〔:🌻:〕「 41 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Parecía mentira que hubieran pasado ya los siete meses que quedaban. Desde luego, el aire era más cálido y los días, más largos. El verano estaba a la vuelta de la esquina, y esa era la prueba de que el día de la partida de los gemelos estaba cerca.

Estaba más cerca de lo que habrían querido, porque les quedaban tan solo veinticuatro horas en Liyue.

Su casa estaba vacía. Los muebles ya habían sido transportados por el camión de la mudanza al aeropuerto y lo único que quedaba allí eran las maletas en las que llevaban objetos más personales. La vivienda se veía tan extraña así, con sus paredes desnudas y sus esquinas visibles... A Aether se le encogió el corazón al observarla en silencio desde el centro del salón.

Ahí había compartido tardes enteras con sus amigos, ahí había jugado a la consola con Xiao, ahí le había hablado a su hermana de los sentimientos que tenía por el azabache... Y ahora no era más que una habitación vacía y sin vida, como si nunca hubiera pasado nada.

Sus padres les habían dado permiso a los dos hermanos de pasar su última noche en Liyue con sus amigos en lugar de dormir en un colchón tirado en el suelo de la que ya no era su casa. Sabían que a los chicos les costaba tener que despedirse otra vez de sus nuevas amistades, así que dejaron que estuvieran hasta el último momento juntos. El único requisito era estar en la estación de tren antes de las diez de la mañana del día siguiente.

Por la tarde, todos fueron a dar un paseo juntos. Pasaron un buen rato en la Terraza Yujing y luego dieron una vuelta por la ciudad, yendo de tienda en tienda. Todos sonreían, todos reían, todos parecían felices; pero también todos sabían que eso no era más que una máscara para ocultar la tristeza de tener que despedirse de sus amigos.

Las chicas organizaron una fiesta de pijamas en casa de Hu Tao. Probablemente no dormirían nada y estarían hablando toda la noche, aferrándose con fuerza a cada segundo que pasaran juntas. Incluso Ganyu se resistiría al sueño.

Por su parte, Aether y Xiao decidieron pasar la noche por su cuenta, a pesar de que a Hu Tao no le importaba invitarlos también. Amablemente rechazaron su propuesta, pero las chicas entendían bien que preferían estar ellos dos a solas.

En una nueva ocasión, Aether pasaría la noche en la Posada Wangshu con Xiao. Había estado allí tantas veces... Ahí había reído a carcajadas hasta que le dolió la barriga, ahí había escuchado a Xiao tocando el bajo, ahí el azabache se había atrevido a dedicarle alguna que otra canción, ahí habían abierto mutuamente sus corazones... Y esa iba a ser la última noche que pasara entre esas paredes antes de irse.

El cielo hacía rato que había abandonado los colores cálidos del atardecer para adoptar poco a poco el tinte oscuro de un firmamento nocturno sin luna. Los primeros luceros eran ya visibles a pesar de la iluminación de las farolas de la calle y las estrellas más brillantes también se lograban distinguir en lo más alto del cielo.

Aether estaba tumbado de lado sobre el colchón. Sus ojos dorados estaban fijos en el paisaje urbano que veía a través de la ventana, enmarcada por esas finas cortinas que se mecían con desdén. El cielo estaba cada vez más apagado, igual que él.

A su espalda, Xiao estaba sentado al borde de la cama y el rubio se deleitaba con la melodía que el azabache estaba tocando con su bajo. Era una música relajante, tranquila, pero que, lejos de lo que Aether pudiera pensar, no era improvisada.

A veces Xiao componía sus propias canciones. A veces no se quedaban en nada más que una melodía, otras veces llegaba a escribir una letra y soñaba con que una voz mejor que la suya pudiera entonarla como él la imaginaba. Y esa canción, precisamente, estaba formada por la melodía que estaba tocando y por unos versos que no se atrevía a cantar, un poema de amor que había escrito pensando en el chico que tenía tumbado a sus espaldas.

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Where stories live. Discover now