Capítulo 28 - Odín

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Si alguien le hubiese preguntado a Alina como imaginaba la primera vez que visitara Asgard, desde luego, nada habría tenido que ver con la situación actual.

Se sentía mareada, confundida y de pronto, sola. Los brazos de Thor la soltaron cuando sus pies tocaron tierra firme, aun sabiendo el aturdimiento del que ella estaba siendo víctima. Solo fueron necesarios unos segundos para que la castaña visualizara el escenario que les rodeaba.


Acababan de cruzar la puerta del reino de Odín gracias a Heimdal, que había cumplido su palabra y les había abierto el puente arcoíris. Una especie de cúpula dorada los cubría, tanto a ella como a todo el destacamento de agentes de S.H.I.E.L.D. que se habían embarcado, junto a los Vengadores, en esta hazaña. Alina no pudo evitar reparar en el piso. Era de oro, con preciosos intricados. Más adelante, escudriñando la enorme sala redonda, se topo con unos escalones justo en el centro.

Su mirada ascendió uno por uno por los peldaños hasta ver como arriba, en una superficie circular, había una espada clavada y, un hombre enorme y moreno, con vestimentas tan doradas como las paredes de ese lugar, la mantenía sujeta.

Cuando él retiro el arma de tremendo filo, el portal se cerró y juzgó con la mirada a cada uno de los presentes. Era el guardián.


Ali se sintió fascinada por sus ojos, jamás había visto unos así. Eran amarillos con motitas de color oro y, aunque parecían ser cálidos y bellos, la forma que adquirían les hacían ser tan temibles como la mirada de una pantera. Como contradicción, nada en él le recordaba a la gracia felina. No le hacía falta verle en acción para saber que era un bárbaro, un bruto, un castigador. El protector.

Ali lo intuyo de inmediato y odió ser tan empática. Se sentía mal por haber fallado a su gente. Se suponía que él debía protegerlos y, sin embargo, no había divisado la intrusión de los gigantes de fuego en su reino. Y si lo hizo, no fue suficiente poderoso como para detenerles.

- ¡Heimdal!- bramó Thor sonriente al reencontrarse con su viejo amigo.

- Has tardado un poco en abrir el puente ¿no crees?- se quejó Loki que, en un momento dado, temió porque el guardián de su mundo no fuese capaz de cumplir con su parte del plan.

- Ahora no- respondió el de la armadura dorada al ver como Thor se acercaba para saludarle en un abrazo típicamente masculino.- Fuera de la cúpula, desde el puente hasta las puertas del castillo, está repleto de siervos de Surtur. Hay que salir de aquí cuanto antes.

- No ha sido tan fácil llegar hasta aquí como crees, pico de oro- le dijo a Loki un hombre rubio, con cierta similitud a Robin Hood, por su queja de antes.

- ¡Deja de llamarme así!- gritó Loki enervado.

- Le llama pico de oro desde que éramos niños- susurró Thor cerca de Alina a modo de explicación.- ¡Basta!- intervino Thor al ver que los dos hombres iban a comenzar un enfrentamiento- Dejemos nuestras rencillas a un lado, amigos. Todos estamos aquí por una sencilla razón, y es: salvar a los nueve mundos. Ahí fuera esta nuestro primer obstáculo- apuntó el rubio caminando por la sala.- En cuanto abramos esas puertas, nos asaltaran y, solo aquellos que seamos lo suficientemente rápidos, fuertes y astutos conseguiremos llegar al castillo. Pero, no os equivoquéis, la guerra todavía no ha empezado.

- Para llegar al castillo- dijo un hombre de constitución gruesa, pelirrojo y con una barba tan larga como la de papa Noel, poniéndose al lado de Thor.- hay que seguir el puente, nos abrirán las puertas cuando nos vean llegar.

- ¿Y el velo?- preguntó el doctor Banner antes de convertirse en Hulk- ¿Podremos cruzarlo?

- Si, al menos mientras Loki lo mantenga abierto.- respondió el pelirrojo- Por eso, es importante que no nos dispersemos y nos mantengamos cerca. No sabemos cuánto tiempo podrá mantener abierto el acceso. Además, corremos el riesgo de que entren gigantes al castillo.

Marked by the Thunder (Thor)Where stories live. Discover now