Capítulo 16. Un año nuevo

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Tras en baile de invierno, llegó el día de año nuevo.

Leona habló con Farena y, suponía Vil, le explicó lo que había sucedido, por lo que su falta de protocolo no tuvo consecuencias para ninguno de los dos ni para la relación entre Afterglow Savannah y el Reino de las Rosas. La pareja no volvió a mencionar el tema, y tampoco la conversación que habían tenido en el balcón después de escabullirse del baile, era menos complicado fingir que nada había pasado y centrarse en la siguiente fiesta.

Las celebraciones de año nuevo eran una importante festividad en Pyroxene, y Vil las esperaba ansioso cada año. En palacio no tenían ningún baile o banquete, sino que decoraban todo y pasaban el día con sus seres queridos, comiendo, charlando e intercambiando regalos. El rubio jamás había estado fuera de casa para este evento, siempre lo había pasado con sus padres. Era extraño no estar allí también esta vez, en especial porque en Afterglow Savannah no parecían concederle la misma importancia.

De igual manera, quería transmitirle a sus padres sus sentimientos, y unos días antes del baile de invierno había ido a la ciudad con Ruggie para comprarles algo y enviárselo, no sería lo mismo pero se sentiría mejor al hacerlo. Hoy, la víspera de año nuevo, recibió la respuesta de Noel y Eric junto con un regalo, un adorno para el pelo en forma de rosa.

-¿Qué miras con esa cara de felicidad? -preguntó Leona, apareciendo de repente por detrás-. ¿De dónde has sacado eso?

-Es un regalo de mis padres por el año nuevo. Es para el pelo. Papá tiene uno igual, siempre quise que me lo prestara.

-¿Regalo? ¿Por qué te hacen un regalo? -inquirió el moreno, tomando asiento a su lado en el sofá-. No es tu cumpleaños ni nada por el estilo. No es tu cumpleaños, ¿verdad?

-Es costumbre hacer regalos entre familiares en esta fecha en Pyroxene -respondió Vil en tono apacible-. Yo les mandé unos pañuelos que compré en el mercado con Ruggie.

-Ya veo. ¿Me tienes que hacer un regalo a mí también entonces?

-Las tradiciones no son obligaciones -suspiró el menor con pesadez-. No tengo por qué regalarte nada y, para ser sincero, ni siquiera se me pasó por la cabeza hacerlo. Conoces perfectamente la naturaleza de nuestra relación.

El omega lo decía muy en serio, daba igual lo que pasara entre ellos o lo cercanos que se volvieran. Lo que tenían no era real, por mucho que, poco a poco, comenzase a parecerlo.

-Eres muy frío. ¿Qué más hacéis en año nuevo en Pyroxene?

-¿Por qué tanta curiosidad?

-Si no me intereso, porque no me intereso. Si me intereso, porque me intereso. Solo quiero aprender, no seas tan duro con tu pobre esposo, que no ha hecho nada mal en su vida.

Vil tuvo que contenerse para no poner los ojos en blanco ante el comentario.

-¿De verdad aquí no hacéis nada? -cuestionó el omega en vez de contestar.

-Depende. Hay quien sí, pero en general nadie suele hacer nada especial. En palacio es habitual hacer un banquete e invitar a los nobles, pero imagino que no querrás ir. Tampoco creo que vayan a invitarnos de cualquier manera, yo hace años que no enseño mi cara por ahí.

-No, lo admito, prefiero quedarme aquí tranquilamente, incluso si tú eres mi única compañía porque les has dado un par de días libres a Jack y Ruggie.

-Así que me prefieres, ¿eh? -comentó Leona, sonriendo con orgullo.

-¿El imbécil de mi esposo o un puñado de aristócratas que ven a los omegas como objetos reproductivos y mis suegros? Me parece que la elección es bastante obvia, ¿a ti no? -El león bufó, haciendo reír al rubio-. En Pyroxene tenemos un festival de invierno la última semana del año que concluye justo al final del último día con unos fuegos artificiales. Mis padres y yo los hemos visto desde el balcón desde que era pequeño. Durante el día intercambiamos regalos, hacemos galletas de jengibre, y pasamos el rato juntos.

Eres mi Alfa y mi Omega [LeoVil || Twisted Wonderland]Where stories live. Discover now