〔:🌻:〕「 5 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

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Con la ayuda de Lumine, Aether pudo acercarse a Ganyu para que le hablara un poco de Xiao. Dado que ella lo conocía de hacía muchos años, estaba seguro de que gracias a ella podría saber qué cosas le gustaban a Xiao y así podría rebajar la tensión que sentía cada vez que se le acercaba el azabache.

La chica era tan agradable como Lumine la había descrito. Y, a decir verdad, sus ojos eran bastante bonitos. Con una amabilidad que habría hecho sentir bien a cualquiera, le habló a Aether sobre Xiao.

El rubio pudo así descubrir que Xiao montaba en monopatín prácticamente a diario —pues iba y venía del instituto en skate— y también que tocaba el bajo desde hacía un tiempo. Ganyu incluso le habló sobre los Yakshas y de la separación del grupo.

Al saber acerca de aquello, Aether sintió lástima por él. Debió de ser muy duro para Xiao que sus mejores amigos desaparecieran de su vida y que su sueño de triunfar juntos en el mundo de la música fuera destruido de aquella forma. A pesar de que a Aether no terminaba de agradarle Xiao, en su bondadoso corazón también había un poco de compasión para él.

Ganyu tampoco le dijo mucho más. Le contó que habían sido amigos desde que eran unos niños, pero no especificó que se habían conocido en un orfanato. Tampoco le habló sobre lo poco que sabía del que fue el padre adoptivo de Xiao ni de la relación que tenía con Zhongli. Quizá la chica consideró que aquellas eran cosas que tendría que contarle el propio Xiao si llegaba el momento de que Aether lo supiera.

Ahora, el rubio se dirigía a la biblioteca, porque se las había apañado para que Xiao quedara con él y hacer el trabajo juntos.

Aether iba andando con los auriculares puestos. Estaba escuchando una canción de Barbatos, el seudónimo musical de un amigo suyo de Mondstadt, Venti. Se acordaba a menudo de él, de su energía inacabable, de sus ojos grandes y brillantes y de su risa aguda y contagiosa. Lo echaba muchísimo de menos y no podía evitar sentirse nostálgico al recordar el tiempo que pasaron juntos.

Pensó en aquella vez en la que tomaron prestada la lira de la iglesia de Mondstadt porque a Venti le apetecía tocar una canción con ella; o en aquella otra ocasión en la que el perro de Venti, Dvalin, se escapó y causó el pánico en el vecindario y por eso lo apodaron Stormterror. Desde luego, Aether no podía aburrirse con Venti.

Cuando Aether llegó finalmente a la biblioteca, su característico silencio lo recibió con los brazos abiertos. La calma que había allí dentro era un privilegio en comparación con el ruido de la calle. Casi no podía creerse que siguiera estando en la bulliciosa Liyue.

Escudriñó la biblioteca con los ojos en busca de Xiao. El rubio se había atrasado doce minutos, así que esperaba que el azabache ya hubiera llegado. Una mirada de barrido hacia la derecha bastó para que sus ojos encontraran la cabeza azabache de Xiao frente a uno de los ordenadores disponibles al público.

Aether tomó aire antes de acercarse a él, preparándose a conciencia para recibir una contestación borde cada vez que intentara ser amable con él. Pero poco a poco esperaba que Xiao también pusiera algo de su parte.

—Hola —susurró cuando llegó a su lado, ocupando la silla libre junto a él.

—Buenas —respondió Xiao, mirándolo un momento con el semblante serio.

Aether sacó una libreta de la bandolera negra que traía y la dejó junto al teclado del ordenador, por si acaso necesitaban tomar nota de algo.

—¿Sobre qué es nuestro trabajo? —le preguntó Xiao, abriendo el navegador web con un doble clic del ratón. En cuanto cargó, puso los dedos sobre el teclado, listo para escribir.

—Sobre la lírica de Khaenri'ah —respondió Aether, que disimuló bastante bien lo mal que le pareció que Xiao no supiera ni de qué iba su proyecto—. Ya sabes: autores, estilos y características.

—Ajá —dijo el otro, con una indiferencia que estaba empezando a poner nervioso a Aether. ¿Era aquella la actitud de un chico que supuestamente tenía media de sobresaliente, tal y como le había asegurado la profesora de Lengua? Al rubio le costaba creérselo.

No sabía si Xiao se sentía igual, pero Aether se estaba asfixiando con la incomodidad y la tensión que notaba entre ellos. No se atrevía ni a mirar a Xiao, ni aunque fuera de reojo. Lo único que quería era terminar el trabajo y largarse de ahí cuanto antes.

El silencio de la biblioteca no era desagradable, pero el que había entre ellos sí. Aether no podía soportarlo más y decidió decir algo, haciendo memoria de la información que Ganyu le había dado.

—Y... ¿qué cosas te gusta hacer? ¿Dibujas, lees, tocas algún instrumento o...?

Xiao lo miró de reojo antes de responder en voz baja, casi gruñendo, pero respetando la tranquilidad de la biblioteca:

—¿Qué más te da?

Al parecer iba a ser más difícil de lo que Aether había imaginado.

—No sé, me gustaría saber algo de mi compañero de clase. Todavía no conozco a mucha gente, ¿sabes?

El azabache resopló.

—En fin... —Siguió hablando mientras tecleaba—. Toco el bajo y monto en skate. ¿Contento con eso?

—Qué guay —titubeó Aether—. El bajo es parecido a la guitarra, ¿verdad? Mi hermana quería aprender a tocarla, pero perdió el interés. Es un poco caprichosa a veces. —Xiao no respondió a eso, así que Aether intentó revivir la conversación—. ¿Y desde cuándo tocas?

—Qué pesado eres —espetó sin miramientos.

Aether agachó la cabeza y tragó saliva. Ahora se sentía incluso más incómodo que antes, si eso era acaso posible.

—Solo quiero apartar la tensión entre nosotros —dijo, siendo todo lo sincero que podía—. Odio tener malos rollos con los demás.

Xiao suspiró. Le costaba, pero en el fondo entendía a Aether: era el chico nuevo y todavía no conocía a mucha gente. El pobre tan solo quería hacer amigos.

Y, al parecer, quería ser su amigo. Xiao extrañaba enormemente que alguien quisiera acercarse a él. Normalmente le decían que era bastante antipático o que sus pintas asustaban. Él no hacía caso a esas cosas, pero a veces inevitablemente le sentaban mal. Fue por eso que lo sorprendía tanto que Aether se esmerara en querer acercarse a él.

Lo trató horriblemente mal el primer día de clases y ahora le estaba hablando con el tono más borde que podía. Y, a pesar de todo eso, Aether no se daba por vencido. Otra cosa no, pero Xiao tenía que reconocer que el rubio tenía un buen corazón y valoró su esfuerzo por intentar conocerlo un poco más.

Justo por eso, bufó una vez más antes de decir:

—Toco el bajo desde hace un buen tiempo ya. ¿Y qué hay de ti?

Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)Where stories live. Discover now