〔:🌻:〕「 11 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Cuando salieron del establecimiento del billar, el sol los sorprendió al despedirse por el horizonte. Habían perdido prácticamente la noción del tiempo y ni siquiera su apetito les había recordado qué hora era.

Charlaron unos minutos más frente a la entrada del billar antes de despedirse.

Se produjo entonces un cruce de abrazos que casi los mareó. Hu Tao los estrujaba con demasiada energía y Ganyu llegó a creer que iba a partirla en dos; sin embargo, Lumine era mucho más gentil y suave, igual que Keqing.

Aether las estrechó a todas con una fuerza moderada, ni demasiado fuerte ni demasiado suave, justo como tenían que ser los abrazos. Pero cuando se detuvo frente a Xiao, vaciló y consideró darle la mano en su lugar. Le daba corte darle un abrazo también. ¿Y si lo estrechaba demasiado fuerte? ¿Y si permanecía agarrado a él demasiado tiempo? ¿Y si se le dibujaba una sonrisa en el rostro mientras lo abrazaba? Podían pasar demasiadas cosas que lo avergonzaran.

El azabache, por su parte, tuvo que tragar saliva. Cuando Aether se quedó quieto delante de él, no supo qué hacer y se puso nervioso. Sabía cuál era el motivo —su corazón acelerado entre sus costillas se lo recordaba—, pero lo negaba con todas sus fuerzas. Para él, esos sentimientos no existían, no podían existir.

No quería admitirlo, pero también quería que le diera un abrazo. Si había estrechado a las demás, ¿por qué a él no? ¿Significaba aquello que acaso estaba celoso? Inmediatamente se convenció de que no; de ninguna forma tenía celos, porque para que tuviera celos, Aether tenía que gustarle, y eso no era así, de ninguna forma.

—No tengo todo el día —gruñó por fin Xiao, ofreciéndole la mano para que se la estrechara.

A decir verdad, la fuerza con la que el rubio le apretó la mano lo sorprendió. Tal vez esperaba que fuera igual de delicado que los abrazos que les había dado a las chicas.

Y sintiendo que aquel momento había sido horriblemente incómodo, Aether le metió prisa a su hermana para que se fueran ya. La chica rezongó, se despidió y emprendió la marcha junto al rubio, que prácticamente tiraba de ella.

Keqing, Hu Tao y Yanfei se despidieron de Xiao y Ganyu y comenzaron a irse de allí también. Por suerte, vivían bastante cerca, así que se acompañarían las unas a las otras.

Xiao acompañaría a Ganyu hasta casa. Era tarde y no dejaría que su amiga se fuera sola. La apreciaba mucho más de lo que le demostraba y se preocupaba por su seguridad y bienestar. Daría un rodeo absurdo y no haría más que alargar el camino de vuelta a la Posada Wangshu, pero no le importaba demasiado.

Iban hablando de temas variados mientras caminaban. Xiao iba con ambas manos en los bolsillos, mientras que Ganyu tenía las suyas libres y las balanceaba con suavidad al andar.

Todavía le picaba la curiosidad a la chica después de la escena del billar. La forma en la que Xiao miraba a Aether no era habitual en él, y eso Ganyu lo sabía. También sabía lo esquivo que era el azabache para hablar de sus sentimientos, pero aun así intentó animarlo a que le contara algo, tratando de sonar todo lo inocente e ingenua que pudiera.

Tomada la decisión, en un bostezo que anunciaba que ya tenía sueño, Ganyu le preguntó:

—Te cae muy bien Aether, ¿no?

Xiao se encogió de hombros. Estaba claro que por su lenguaje corporal la chica no iba a poder averiguar mucha información.

—¿Por qué lo dices? —dijo a modo de respuesta el azabache, tranquilo.

—Al principio detestabas pasar tiempo con él.

—¿Qué dices? —inquirió casi ofendido—. Yo nunca he dicho que detestara estar con él.

—Vale, perdón —se disculpó Ganyu, sintiendo que había herido a su amigo con el comentario—. Pero... No sé... Me da la sensación de que... Bueno, quizá estoy imaginando cosas, pero...

—¿Puedes hacer el favor de terminar la puñetera frase? —se impacientó Xiao.

Ganyu titubeó otra disculpa antes de cumplir con lo que Xiao le había pedido.

—Digo que... parece que tienes cierto... —Pensó en qué palabra cuadraba más, así que sopesó unos instantes. Cuando dio con ella, continuó—: Cierto interés en Aether, ¿sabes?

Xiao se quedó quieto en el sitio. Ganyu había avanzado un par de pasos y tuvo que desandarlos para volver a estar a su lado. No esperaba que su amigo fuera a reaccionar así.

—¿Xiao?

—¿Cómo que interés? —preguntó bruscamente.

Sintió que la cara se le ponía roja, que las mejillas le ardían. ¿Acaso Ganyu estaba insinuando que le gustaba Aether? Menuda tontería. ¿Estaba la chica suponiendo que tenía sentimientos por él? Ni en un millón de años, por Los Siete. Eso era algo que Xiao tenía muy claro.

O, al menos, quería convencerse de que lo tenía muy claro.

—Te has puesto un poco rojo —apuntó Ganyu.

—¡Joder, normal! ¡Con la tontería que acabas de decir! —exclamó, frunciendo el ceño—. ¿Cómo se te ocurre pensar que me gusta Aether?

—Oye, no tiene nada de malo.

—¡Pero que no me gusta, joder!

—Aether es bastante amable y simpático. También es listo y generoso —insistió Ganyu, esperando provocar alguna reacción algo más reveladora—. Además, es muy lindo: tiene unos ojos preciosos y una sonrisa muy bonita, ¿no te parece?

—¡Cállate!

Xiao tenía que admitir que Aether era bastante amable y simpático, también listo y generoso. Sus ojos le parecían preciosos y su sonrisa, muy bonita. A pesar de eso, aquello no implicaba que le gustara. Al menos, eso decía y aseguraba él, aunque luego haberle tocado la mano en el billar lo hubiera puesto nervioso y se lamentara de haberse quedado sin su abrazo.

—Eso no quiere decir que tenga interés en él —apuntó—. Solo me cae un poco mejor que el resto. Somos amigos, pero nada más, joder. —Luego la miró con ojos como rendijas, haciendo que la chica se estremeciera, intimidada.

—He debido de malinterpretarlo entonces. Perdona si te he incomodado con este asunto.

Xiao farfulló algo que Ganyu fue incapaz de comprender y finalmente cambiaron de tema.

Como había previsto, era muy difícil hacerlo hablar de sus sentimientos. Parecía que se empeñaba en encerrarlos y ahogarlos en el olvido.

Ganyu se preguntó cuándo fue la última vez que Xiao le había dicho que le gustaba alguien, y luego se percató de que eso nunca había pasado. Pensó en cuándo le había hablado sobre sus problemas por última vez, descubriendo que Xiao jamás había hecho algo así.

¿De qué le servía ser su mejor amiga si para ella Xiao era un completo desconocido? ¿Acaso los amigos no se lo contaban todo, no hablaban de sus emociones y de los asuntos que les quitaban el sueño?

Se preguntó si de verdad Xiao la consideraba su amiga, pero no dio voz a su duda, pues sabía que la respuesta sería un bufido o un gruñido y no le apetecía escuchar ninguno de los dos.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Where stories live. Discover now