✞Capítulo 24✞

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Christopher Vélez.

Los ojos de Karim se cerraron, los nuestros se adhirieron en aquella chica que empezaba a ponerse pálida pero se sostenía tan fuerte. Sudorosa y temblorosa, abrió los ojos. Se fijaron en la pelinegra y asintió lentamente. Desesperados todos por querer saber, guardábamos silencio como nunca.

Su atención fue al rubio extraño, al inmortal ese que vivía a lado de mi casa. Kai se encontraba recargado sobre la madera de la pared, casi a lado de la chimenea que estaba apagada, estaba bajo la obscuridad, alejado de la fogata, donde nadie podía ver más allá de lo que era.

—Número uno —Soltó, sus dedos se apuñaron y continuó con dificultad: —. Así serán asignados todos aquellos que eran sometidos a tratamientos.

—¿Tú que eras? —pregunté con muchísima pero muchísima curiosidad.

—Número dos. —confesó. —Hay más, no somos los únicos. Las tablillas dicen que son ocho en total. —informó.

—¿Cuatro? —preguntó con asombro el moreno.

—Cuatro, —afirmó la chica. —sólo fueron cuatro chicos afortunados. —manifestó, con sarcasmo.

En efecto. Todos nos encontrábamos casi delirando o creyendo que lo hacíamos juntos con ella. La información que nos aventaba era como no muy fiable, y teníamos tantas razones para desconfiar y pensar que era una loca desquiciada. Pero no, también había credibilidad en sus palabras y gestos.

—¿Y el primero? ¿Quién fue el del origen? —preguntó Nessa, angustiada.

La vista de Karim pasó por cada uno de nosotros y se detuvo justo en el rubio de orbes verdes. Aún sin anunciar nada se remolió sobre su lugar soltando quejidos de dolor que provenían de su cadera. Tragó saliva con dificultad y luego entrecerró los ojos.

—Kai... —soltó aún sin mirar a alguien. —Kai fue el origen y él es el único que tiene todo el tratamiento completo, nosotros, los que fuimos creados después estamos en espera y aún necesitamos transplantes de médulas. —soltó el aire por las fosas nasales al mismo tiempo en que lo decía.

Los que estábamos allí estábamos con la boca abierta, parecíamos estúpidos, pero unos estúpidos tratando de analizar la situación por la que estábamos pasando, o mejor cucho en la que nos habíamos metido. Miré a Kai, quien se encontraba confundido, su rostro estaba arrugado y por más que esa noticia le hubiese caído de golpe no decía nada.

—Cuando Kai desapareció todos volvimos al lugar del inicio y esta vez traíamos con nosotros más problemas, en este caso, a uno de los chicos tan sólo le quedan unos cuántos meses más de vida, mientras que a mi... eso es impredecible, sólo que el tratamiento incompleto va comiendo mi cuerpo por dentro y eso es tan doloroso.

Karim parecía tener una memoria muy fuerte y muy buena a decir verdad, porque cada detalle que daba era explícitamente dada. Karim no quería perder tiempo en contarnos todo, cada una de las cosas por las que ella había pasado, pero alguien le debía decir que no era una noche de historias de terror, que cada uno tenía vidas fuera del misterio, que cada uno teníamos reglas que respetar, aunque unos más que otros.

El momento en que Karim duró informándonos sobre todo, fue largo, muy largo. Ella había dicho que su padre había sido uno de los químicos, pero que había muerto ya hace mucho tiempo. La cosa fue después de que cada quien regresó a su casa; Nessa se ofreció en acompañarme a dejar a Bridget a su casa y con nosotros fue la chica nueva. Karim.

Uniones peligrosasWhere stories live. Discover now