Capítulo 30 - ¿Sacrificio?

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Alina con los sentimientos desbordados e incapaz de creer lo que estaba ocurriendo, se llevo las manos a su estomago y lo toco para asegurarse de que el arma empuñada, por su ahora ex compañero, no la había herido.

Había estado tremendamente cerca de hacerle daño con ese cuchillo de gran tamaño. Por suerte, ella había intuido los propósitos de Triplett a tiempo y lo había alejado antes de que él le traspásese el estomago con la hoja afilada del arma.

- ¿Que estabas haciendo?- exigió saber Alina totalmente fuera de sus casillas.

- ¿Es que no es obvio?- respondió Triplett riéndose de ella- ¿Todo te lo tengo que explicar?... ¡Matarte!

Al escuchar su contundente afirmación la marcada por el rayo sintió como su rostro se volvía pálido. Por mucho que mirase al hombre que tenia frente a ella a solo unos seis metros de distancia, nada tenía que ver con ese al que ella conoció. Nada quedaba de quien un día había sido, del agente amable con el que compartió misiones, que sufrió la pérdida de compañeros junto a ellos y al que días antes, hubiese considerado alguien de plena confianza. Honor, lealtad y dignidad ya no eran palabras que le definían.


Él continuaba mirándola como un gato mira a un ratón, listo para saltar sobre ella y cazar a su presa. Triplett dio un paso al frente pero Alina le gritó para que se detuviera.

- ¡Quieto ahí! No intentes dar un solo paso más o te arrepentirás.- le dijo ella sonando más amenazadoramente de lo que alguna vez pudiese haberlo hecho.

- ¡Ja, ja!- se carcajeó de ella- ¿Qué vas a hacerme? ¿Matarme con ese don que sigues sin tener? No seas ingenua Alina, voy a matarte así que, hazme un favor y no compliques las cosas.

- ¿Qué es lo que te hizo Hydra realmente? Este no eres tú.

- No me hicieron nada, estúpida. Todo fue parte de un plan. El que me capturasen, el fingirme roto, débil e incapaz de nada. ¿A que no pensasteis que yo pudiera ser el infiltrado?- preguntó él sintiéndose orgulloso de su hazaña.

La frialdad con la que el hablaba acerca de arrebatarle la vida y como había actuado, hizo que Alina sintiera escalofríos por todo su cuerpo. No podía adoptar una pose amenazante ante él o de lo contrario lo enfurecería más al verse retado y, las pocas probabilidades de que aquella situación acabase bien para ella se irían al garete. Opto por una nueva táctica, hurgar en sus sentimientos, directa hacia donde sabia que le dolía.


- ¿Por qué haces esto? ¿Qué crees que pensaría May si te viera?- preguntó Alina adoptando un matiz de tristeza en su voz.

- ¡No la menciones! ¡No tienes derecho a hacerlo!- gritó el moreno- Hago lo que tengo que hacer. Puede ser que no lo entiendas Alina, pero... En ocasiones tu vida llega a un cruce de caminos y debes elegir hacia donde te vas a dirigir. Yo elegí un cambio de sentido, elegí al bando ganador.

- Un bando que mato a May- escupió ella.

- ¡No! Eso no es cierto.

- ¡Claro que si¡

- ¡Cállate!- ordeno él- ¡Cállate, cállate! No tienes ningún derecho a hablar sobre ella. A nadie os importaba. Murió y todos seguisteis con vuestras vidas como si nada, como si no se hubiese ido para siempre, se sacrifico por todos nosotros y no lo supisteis valorar, pero yo os hare pagar por ello.

El rostro del hombre reflejaba un sufrimiento cubierto por una ira voraz teñida por sed de venganza. Siempre habían pensado que Coulson fue el más afectado con la muerte de May, era su mejor amiga y todos centraron su mirada en él sin darse cuenta de que, quien más perturbado había acabado, había sido el agente Triplett y, Alina ahora sabía el porqué.

Marked by the Thunder (Thor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora