Capítulo 10

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—No se preocupe madame el caballo está en perfectas condiciones, la herida sanó hace dos días y ahora luce bien sus nuevas herraduras.

Mikasa suspiró. Una semana después la desastrosa carrera, visitó de nuevo los establos para asegurarse de que al menos el caballo estaba bien. Pero ella, ella no lo estaba. Toda la semana la había pasado forzando su mente a no recordar lo sucedido. En su pecho se acumulaba el sentimiento de culpabilidad ¿Qué pensaría Eren si supiera que alguien más la había besado? ¡Y de qué manera!...pero, la peor sensación, era saber que había cedido, debió ser fría, permanecer tan quieta como a quien no le importaba nada, pero no fue así. Su traicionero cuerpo había percibido y temblado bajo ese beso de Jean, tanto para hacerla necesitar equilibrio y buscar tomar aire.

Podría decir que Jean la había forzado ambas ocasiones, pero no podría decir que no había aceptado su beso la segunda ocasión. «¿En qué estaba pensando?» se preguntó. No, no había pensado, ni al ensillar su caballo esa mañana, ni al aceptar la carrera y; cuando vio cerrarse esos engañosos ojos miel frente a ella, había dejado de pensar por completo.


Caminaba por los jardines, mientras pensaba cómo le diría a Eren lo que había pasado. «Él entendería» se aseguraba. Él entendería que todo había sólo una trampa en la que había caído por su falta de experiencia. Todo estaría bien, se casarían y vivirían lejos de este lugar.

Al llegar de nuevo a su habitación, ya la esperaban con el baño preparado. Otro día de recibir visitas en casa y por las tardes salir a atender eventos sociales. Desde su cumpleaños dieciocho desfilaban por esa casa llamados de Condes, Barones y Marqueses. Tomaban té juntos y escuchaban fascinados sus respuestas respecto a caballos, costumbres sociales y cacería.
—¿Y qué piensa hacer Miss Ackerman? ¿Solicitar a la corona que las mujeres puedan cabalgar a horcajadas?—preguntó el príncipe de de Armenia que había escuchado de la mujer que había retado al mismísimo duque de Mitras.
—No, pienso pedir que los hombres no puedan utilizar silla en absoluto, la mitad de ellos no podría cabalgar—respondió Mikasa con el rostro tranquilo
—Se escucha muy segura madame, ha corrido alguna vez sin silla.
—Así es como aprendí mi señor. La persona que me enseñó ha cabalgado con nativos en Asia y en América, en donde nadie utiliza una silla y los niños de diez años pueden subir a su caballo sin ayuda. Utilizar una silla de lado sólo logra frenarme—Recordó con cariño a su tio Kenny y dio un sorbo más a su té, dejando boquiabiertos al Marqués que había traído de visita al príncipe,  y al mismo príncipe. Este último, frunció el ceño fascinado.
—Se atrevería a retarme a mi, a una carrera Miss Ackerman. En Arabia Saudita aprendí a cabalgar sin montura—Mikasa levantó la mirada y mantuvo la expresión seria.
—¿No tenemos que apostar nada cierto?—el príncipe rió divertido.
—Lo haremos sólo por la diversión y maravilla de ver si sus palabras son ciertas.
—Hecho—respondió con una dulce sonrisa.

Tres días después en los periódicos hablaban del príncipe que había tenido que regresar sobre una camilla al barco en el que continuaría su viaje. Cabalgar sin montura no era para cualquiera y Mikasa lo hizo con gracia y apropiadamente sentada de lado.

Las primeras visitas de peticiones de matrimonio empezaron a llegar a Levi, quien se sentaba diario en uno de los estudios del palacete donde vivían como una pequeña familia Kiyomi, Historia y Mikasa, con las visitas ocasionales de Connie y Armin. El corazón de Mikasa se acongojaba con cada persona que entraba al estudio. Temiendo que su tío permitiera que alguno de ellos se uniera en compromiso con ella.

No había encontrado el valor para decirle cómo se sentía y aún menos desde lo sucedido con el duque. Esas últimas semanas no lo había visto en ninguno de los eventos sociales en Mitras, ni Armin o Connie lo habían mencionado. Tal vez, después de todo, había algo de remordimiento en él por haber ganado injustamente y la había dejado en paz como lo había prometido.

Mi ParaísoWhere stories live. Discover now