Capítulo 31

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Mikasa entró al estudio empujando la puerta con todas sus fuerzas, logrando que esta vez se levantaran todos de golpe, incluyendo a Jean.

Caminó directo a la mesa y arrojó la arrugada carta encima—¡¿Cómo se atreve?!—gritó, con la mirada clavada en Jean.

Jean la miró primero con el ceño fruncido, pero al bajar la mirada al papel sobre la mesa, sintió un calambre en el estómago. ¡La maldita carta! ¡Debía haberla roto!

No... ¡Debía haberla quemado!

Y enviar a sus hombres a encontrar y matar a Eren, por atreverse a escribir tales palabras a una mujer comprometida.

—Caballeros, es hora de que se retiren— en segundos, los hombres a su alrededor salieron del estudio dejándolos solos. Mikasa esperó a que salieran sin dejar de ver a Jean a los ojos.


—Primero consigue un contrato de matrimonio en secreto, después me obliga a cumplirlo amenazando a mi familia...y no conforme con lograr lo que quería, ¡También ha escondido mi propia correspondencia! ¿Qué es lo que pretende? ¿Cuándo llegó esa carta?

Jean respiró profundo. No tenía caso que intentara mentirle, continuaría haciendo preguntas hasta saberlo—Tres días antes de nuestra boda—respondió

Mikasa abrió amplios los ojos. Días, apenas días separaban esa carta, su boda y el inicio de el desastre frente a ella. Se llevó la mano a la frente, tratando de procesar el hecho de que Eren le hubiera escrito aún después de haberla dejado, sabiendo que estaba comprometida con el Duque...y, si ya se iban a casar ¿Por qué diablos Jean había escondido esa carta? ¿Cuál era su propósito? ¿Controlarla?

—¿Por qué?—le preguntó, pero Jean sólo la miró en silencio—¡¿Por qué escondió la carta, por qué?!—le gritó desesperada.

Jean desvió la mirada de nuevo y recargó ambas manos en la mesa. «Por que temía perderte» resonó en su cabeza, pero no enfrentó la mirada de Mikasa, ni le respondió.

—No tenía ningún derecho a conservar esto, a ocultármelo...debió entregármela—insistió ella

Con una pesada exhalación, Jean miró hacia la mesa y respondió defensivo.

—¿Para qué? ¡¿Para que huyeras de nuevo con Eren?! ...¿Tanto interés tenías en él, aún a días de nuestra boda?—Jean mantuvo la mirada sobre la mesa, esperando a soportar la respuesta de Mikasa, esperando a controlar su ira cuando le respondiera que . Pero lo que provino  de la voz de Mikasa le hizo llenarse de temor.


—¿Acaso es incapaz de amar, su alteza?

—¿Eh?

—¿Tan siquiera entiende un poco lo que es amar?—Jean la miró perplejo, totalmente perdido con  las preguntas recibidas.



—Yo escogí casarme contigo...—continuó Mikasa—te había elegido a ti...¿Eso no significa nada? ¡¿Acaso no sientes nada?!—Mikasa le gritaba, no al Duque, no a su esposo, le gritaba a él, a su propia alma, con todo lo que le dolía dentro.

Un hombre que la besaba con pasión un día y al siguiente buscaba controlarla y humillarla.

No, un hombre capaz de amar no podría hacer algo así. Mikasa bajó la mirada, perdiendo cada vez más la fé en los posibles sentimientos de Jean por ella.


Al fin Jean levantó la vista, buscando los ojos de Mikasa, desbalanceado con lo que escuchaba. La encontró cabizbaja, con un rostro serio que mostraba una profunda tristeza.

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