Capítulo 36

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Después de unas compras en el mercado, Mikasa caminaba junto a Olivia de regreso cargando toda la fruta que había encontrado y que la primavera había traído consigo. De pronto empezaron a notar grupos de personas agolpándose en la entrada de Shiganshina justo en la parte donde estaba la desviación hacia su casa.

—¿Qué está pasando ahí?—preguntó Mikasa a Olivia que se adelantaba

—Oh...parecen carruajes reales, mi Señora...¿La realeza visitando Shiganshina? ¿Desde cuándo?

—¿La realeza?...—con un jadeo, Mikasa sonrió—¡Rápido Olivia, por acá!—aún sonriendo Mikasa tomó de la muñeca a la dama y la llevó con ella por detrás de los puesto del mercado y algunas casas.

Olivia se detuvo antes de llegar, impresionada con el lujo de los enormes y elegantes coches reales. Había tres de ellos frente a la casa. Mikasa se adelantó a la entrada rodeando los coches y se colocó frente al que se encontraba al centro.

Uno de los pajes abrió la puerta y estiró la mano hacia la princesa Historia que bajaba con una solemne sonrisa a Mikasa.

—Su alteza real—la saludó Mikasa y Olivia corrió a hacer una reverencia completa junto a ella

Historia respondió a ambas, dando la señal de que podían incorporarse y empezó a caminar delante de ellas hacia la casa. Mientras que otros curiosos se asomaban detrás de los coches. La realeza nunca había pisado ese lugar, hasta hoy.

—Olivia, por favor ofrezcan algo de beber a los acompañantes de la princesa.

—Si mi Señora—rápidamente Olivia solicitó ayuda al mayordomo y al resto de los sirvientes, mientras Mikasa entraba a la casa detrás de Historia.

Una vez cerrada la puerta, Historia dio la vuelta con una amplia sonrisa y se abalanzó a Mikasa en un fuerte abrazo.
—¡¿Cuándo pensabas decirme que te habías mudado de regreso?!— le dijo con una expresión de sorpresa y de indignación al mismo tiempo.

Mikasa sonrió y la tomó de la mano para llevarla a su habitación. Una vez ahí, Historia se retiró los zapatos. Ambas subieron al sofá doblando las piernas debajo de ellas, tal y como lo hacían cuando se quedaban a solas en el palacete en Mitras.

—¿Cómo te atreves a irte sin decirme? Mi debut será en un mes y tu invitación fue devuelta dos veces desde Bodensee...¿Qué diablos haces aquí? ¿Cuándo vas a regresar?

Historia continuaba con las preguntas y Mikasa no sabía siquiera por dónde empezar. Levantó la mano y puso sus dedos sobre los labios de la joven princesa para lograr hacerla parar. Historia la miró con sus enormes ojos azules aún llena de preguntas. Mikasa tomó aire y empezó a contarle de su regreso a Shiganshina.


—¡¿Qué, divorcio?! ¡¿Divorcio?! ¡¿Acaso has perdido la razón?!

Mikasa la miraba tratando de sonreír, un poco nerviosa.

—Historia, tienes que entender que no podemos permanecer separados y casados por siempre.

—No, no, no, no...—Historia levantó las palmas de las manos frente a Mikasa—creo que la que no no entiende eres tú. Todavía no olvido cómo lloraste la noche que me dijiste cuánto querías a Eren, después me hiciste quedar en vergüenza diciendo la mentira más estúpida que se me ocurrió porque no querías siquiera ver al Duque...me fui unos días a clases y ya te habías mudado a su casa y entonces regresas a Mitras y me dices que te vas a casar con él, pero que todo estará bien, porque estabas muy feliz de casarte con él y...y ahora... ¡Ahora! ¿Divorcio? Nada tiene sentido...voy a regresar unos meses y me dirás que vas a tener un hijo con él después de divorciarte...—Historia agitaba la cabeza y movía las manos en el aire despotricando con las noticias recibidas y Mikasa apretaba los labios sin saber cómo responder.

Mi ParaísoWhere stories live. Discover now