〔:🌻:〕「 12 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Entre exámenes y proyectos, la semana pasó casi volando, siendo ya viernes. Pronto habrían pasado dos meses desde que los hermanos llegaron a Liyue y quedarían tan solo siete para que partieran hacia Inazuma, cuando el curso escolar hubiera acabado.

Lumine entró a la habitación de su hermano sin siquiera llamar a la puerta, cosa que molestó a Aether.

—¿No sabes llamar antes de entrar o qué? —le reprochó.

—Perdón —respondió ella, sin sentirlo mucho.

—Luego te quejas cuando yo entro a tu cuarto sin permiso.

El ruido de cosas siendo removidas hizo que Aether se girara y su enfado creció todavía más cuando vio a su hermana rebuscando entre sus cosas.

—¡Oye! ¿Se puede saber qué haces? —exclamó, acercándose a ella y apartando sus manos de sus cosas.

—Estoy buscando mi altavoz inalámbrico. Has vuelto a cogerlo sin mi permiso, ¿verdad? —dijo con tono acusatorio.

—Solo lo tomé prestado —aclaró Aether, que se dirigió a la estantería que estaba junto al panel de corcho que tenía sobre la pared, en el que colgaban fotos de sus amigos de Mondstadt. Se estiró y alcanzó el altavoz en el estante más alto—. Toma, anda —farfulló, ofreciéndoselo a su hermana—. La próxima vez pregúntame en vez de tomarte la libertad de rebuscar entre mis cosas. ¡Has dejado mi escritorio hecho un desastre!

—Vale, como tú digas. —Finalmente recuperó su querido altavoz—. ¿Y a dónde vas vestido así?

Aether agachó la vista para mirarse. Vio su sudadera gris y sus vaqueros negros. Tenía un par de anillos finos en la mano izquierda y el pelo rubio que se le había escapado del moño improvisado que lo recogía —una coleta mal hecha en realidad— le enmarcaba la cara y le caía sobre los hombros. Salvo por el pelo, porque era lo único que la faltaba por arreglarse para hacerse su habitual trenza, por lo demás tenía pensado salir así a la calle.

—Es que... —murmuró. Luego suspiró—. He quedado con Xiao.

—Y qué guapo te has puesto, ¿no? —sonrió su hermana, haciendo que a Aether también se le escapara una sonrisa.

—No sé si es la mejor idea, pero tengo pensado hablarle sobre lo que siento.

Lumine no pudo evitar sentir algo de miedo al escuchar cuáles eran sus intenciones. Todavía ella no sabía nada con respecto a los sentimientos de Xiao puesto que Ganyu no había conseguido descubrir nada con seguridad, según le había contado. Por eso, se sintió como si ella misma fuera a declararse.

—¿Estás seguro? —le preguntó, con su voz dulce adoptando un tono conciliador, el tono que tomaba siempre que le daba consejos de hermana—. No sabes si Xiao...

—Ya, ya —la interrumpió—. Por eso mismo quiero decírselo. Nos iremos de aquí en poco más de siete meses. ¿Y si resulta que también le gusto pero le da vergüenza decírmelo? ¿No será como si no hubiéramos aprovechado al máximo nuestro tiempo juntos? Y si no soy correspondido, no pasa nada... El que no arriesga, no gana, ¿no?

Lumine suspiró ante su convicción, pero luego le dedicó una sonrisa que dejaba claro que apoyaba plenamente su decisión.

—Te arreglarás ese pelo, ¿no? —rio.

—Claro, claro. ¿Cómo voy a ir así?

—¡Tú siempre tan coqueto! —dijo con una sonrisa que pretendía transmitirle todos sus ánimos.

Y dado que Lumine ya había recuperado su altavoz inalámbrico, abandonó la habitación y dejó que Aether siguiera preparándose para su quedada con Xiao.

Por muy seguro de sí mismo que pareciera, sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. Estaba tan nervioso que, a pesar de que estaba tragando saliva todo el rato, la boca no se le quedaba seca y notaba la sangre latiéndole en los oídos.

Mirándose en el espejo, observando su propio reflejo y llenando su mente de pensamientos positivos, comenzó a poner algo de orden en su pelo rubio como el oro.

* * *

Cuando Xiao vio a Aether acercándose, se obligó a no sonreír y a fruncir el ceño. El rubio llegaba tarde, así que tenía que fingir que estaba molesto con él y disimular de la forma más convincente posible lo mucho que se alegraba de verlo por fin.

Mientras caminaba hacia él, el azabache lo miró de arriba a abajo. Se veía... diferente. O tal vez era Xiao quien lo veía diferente por culpa de sus sentimientos ahogados. Sus ojos dorados como soles destacaban más que de costumbre y sus labios finos esbozaban una sonrisa muy leve, casi imperceptible. De ninguna forma ese chico podía gustarle a Xiao, de ninguna manera podía enamorarse de él. ¿Lo que sentía en el pecho al pensar en él? Qué va, eso no era más que una tontería, una tontería muy grande de la que Xiao quería deshacerse cuanto antes.

Al llegar a su lado, Aether se disculpó por haber llegado tarde. Temía que Xiao se diera cuenta, pero ni siquiera se percató de ello: el tono que empleaba al hablar con él no era como el que empleaba antes. Aether no podía remediarlo, pero ya no era capaz de darle el mismo trato. No podía tratarlo como si no sintiera nada más allá de una simple amistad.

—Bueno —rezongó Xiao—. ¿Vamos o qué? No me gustaría perder el tren por tu culpa, ¿sabes?

—Vamos entonces —convino Aether—. La estación está...

Miró alternativamente hacia la derecha y la izquierda, con una confusión que pretendía ocultar su desconocimiento. No tenía ni idea de dónde estaba la estación de tren de Liyue.

—Por allí —completó Xiao, agarrándolo del brazo un segundo para obligarlo a andar con él—. Venga.

Necesitaban tomar el tren para llegar al lugar donde querían ir. Era un parque comercial un poco alejado de Liyue, lleno de tiendas y muy frecuentado por adolescentes. Era el lugar perfecto para ir, andar muchísimo y pasar la tarde con amigos.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Onde histórias criam vida. Descubra agora