Capitulo 26 - Mía (Parte 2)

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En cuanto Alina pronuncio ese "Hazme tuya" fue capaz de observar lo que podía provocar en el Dios del trueno. La mirada azulada de este se torno oscura, invadida por un tinte de deseo y anhelo que pretendía saciar en ese mismo instante.

- ¿Estas nerviosa?- le preguntó el rubio al ver como ella se mordía el labio inferior.

- Si- reconoció con timidez- ¿Y si no te gusto? ¿Y si no soy como esperabas? ¿Y si...?

- ¡Para!- la detuvo sujetándola por los hombros- Eres todo lo que alguna vez pude haber soñado. No me hace falta ver debajo de toda esa ropa para saber lo perfecta que eres porque mi amor por ti va mucho más allá de lo que tú exterior refleja. Nace por lo que tienes ahí- concluyó Thor señalando su corazón.

Alina sentía como todo en su interior se sacudía. Ese hombre era perfecto, y le juraba amor eterno, algo que ella jamás hubiese imaginado merecer. Pero cuando vio como Thor la cogía tiernamente de la mano y bajo la dulce melodía, que sonaba lo suficientemente bajo como para ser escuchada pero no tan alto como para molestar, la arrastró delicadamente obligándola a moverse con él, que en ningún aparto la mirada de sus ojos.


Tras unos cortos pasos llegaron a las gruesas y mullidas mantas que estaban extendidas por el suelo. Afortunadamente esa noche la temperatura era buena y su chica no pasaría frio. Con cuidado de no acelerarse y como consecuencia, provocar que la chica que lo observaba con ojitos de cordero degollado se arrepintiera y se echara para atrás, se acerco a ella hasta quedar nariz con nariz.

Ali notaba como la respiración se le dislocaba, su pulso estaba desatado y cada terminación nerviosa de su cuerpo estaba desbordada. Pero la cercanía de su rubio favorito y el calor del amor que él le prodigaba la forzaron a ser valiente.

Habia esperado mucho tiempo por ese momento. A su edad la mayoría de chicas habían sido desfloradas hace años, pero la verdad es que no las envidiaba. La gran parte de ellas lo habrían hecho con algún chico del que no estaban enamoradas, en un lugar ridículo y cuya experiencia no fue agradable.

En cambio ella estaba allí, en el lugar perfecto y con el hombre perfecto. Uno del que estaba infinitamente enamorada. Verdaderamente, había valido la pena esperar.


Thor viendo la pequeña arruguita que se formo en el entrecejo de Ali intuyo que los engranajes de su cabecita estaban en funcionamiento y no iban a dejar que se relajara hasta que se lograra olvidarse de todo y de todos. Debía mantener su consciencia en el presente, en lo que estaba a punto de suceder entre ellos. Solo en los dos. Solo él y ella, dispuestos a amarse.

Thor enmarco el delicado rostro de Alina con sus manos y lentamente se acerco a ella. A Alina le pareció una eternidad. Cuando por fin sus labios se encontraron todos sus pensamientos se esfumaron y supo que esa noche iba a ser la más especial de toda su vida.

El dios del trueno movió los labios con delicadeza invitando a la castaña a marcar su propio ritmo para no espantarla. Alina seguía el beso derritiéndose de amor interiormente, y cuando sintió la lengua de Thor presionando contra sus dientes para abrirse camino, no pudo hacer más que responder y dejar que ambas bailasen al mismo son. Estaba nerviosa y tenía miedo, era una total inexperta y no sabía que debía hacer o como moverse. Es más, estaba tan tremendamente preocupada por hacerlo bien que ni si quiera estaba dedicando tiempo a sentir o disfrutar del momento, y Thor lo supo.


Aunque no se conocían desde hacía años, Thor leía la mente de Alina como si de un libro abierto se tratase. En ocasiones la conocía incluso mejor que ella misma. Por eso, cuando detecto los reparos que tenía a la hora de tocarle se separo de ella provocando que Ali soltase un gemido de disgusto. Él rio para sí mismo.

Marked by the Thunder (Thor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora