〔:🌻:〕「 7 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Aether estaba sentado en un banco del parque bajo la agradable sombra de un árbol. Tenía los ojos fijos en la pantalla de su móvil y deslizaba el dedo con desdén, sin encontrar nada realmente interesante que atrapara su atención. De vez en cuando se llevaba a los labios la lata de refresco que se había comprado en el supermercado, mientras tenía la tentación de abrir el paquete de patatas que todavía tenía en la bolsa, pero logró contenerse y reservarlo para cuando Xiao llegara.

Aquel era uno de los parques más grandes de Liyue. El ayuntamiento de la ciudad se empeñaba en crear espacios verdes en medio de sus enormes edificios. Liyue era la ciudad comercial más importante de Teyvat: el comercio empezaba y acababa allí.

Justo por eso, el ayuntamiento decidió que también tenía que ser responsable respecto al medio ambiente, por lo que tomó aquella iniciativa. Los árboles, arbustos, flores y césped de los parques estaban muy bien cuidados, tratados con esmero y cariño. Poca gente lo valoraba realmente, siendo Aether uno de ellos. Aquellos parques le recordaban a Mondstadt, aunque no sabía muy bien por qué.

El sonido de las ruedas de un monopatín hizo que levantara la cabeza con las cejas arqueadas, a punto de darle otro sorbo a su bebida. Sonrió al ver que por fin había llegado su amigo.

—Hombre, ya era hora —le dijo, burlón, como bien había aprendido que podía actuar. Xiao ladraba mucho pero mordía poco.

—Como si llevaras aquí un siglo esperando —rezongó el azabache, sentándose a su lado.

Sacó una lata de refresco de su propia bolsa y la abrió, haciendo que la chapa hiciera su característico chasquido y le dio un buen trago, sintiendo cómo el frío líquido se deslizaba por su garganta. Por Los Siete, qué sed tenía.

Aether abrió por fin el paquete de patatas que tantas ganas tenía de abrir. Su olor le llegó a las fosas nasales y se relamió los labios. Eran sus patatas favoritas y no pudo creérselo al verlas en un supermercado de Liyue; pensaba que solo las vendían en Mondstadt.

—¿Quieres? —preguntó, ofreciéndole la bolsa a Xiao.

El azabache no vaciló y tomó un buen puñado, provocando objeciones y quejas por parte del rubio.

—¡Eh, eh! —exclamó, frunciendo el ceño—. Unas pocas solo, tío.

Como respuesta, Xiao volvió a robarle otra generosa cantidad de patatas.

—¡Oye!

Estuvieron un rato más peleándose por las patatas, bebiendo sus respectivos refrescos y hablando de temas tan variados y diferentes que Xiao no era capaz de establecer ningún tipo de relación entre ellos ni explicar cómo saltaban de uno a otro. Le gustaba eso de Aether, su elocuencia y su facilidad para iniciar una conversación. A alguien de pocas palabras como Xiao le venía bien una compañía así.

Llegados a cierto momento, Aether se sacudió de las manos las migas de las patatas, se levantó del banco y se desperezó sin exagerar para estirarse un poco, dado que ya le dolían las piernas y el trasero de estar sentado sobre el hierro incómodo del banco.

Puso el pie encima del monopatín de Xiao, que lo miró con curiosidad, y lo arrastró hasta él. Luego intentó ponerse de pie encima y, aunque se tambaleaba peligrosamente, lo consiguió.

—¿Sabes montar acaso? —escupió Xiao, que estaba más preocupado por su tabla que por su amigo, aunque la diferencia en realidad era mínima.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora