✞Capítulo 23✞

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Nessa Morgan.

Dejé la puerta abierta para que Kai y Chris pudieran meter a Karim y recostarla en el pequeño sofá de la salita. Caminé hacia la estancia de la mini recamara y ahí estaba la otra chica sentada en la orilla de la cama, me acerqué y sonreí apenas ella me encontró.

—¿Estas bien? —quise saber. Ella asintió y luego tapó sus pies. —No he venido a molestarte, es sólo que... bueno, hay más problemas.

Me recargué sobre el marco de la puerta y admiré su anatomía. Ella ya no estaba en mi un mal estado, había sido cuidada por Maddison muy bien, ella merecía mucho (hablo de Maddison). Pronto sentí como Kai se acercó y puso su mejilla sobre mi hombro, su aliento pegaba en mi cuello y eso me hacía estremecer.

—Kai... hay cosas que debemos hablar. —solté en un murmuró. —Nada está bien.

—Lo sé y lo siento.

—No es tu culpa, no sólo tuya. —recargué mi cabeza en la de él. —¿Ella es tu hermana? —pregunté.

—Lo es. —admitió. —Ella lo recuerda todo.

—Ven. —lo tomé de la mano y lo llevé hasta donde estaban los demás.

Chris se encontraba tirado en el suelo, Mason estaba fumándose un cigarrillo junto a la ventana, la lluvia caía con furia, esta asolaba los ventanales pero a Mason eso no le importaba.

—Oigan, debemos hablar. —dije, sentándome a la par de Chris. Chris soltó un quejido. —Sé que ahora es una mierda todo pero...

—Esto es una maldita mierda —soltó Chris. —. ¿Se han dado cuenta lo qué pasó con Jim? Es inocente ¡joder! —se quejó.

—Lo sé, intruso. Sé qué hay gente inocente que no debe estar sufriendo de la manera en la que lo está... pero ¿qué hacemos? No podemos ir por ahí salvando la vida de todos.

—¿Quién lo dice? —soltó Mason. —¿La tía que acogió a un tío y lo protege como un tesoro? Vale, ahora créete todas tus palabras, Morgan.

¡Push! Eso me dolió, Masin...

—¡Basta, Mason! No ahora, por favor... —pedí sin aliento.

—Tiene razón. —sacudió Chris. —Hablemos de lo que realmente importa... —echó miradas entre nosotros.

—Necesitamos a todos aquí, diez cerebros piensan mejor que cuatro llenos de mierda. —Lancé.

—Oh no, vallamos a otro lugar. Mi padre se va a rayar cuando vea a la manada que habrá aquí. —informó el rubio de ojos azules.

Chris me echó la mirada y... sabía a qué se refería él.

—Chris, no... tenemos mucho sin...

—Ahí será. —interrumpió. —Vamos y... mándale mensaje a todo mundo y que se reúna allí. —ordenó.

Lo hice, lo reenvié a todos y todos se negaron por la lluvia que azotaba al pueblo. Kai se había quedado, fue idea de él; había dicho que se quedaría a cargo de ambas chicas y que después vería cómo regresar a casa, él siempre se las liaba para hacerlo, así que lo haría. Confiaba.

Uniones peligrosasWhere stories live. Discover now