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Los besos llovían por cada lugar donde pasaban, saliendo del club por la parte de atrás sin que nadie se diera cuenta de lo que estaba pasando.

Sus manos no paraban de tocarse uno al otro hasta entrar al auto, y junto al sentarse había puesto la menor cada pierna de su lado encima y al seguir besándola había encendido al auto.

Empezando a manejar con rapidez pero con cuidado, sintiendo los besos fríos llenos de labial en su cuello, que podía sentir que la adrenalina estaba empezando a invadir su cuerpo y las personas que estaba ahí en aquel semáforo esperando a cruzar la calle, a pesar de que fuera de noche podían ver a través de la luz interior del auto lo que estaba pasando ahí adentro.

Lo besó otra vez haciendo que soltara una maldición por lo lejos que estaba su departamento. Empezó a acelerar rápido gimiendo el todo el camino.

_____ se estaba encargando de hacer que estuviera perdiendo la cabeza, quería que Han la destrozara, no tenía miedo de salir lastimada, solo quería sentirlo, estar con el en todo el sentido en el que se pudiera estar con alguien.

Estaba enganchada con el desde que lo había visto en el club con esa pinta de hombre hijo de puta, aunque sabía que era uno pero tampoco sabía que los sensibles existían.

Era lo más atractivo que había visto en un nombre, poder expresar todo lo que sentía sintiendo miedo de hacer daño, estaba completamente pegada a él.

Habían llegado y con la poca paciencia que tenía la había sacado de ahí con sus manos, apretándolas porque sentía que iba a perder la cabeza si no se la cogía ahí mismo.

Antes de entrar se había encontrado con uno de los guardias que su padre había enviando tratando de cuidarlo. Suspiró haciendo que ella caminara mas adelante diciéndole que iba a ir por ella pronto.

— Te prohibo que dejes entrar a Karl, mi padre, Loren o cualquier persona que me joda la maldita noche, ¿quedó claro? —El asintió —Bien, buenas noches.

Corrió hacia el ascensor logrando entrar con ella devorando sus labios otra vez porque sabía que no se iba a aguantar hasta el último piso.

La cargó abriendo sus piernas metiendo sus manos acariciando su ropa interior y cuando miró hacia arriba ella estaba haciendo contacto visual todo el tiempo. El sonrió y ella también.

El ascensor se abrió dejándolos en la habitación más grande de todo el edificio. La tomó llevándola hacia la cama lanzándola ahí poniendo su cuerpo encima volviéndola a besar otra vez.

Sus manos se deslizaron con cuidado hacia su parte quitando la falta de cuadros que tenía, que por cierto le quedaba increíblemente hermosa.

Besó su cuello dejando pequeñas marcas que se borrarían solo en días y con una mirada de súplica lo tomó de su cabello ligeramente llevándolo hacia abajo diciéndole lo que quería.

Ella sabía lo que quería siempre y a él le gustaba, quitó la falta viendo como ella se quitaba solo su blusa dejando su sostén morado resaltar entre la luz de la luna.

Quitó sus bragas con lentitud haciendo una mueca de satisfacción al ver todo el líquido pegajoso que había retirado de ahí, estaba tan mojada que podía saciar su sed con todo todo.

Lamió sus labios escupiendo una pequeña porción de saliva y lamer la zona aún mirándola a los ojos, con los muslos de la menor en sus grandes manos. Abriendo sus piernas aún más escuchando como gemía sin control lo hacía sin censura, sin algún límite que hiciera que se avergonzara de lo genial y celestial que sonaba su voz.

Sintió sus dedos enredarse en su cabello empujando un poquito su cabeza, su lengua era una de sus atributos mas importantes que tenía, sentía que si no tenía una no iba a poder tener todo ese sabor a gloria que estaba probando ahora mismo.

Sus manos subían por su cintura sintiendo como se arqueaba de todo el placer que estaba transmitiéndole Han. Sus manos sintieron la tela de su sostén, gruñendo por no sentir toda su piel con claridad.

Al sentir que sus piernas estaban tensándose sabía que estaba a punto de llegar, las manos de la menor aún estaban en su cabello y el dolor que sentía el sentir como lo jalaba con inconsciencia le gustaba mucho.

— ¡Mierda! —Gritó sintiendo como al correrse el aún estaba ahí, sintiendo como ella se retorcía de lo sensible que estaba su clítoris después de aquel oral.

Al separarse había mordido un poco uno de sus pliegues haciéndole unas cosquillas viendo como la menor había soltado una sonrisa.

Subía por su abdomen besando besos y algunos chupones para recordar, y con sus manos decidió quitándose ese sostén mientras que con la otra se quitaba su cinturón y su pantalón junto con su ropa interior.

Pegaron sus labios otra vez con suspiros sintiendo el sabor de sus lenguas y el sabor de su feminidad invadir su boca. Soltó un suspiro y un gemido haciendo que Han se pusiera tan suave encima de ella.

Llevó sus manos a sus brazos y acariciando todo este hasta llegar a sus manos. Estaban encima de su cabeza sosteniéndose con una mano mientras que con la otra sentía todo su cuerpo encargándose de probar cada parte de ella sin prisa.

Lamia su seno con suavidad pero con tensión al mismo tiempo, sintiendo lo electrizante que se sentía que un hombre la tocara de esa manera y mucho más si tenía experiencia.

Empezó por el otro también cambiando de manos para hacer lo mismo que había hecho Segundos anteriores.

La menor mordió sus labios entrelazando sus brazos en su cuello luego de haberla soltado sintiendo como aún besando sus labios se encargó de abrir sus piernas y por fin entrar en ella.

— Empezaré suave —Avisó para pegar sus labios una vez más sintiendo como la menor lo estaba disfrutando.

Entró tan suave y sin problema, estaba demasiada lubricada con sus jugos naturales que no se molestó en herirla. El sabía que no era virgen, pero aún así debía tener cuidado.

— Dios mío —Gimió en un hilo de voz dándose cuenta que el se sentía tan bien.

Sintiendo lo suave que era su piel en las palmas de sus manos, sintiendo todo el cuerpo pegarse a ella por el sudor que generaban. Estaba en el cielo y no se estaba dando cuenta.

Todo era suave, pero a medida que iba pasando los se estaba acelerando un poco. Ella un no podía quitarle las manos de encima. Le encantaba poder sentir cada parte de él como había deseado cuando lo vio el el club.

Esto era sucio, poder compartir una vida sexual con un hombre que le doblaba la edad era algo incorrecto. Pero aún así le gustaba eso, le gustaba el riesgo de que puedan descubrirla y que todo se fuera a la mierda.

— Abre mas tus piernas —Ordenó poniendo sus piernas cada lado de su cintura sosteniéndolas con sus fuertes brazos.

— No pares —Le suplicaba en un hilo de voz mirándolo sin quitar el contacto visual. Estaba haciéndolo rápido que podía ver como soltaba una sonrisa y sus ojos podían cerrarse a señal de que lo estaba disfrutando.

Los gemidos se ahogaban en sus besos y las risas se mezclaban porque por fin ellos sabían que sentían uno al otro.

Estaban satisfechos y eso era lo más importante de esa noche.

DIRTY┃HAN JISUNG. Where stories live. Discover now