algo pero no, solo se quedó ahí en shock porque no sabía que más hacer.

Han se había dado cuenta de que ella no daría la iniciativa, empezó a mover sus labios, la menor fue cerrado de a poco los ojos dejándose embriagar del sabor a whiskey con menta que tenía su boca.

Las manos lo traicionaron y al momento de por fin tocar esas lindas piernas sintió como lo había apartado y su mano se había estampado en su mejilla izquierda.

Había salido de ahí mientras que las palabras de Han disculpándose sonaban por todo el pasillo, sentía como la adrenalina invadía su cuerpo y las ganas de volver a besarlo también.

DIRTY┃HAN JISUNG. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora