Capitulo 14 - Acción

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Un par de horas más tarde después de que Alina quedara dormida, unos golpes sucesivos desde el otro lado de la puerta lograron sacarla de la cama. Medio adormilada, con el pelo como si un nido de pájaros estuviese viviendo en él y con un camal del pantalón subido hasta la rodilla se dispuso a abrir la puerta.

Cuando logro avanzar más de dos pasos tropezó con sus zapatos y casi se deja la cara estampada en el piso. Volvió a reincorporarse frotándose los ojos y abrió la puerta, logrando así que los molestos golpes se detuvieran.

Ni si quiera pudo ver quien estaba al otro lado antes de que una serie de prendas de vestir llegaran volando hasta su cabeza.


- Cinco minutos. En el gimnasio. Coulson te espera.


Rápidamente se quito toda aquella ropa de color negro que obstaculizaba su visión y pudo ver como Natasha Romanoff se alejaba por el pasillo a paso firme. Su orden había sido clara y directa sin embargo, tuvo que esperar un par de segundos hasta que sus piernas decidieron obedecer, cerrar la puerta tras de sí y ser consciente de que debía cambiarse.



¡Dios! Se quejo ella interiormente. ¿Qué hora era? Estaba durmiéndose incluso estando de pie. Al mirar hacia el reloj que había sobre su mesita de noche casi vuelve a caer de bruces ¡Las cinco de la mañana! ¿Quién era el ser inhumano que tenia la poca consideración de sacarla de sus dulces sueños para hacer quien sabe qué?

Se dejo caer en la cama cerrando los ojos, deseando quedarse un poco más allí sin hacer nada. ¡Espera! Se dijo así misma. ¿Sin hacer nada...? ¡No! ¡Jo...lines! Hoy empezaba su formación como agente.

Volvió a mirar el reloj, dos minutos habían pasado. ¡Genial! Su primer día y ya iba llegar tarde... En ese momento todo el sueño que sentía desapareció de su cuerpo, se levanto de la cama y tan rápido como pudo se puso la ropa de deporte que la agente Romanoff le había "entregado", por decirlo así... ya que más que dársela, se la había lanzado. Esa mujer tenía una mirada fría, era ruda y le daba mucho miedo.

En dos minutos consiguió pasar por el baño, asearse y vestirse y a falta de un minuto para que el plazo que le había dado acabara, cerró la puerta de su habitación tras de sí, no sin antes despedirse del durmiente Panchin y puso rumbo al gimnasio a toda velocidad.


En los pocos metros y casi incontables segundos que tardo en llegar a su lugar de destino, su mente estuvo dando vueltas. ¿Por qué había sido la agente Romanoff quien había ido a darle el aviso? ¿Acaso ella iba a ser su...? ¡No, no, no! Cualquiera menos ella. No soportaría tenerla como su OS. Esa mujer le inspiraba demasiado respeto, temor... ¡Pero si ni siquiera había sido capaz de sostenerle la mirada las dos veces previas que la había visto!

Cruzando los dedos para que sus temores no se confirmaran accedió a través de las grandes puertas del gimnasio al interior de este, encontrándose con un sonriente Director Coulson y una más que sería Agente Romanoff.

A medida que iba a cercándose a ellos los malos augurios la envolvían y la rozaban más de cerca, se temía que sus pensamientos iban a estar en lo cierto y eso solo conseguía que los nervios de su primer día aumentaran todavía más debido a la inquebrantable mujer que, la observaba de la misma forma en que una águila vigila a su presa.


- Buenos días Señorita Evans- saludó Coulson amablemente.

- ¿Las cinco de la mañana Coulson? ¿Enserio?- dijo ella escéptica.

Marked by the Thunder (Thor)Where stories live. Discover now