Capitulo 1 - Orígenes. (Parte I)

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Nada en el día de hoy parecía común. Generalmente, una chica de 24 años estaría fuera de casa un sábado a media noche, probablemente pasándolo bien con algún grupo de personas a las que consideraría amigos con los que tuviera millones de cosas en común. Pasarían la noche bailando, riendo y celebrando a lo grande.

En lugar de eso, Alina Evans, desde hace unas horas, oficialmente ingeniera y bioquímica, no conocía mejor forma de celebrar su doble graduación que permaneciendo en casa, regodeándose en sus miserias y flagelándose con la muerte de su padre.

Había pasado casi cuatro años desde la noche que lo cambio todo. Aquella noche su mundo casi perfecto quedo destruido, para siempre cuando dos hombres con uniforme llamarón a su puerta y le dijeron a su madre que su padre había muerto, algo que ella ya sabía.

Todo entorno a aquel suceso era extraño, su padre jamás había dejado entrever algún tipo de pista o indicio que les llevara a sospechar para quien trabajaba. Pero claro, si de verdad su profesión era aquella que las noticias en televisión decían, Josh jamás hubiera permitido que su mujer Katie o Alina lo supieran.

Todo a su alrededor estaba tranquilo, en silencio. El salón de una pequeña pero acogedora casa era como su burbuja de aislamiento, allí donde podía encontrar un momento de paz rememorando viejas historias con su padre, historias que jamás tendría ocasión de repetir.

A su alrededor, montones de fotos, probablemente si su madre estuviera en casa le diría que recogiera todo aquel desastre pues, era algo así como una maniática del orden. Pero claro, la mujer después de que su esposo falleciera tuvo que ponerse los pantalones, buscar dos trabajos y llevar las riendas del hogar, así que era comprensible.

Alina odiaba que su madre trabajara tanto pero, de no ser por ella, jamás hubiera podido graduarse, ni permitirse cursar dos carreras al mismo tiempo. Claro que, todo había sido mucho más fácil ya que las universidades más importantes de Reino Unido se daban de tortas por ella, lo que significa que una beca jamás le faltó.

Sin embargo, en el día de hoy, cuando debería estar celebrando el fin de carrera, esa emoción se veía empañada por las lágrimas en recuerdo de su padre. Cuanto le hubiese gustado que él estuviera presente en la ceremonia.

Katie, pidió permiso en su trabajo de día, en una pequeña librería del centro de Little Shelford, al sur de Cambridge, donde Ali y ella vivían. Pudo ver emocionada y orgullosa como su pequeña, ya no tan pequeña, se convertía en una ingeniera bioquímica de la que el mundo oiría hablar, estaba segura de ello.

El momento había sido triste, ambas hubieran deseado que Josh estuviera allí pero Katie era una mujer fuerte y no dejaría que su hija le viera afligida. Lamentablemente, en cuanto el acto acabo cerca de las seis de la tarde, la mujer tuvo que irse a POP’s, el bar donde cada noche cocinaba para todos los clientes hambrientos del local.

Alina en cambio, volvió a casa, no tenía amigas que la arrastraran hasta un club en el que bailar y emborrachase hasta el amanecer. Se había centrado tanto en sus estudios que cuando quiso darse cuenta, había pasado la etapa más importante de su juventud rodeada de libros y formulas.

Y ahora ahí estaba ella, llorando, recostada en el sofá del salón que contenía cuadros en las cuatro paredes con fotos de las dos personas más importantes de su vida, Katie y Josh Evans, sus padres. 

El televisor apagado frente a Alina dejaba que esta viera como el maquillaje que horas atrás había estado perfecto, ahora estaba corrido y arruinado sin solución posible. Tampoco es que le importase, nadie tenía que verla.

La castaña hecho una pequeña mirada alrededor de la habitación, paredes color crema, muebles de pino con algunos detalles en verde pastel, un sofá a su derecha y otro detrás de ella, quien se encontraba sentada en el suelo con la espalda apoyada en dicho sofá mientras a su alrededor, un mar de fotos escampadas por todo el piso inundaban la estancia.

Alina había recorrido con la mirada cada una de esas fotos desde que había llegado a casa. Se había quitado aquellos tacones infernales que su madre había insistido en que se pusiera y había ido directamente al mueble donde su Katie guardaba una caja con la mayoría de fotos de su padre.

Abrió la caja las dejo caer al suelo y ella tras las fotos y así, había llegado hasta ese momento en el que su vista se posó especialmente en una foto que la hizo quedar paralizada, acongojada y triste, tanto que, sin desearlo su mente volvió a un recuerdo pasado que prefería no revivir.

Marked by the Thunder (Thor)Where stories live. Discover now