Menor que tres (<3) [Xiaether] (High School AU)

〔:🌻:〕「 38 」 ༄˚⁎⁺˳✧༚

Ganyu no solía ser tan delgada cuando era pequeña. Recordaba mirarse al espejo y verse algo más gruesa que otras niñas. En su momento no fue algo que la preocupara en exceso, pero a día de hoy se esforzaba por mantener y cuidar la figura esbelta que tenía ahora y el fantasma de la inseguridad con respecto a su cuerpo la acechaba constantemente desde las sombras.

Siempre había sido una chica callada y reservada. Le costaba ser asertiva y tal vez por eso no era capaz de contestarle al estudiante, de nombre Lao, que no dejaba de incordiarla, burlándose de ella atacando algo tan sagrado como los recuerdos de su infancia:

—¡Era como una pelota! —rio, dándole un codazo a uno de los chicos que lo acompañaba—. Seguramente rodaba si se caía al suelo.

Ganyu se encogió todavía más en su pupitre, intentando ignorarlo. No creía que mereciera la pena enfrentarse a él, pero esos comentarios inevitablemente le hacían daño y cada palabra era un dardo que se disparaba directamente contra sus inseguridades.

No era la primera vez que Lao se burlaba de ella, pero Ganyu siempre ignoraba todo lo que decía porque no solían ser más que comentarios sin sentido. Ignorarlos era probablemente la mejor opción, pero esa vez Lao estaba siendo más molesto que otra veces y Ganyu sentía que sus palabras empezaban a clavarse en su piel como si fueran cuchillas.

Era por la mañana, antes de clase. Keqing le había avisado que tenía una cita con el médico, así que no esperaba que viniera. Si Keqing hubiera estado ahí, Lao se habría callado ya. Estaba convencida de que su amiga lo habría cortado desde el primer momento, pero a Ganyu simplemente no le salía adoptar esa actitud. Sentía que Lao no la tomaría en serio y que se burlaría de ella incluso más.

—Cállate y piérdete, tío.

Ganyu levantó la cabeza al escuchar aquella voz diciendo esas palabras. Lumine había aparecido delante de sus ojos y miraba desafiante a Lao, con el ceño fruncido.

—¿Que me calle? —repitió Lao—. ¿Quién te crees para mandarme a callar?

—Lumine —respondió la chica, resuelta—. Ahora lárgate y deja de molestar. ¿O acaso no sabes hacer otra cosa?

—Baja esos humos, rubita —gruñó él de nuevo, apretando los puños.

Lumine cruzó los brazos sobre el pecho. No iba a tolerar que siguiera burlándose de Ganyu, ni en sueños, vaya. El corazón le latía rápido por los nervios de estar enfrentándose a él y en el fondo la asustaba, pero sacó el valor que hacía falta para defender a su amiga.

—Déjala en paz y ya está —pidió Lumine, tratando de sonar algo más cordial ahora.

—Sí, sí —farfulló, mirando a sus colegas—. Si a ella la voy a dejar tranquila, no te preocupes. Ten cuidado tú, a ver quién te defiende a ti. Porque está claro que Ganyu no tiene valor para hacerlo.

—¡Oye! —exclamó Lumine.

Pero antes de que Lao volviera a decir otra burrada de las suyas, el profesor entró por la puerta y puso orden, haciendo que la interacción entre él y Lumine acabara ahí.

La chica se fue hasta su sitio con la sangre palpitándole en los oídos. Lo que Lao acababa de decirle sonó a una amenaza en toda regla. ¿Significaba eso que ahora iba a incordiarla a ella? A Lumine la asustaba que pudiera ser así, pero prefería que fuera de esa manera y que Ganyu pudiera respirar tranquila.

* * *

Después de haberse enfrentado a Lao, Lumine sentía cierta inquietud en el cuerpo. El chico ni siquiera la miró durante el resto del día, pero eso a la rubia no le daba buena espina.