〔:🌻:〕「 16 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Una amiga de Mondstadt, que se llamaba Noelle, solía ir todos los días a la biblioteca. Todos los días, sin falta. Se preparaba para entrar a la Universidad de Favonius, así que trabajaba muy duro para lograr su objetivo.

Lumine acostumbraba a ir con ella a menudo para hacerle algo de compañía y asegurarse de que no se esforzaba demasiado. Noelle a veces tendía a exigirse más allá de sus propios límites, por lo que Lumine procuraba evitarlo yendo con ella y asegurándose de que comiera y descansara lo suficiente.

De tanto ir con ella a la biblioteca y sin tener nada mejor que hacer en esas largas tardes de estudio de Noelle, Lumine acabó aficionándose poco a poco a la lectura. A partir de cierto momento, todas esas horas que compartía con ella, mientras Noelle estudiaba, Lumine se las pasaba con la mente sumergida en alguna buena novela que le hubiera llamado la atención.

Justo en ese momento, en su habitación, tenía entre sus manos un libro, pero alguien tocó el timbre, haciendo que Paimon graznara desde la cocina y que Lumine resoplara al escuchar la voz de su hermano:

—¡Estoy ocupado, Lumine! ¡Abre tú, porfa!

La chica cerró la novela que estaba leyendo. Estaba en una parte tan interesante que estaba intrigadísima en la trama y, en el momento más emocionante, tenía que dejar la lectura a un lado para ir a ver quién demonios estaba llamando a su puerta.

Cuando pasó junto al salón, donde estaba Aether, descubrió qué era eso que tenía al chico tan ocupado. Indignada, le reprochó:

—¿Ocupado, eh? ¡Estás jugando a la consola!

—¡Es un nivel muy difícil! —se excusó. Luego se mordió la lengua, concentrado, y machacó los botones del mando—. Venga, déjame. Me estás desconcentrando.

Lumine frunció el ceño, soltó un par de quejas más y fue hasta la puerta. Abrió sin importarle la cara de pocos amigos que tenía en ese momento, pero pronto en su rostro se instaló la sorpresa al ver a Xiao, jadeando, como si hubiera venido corriendo.

—¿Qué haces aquí? —espetó Lumine. No le apetecía mucho hablar con el chico que había hecho llorar a su hermano.

—Necesito hablar con Aether. —Con cara de circunstancias, añadió—: Por favor, Lumine.

—Oh, ¿ahora necesitas hablar con él? ¿No dijiste que no querías verlo nunca más?

Xiao comprendía su reacción. Estaba en todo su derecho mostrarse así de hostil con él. El azabache sabía lo mal que se había portado y se lo merecía.

—Ganyu te lo contará todo —suspiró, en un intento desesperado de negociar con ella—, pero déjame ver a Aether ahora, por Los Siete.

Lumine frunció el ceño, también los labios. Cruzó los brazos sobre el pecho y lo consideró unos instantes.

—Él te consideraba su amigo, ¿sabes? ¿Crees que voy a dejar que juegues así con mi hermano? ¿Crees acaso que te mereces una segunda oportunidad?

Xiao negó con la cabeza, mirando al suelo, siendo consciente de lo mal que lo había hecho todo. Él nunca se creyó merecedor de nada, de absolutamente nada, fuera bueno o malo.

—Pues ahí tienes tu respuesta —espetó Lumine antes de cerrar la puerta de un brusco portazo.

Regresó algo malhumorada a su cuarto, murmurando cosas. ¿Cómo se atrevía Xiao a presentarse así en su casa, como si no hubiera hecho nada? Lumine recordaba la cara de su hermano al regresar aquel día, recordaba sus lágrimas desperdiciadas por culpa del insensible que estaba fuera de su casa en ese momento. Y no le apetecía que Aether volviera a pasarlo mal por él.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Where stories live. Discover now