✞Capítulo 27✞

15 4 18
                                    

NESSA MORGAN.

Noche más corta la que había tenido ayer. Aunque sabía que no había sido la única que había tenido que pasarse los pensamientos en repetidas veces y eso lo pude verificar cuando miré las ojeras de Chris cuando iba saliendo de su casa; su corbatín estaba chueco y su pantalón arrugado. Me daba pena decirlo, pero que desastres era.

—¡¿Pero qué mierda te ha pasado?! —preguntó horrorizado.

—¿Qué? ¿Qué tengo? —quise saber, llevándome las manos a la cabeza y cara.

—Tú cara se ve como el mismísimo culo. —se burló.

Okey, pero eso era muy normal, no me quejaba. Pero ¿tan mal me veía?

Caminamos hasta la cafetería del colegio, donde pedimos una chocolatada y mientras esperábamos la primera clase nos sentamos a procesar todo.

—¿Pensaste en que más podemos hacer? —preguntó él.

Negué. —Pensé todo menos eso, no pude ni dormir un poco. —me quejé.

—Pienso que Karim puede decirnos más o incluso la otra chica pero es imposible que esta suelte algo. —gruñó.

Respiré profundo y negué. Tenía razón pero yo ya me estaba cansando, incluso quería ya acabar y dejar todo, pero a la vez sentía que Melodie podía estar gritando por ayuda y eso sí que me remolía el corazón de pollo que tenía.

El silencio invadió nuestro espacio por un largo tiempo hasta que la escandalosa voz de Bridget recorrió cada rincón del comedor.

—¡Buenos días! —gritó. Se acercó a nosotros y nos acompañó. —¿Vendrán mañana al evento? —inquirió.

—Posiblemente, sí. —respondió Christopher.

—¡Que bueno! —celebró. —Tengo que presentarles a alguien. —aplaudió.

Recogió sus cosas y luego se perdió al atravesar la puerta de salida. Por otro lado, nosotros nos quedamos otro buen rato sentados, no hablábamos mucho o por lo menos nada que no fuese una burla sobre la mierda de cara que teníamos en esos instantes. Dios, que magnífico era eso.

Poco después nos encontrábamos recogiendo los libros que necesitaríamos y justo enfrente de nosotros pasó mi querido y hermano, Joel. Parecía un ser tan detestable, sucio y vagabundo, aunque a decir verdad lucia normal, pero hablando enserio, me di cuenta que no solo yo y Chris habíamos tenido una mala noche; su pelo chino estaba enredado, sus ojeras se notaban más, su ropa parecía que olía a culo y la vibra que daba era detestable.

Joel a simple vista parecía que sí tenías la intención de acercarte a él aunque sea a darle los buenos días, terminarías con una un insulto, algunos gritos y una buena humillación proveniente de él.

—¡¿Pero qué carajo te cargas?! —regañé entre dientes.

—¿Es que de verdad no tienes clases  o por qué estás aquí quejándote de no sé qué estupidez? —me miró sin gracia alguna.

—Sé que la mayor parte del tiempo vienes como se te da la maldita gana, pero wey, ¿cuál es el fucking costo para parecer un pordiosero? —cuestioné de mala gana.

Uniones peligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora