〔:🌻:〕「 40 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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La expulsión del instituto durante dos semanas haría que Xiao se perdiera muchas clases y que probablemente se quedara atrás, pero gracias a la ayuda de Aether, Hu Tao y Yanfei, que le pasaban apuntes y trataban de explicarle lo que iban dando, quizá le sería más fácil remontar cuando pudiera volver.

Tal vez era algo egoísta de su parte, pero saber que a Lao también lo habían expulsado un tiempo lo alivió un poco. Era lo menos que esperaba, sinceramente. Había golpeado a Aether, había intentado pegar a Lumine antes de eso, se había burlado de Ganyu —cosa que cuando llegó a los oídos de Xiao hizo que volviera a hervirle la sangre— y muchas otras cosas. Incluso había oído que se había mofado también de Chongyun y de otros chicos del instituto. Desde luego ya era hora de que tomaran medidas contra Lao, y Xiao no podía comprender por qué habían tardado tanto en hacerlo.

Dejando eso a un lado, Xiao se llenó los pulmones de oxígeno mientras esperaba a que alguien le abriera la puerta. Hacía un día espléndido fuera y, aunque al principio su plan era quedarse en la posada practicando con el bajo, después concluyó que era mucho más provechoso salir a la calle. Había estado a punto de agarrar su monopatín —sus dedos prácticamente lo habían rozado—, pero luego se le ocurrió una idea todavía mejor.

Y entonces allí estaba, frente a la puerta de la casa de Aether, con la intención de proponerle ir a dar un paseo juntos.

Una cabeza rubia como la de Aether y una mirada dorada también como la suya le abrieron por fin, pero era una figura algo más pequeña y menuda, y su sonrisa, a ojos de Xiao, no era tan encantadora e iluminadora como la de Aether.

—Oh, hola, Xiao —saludó Lumine—. ¿Vienes a buscar a mi hermano?

El azabache asintió.

—Pensé que podríamos ir a dar un paseo, si no está muy ocupado.

—Debe de estar en su habitación —dijo la chica—. Ahora le...

Un horrible olor a quemado llegó hasta ella, haciendo que dejara la frase a medias y en su lugar soltara una exclamación.

—¡Ah! ¡El bizcocho! —gritó, dirigiéndose a la cocina—. ¡Se está quemando! ¡Pasa y avísalo tú mismo, porfa!

Lo único que Xiao pudo hacer fue titubear. La secuencia había sido tan rápida que aún la estaba asimilando, mientras oía a Lumine de fondo rezongando que el bizcocho había quedado insalvable y todo chamuscado.

Entró a la casa y fue directo a la habitación de Aether. Ni siquiera necesitaba preguntar cuál era, pues no era la primera vez que lo visitaba.

A pesar de eso, Xiao avanzó con bastante inseguridad en el cuerpo. Siempre se sentía así cuando iba a casas ajenas, como si temiera mirar donde no debía o abrir puertas que no tenía por qué abrir.

Llegó hasta la habitación y se detuvo frente a la puerta. Al otro lado se oían unos gruñidos y suspiros que hicieron que Xiao tragara saliva. Luego, lentamente, llamó a la puerta.

—Entra —respondió la voz de Aether en un jadeo.

El azabache abrió por fin y por un momento vaciló al ver a Aether sobre una esterilla, haciendo ejercicio. Una sonrisa se dibujó en la cara del rubio al verlo entrar. Todavía tenía una marca del puñetazo tan injusto que había recibido, pero casi se le había ido después de tantos días.

—No esperaba que vinieras —sonrió.

—Ya, bueno. —Xiao carraspeó. No esperaba encontrarse al rubio allí sin camiseta y algo rojo por el esfuerzo de hacer ejercicio. Aquello lo impresionó bastante, más de la cuenta quizá.

—¿A qué has venido?

Aether se levantó del suelo y dio por concluida su sesión de ejercicio de aquel día. Le gustaba cuidarse y mantenerse en forma, le gustaba verse bien y se esmeraba en ello. No era algo que lo preocupara en exceso en realidad, pero se empeñaba en comer sano y hacer algo de ejercicio. Era un chico bastante seguro de sí mismo y se quería mucho. Su cuerpo no era lo único envidiable que tenía, su autoestima también lo era.

Hizo un rollo la esterilla y la guardó en el armario, dándole la espalda a Xiao. El azabache agradeció a Los Siete que las miradas no dejaran marcas, porque si no habría dejado el cuerpo de Aether cubierto de ellas.

—¿No tienes frío o qué? —farfulló el azabache.

Las palabras salieron agolpadas de su boca por culpa de la impresión que le causaba verlo así. Las emociones, y también las hormonas, le estaban haciendo cosquillas en el estómago... o tal vez un poco más abajo.

—¿Te has puesto nervioso? —rio el rubio, cerrando el armario y girándose a mirarlo, por lo que Xiao apartó rápidamente la vista.

—¿Nervioso? Pff... Qué va. Solo digo que... —Tragó saliva porque un nudo en la garganta, formado precisamente por los nervios, le bloqueó las palabras— Que podrías coger frío o algo de eso, yo qué sé.

Aether soltó una carcajada que consiguió hacer que Xiao volviera a mirarlo. Era casi verano, así que difícilmente iba a resfriarse o coger frío, pero decidió no poner objeciones a la lógica que los nervios le imponían a Xiao.

—Si tanto te preocupa que me resfríe, me pondré una camiseta entonces...

Y dicho y hecho, rebuscó en su armario una camiseta que ponerse. Mientras lo hacía, miró de reojo a Xiao y lo descubrió observándolo sin ningún tipo de contemplación, con una mirada hambrienta que Aether sintió cómo lo devoraba.

—Mirón —rio.

—Cállate —escupió Xiao, apartando la vista entonces a la estantería.

Aether terminó de vestirse y, mientras ponía algo de orden en su cuarto, preguntó:

—¿Qué te apetece hacer?

—Bueno, hace un día estupendo —respondió Xiao, metiendo las manos en los bolsillos del pantalón—. Pensé que podríamos ir a dar un paseo juntos.

—Oh, suena bien. —Terminó de recoger el escritorio—. ¿A algún sitio en concreto?

—No había pensado en eso... Supongo que no, a cualquier sitio. Podemos deambular por la calle y ya. —Miró cómo doblaba la ropa que había esparcida sobre su cama—. Quería pasar el día contigo, ¿sabes? Ese era mi único requisito.

Ciertamente eso era lo único que quería. El sábado de esa misma semana todo terminaría. El sábado de esa misma semana Aether debería partir junto a su familia hacia Inazuma. Por Los Siete, había pasado tan rápido el tiempo... Quizá por eso Xiao quería aprovechar al máximo todos y cada uno de los minutos que le quedaban con él.

—¿Vamos a la Terraza Yujing? —sugirió Aether, que ya había terminado de recoger y estaba ahora frente al espejo, peinándose su pelo rubio—. Podemos comprar algo para picotear y comer allí.

A Xiao le pareció una buena idea. De hecho, si Aether hubiera sugerido ir al puerto, ir al centro comercial o ir al TFC, también le habría parecido buena idea. Él tan solo quería pasar tiempo con él.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora