Capítulo 35. Reina

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  -Porque has sido la única persona de fuera del Valle de Espinas que no me ha tratado como a un monstruo.

Pero Vil no sabía de qué estaba hablando, y Malleus lo notó. Notó que ese preciado recuerdo no valía nada para el joven príncipe.

-Fue en un baile de máscaras -musitó el alfa con tono derrotado-. En la Isla de las Lamentaciones. En invierno, hacía mucho frío. Bailamos en el jardín. Todavía eras muy pequeño, así que te tuviste que subir a mis pies para poder alcanzarme.

-No... No recuerdo ningún baile de máscaras en la Isla de las Lamentaciones -respondió el omega-. Todas las veces que he estado ha sido en verano.

El rostro de Malleus se torció en un gesto de pura desesperación y Vil sintió algo revolverse en su interior, no su pequeño, que seguía inmóvil, sino una náusea repentina. Esas palabras habían sido la pieza que faltaba para que el mayor comprendiese que no eran pareja destinada, pero Vil no sentía satisfacción alguna. Malleus no se había portado bien con él, había intentado hacerle daño, le había hecho daño, pero Vil acababa de romperle en pedazos.

Lo estaba haciendo por su reino, por su vida, por su hijo, el hijo de Leona.

Aun así, de repente, todo le sonaba a excusa barata, como si su único objetivo hubiese sido siempre destrozar la única esperanza que tenía ese hombre. Y Vil sabía que no era cierto, que esa voz en su cabeza no le susurraba más que mentiras para hacerle sentir mal consigo mismo, que solo había hecho lo necesario para garantizar un futuro pacífico para los suyos. Sin embargo, no podía evitar odiarse en esos momentos, y con el odio llegó la lástima, y tras la lástima... llegó el miedo.

No podía percibir las feromonas de Malleus, pero incluso él pudo notar que el aire se volvía pesado a su alrededor. Si no fuera porque ya estaba unido a un alfa, Vil no habría tenido ninguna oportunidad, esas feromonas eran tan fuertes y aplastantes que harían a cualquier omega arrodillarse en el suelo y obedecer todas las órdenes que le diese aquel alfa, incluso a un omega dominante. Ni siquiera Sebek parecía inmune a ellas, y por mucho que se esforzase por tratar de contener a su príncipe, no tardaría en desfallecer.

-¡Tú! ¡Me he aferrado al recuerdo de aquella noche durante años! -exclamó Malleus, rabia y frustración en su tono agresivo-. ¿Tan poco significó para ti que ni siquiera te acuerdas?

-Joven amo, por favor, deteneos.

-¡¿De qué ha servido todo lo que he hecho?!

A Vil se le había formado un nudo en la garganta. Había hecho enfadar a muchos alfas en el pasado, pero esta era la primera vez que veía a uno verdaderamente furioso. Era como una bestia, un animal que había perdido todo su raciocinio para dar paso a una rabia desenfrenada. Sebek a duras penas era capaz de mantenerlo bajo control, Malleus era fuerte y había hundido sus uñas en el brazo del caballero, que no había emitido un solo sonido de queja a pesar de que estuviese sangrando.

Vil quería huir, pero no tenía a donde escapar, se chocaría contra el muro invisible que le impedía abandonar la habitación, y eso en el caso de que consiguiera pasar a través de los dos alfas. Se sentía acorralado. Estaba acorralado. No sabía qué más hacer aparte de fingir compostura y pensar en cómo evitar a Malleus cuando se le abalanzase encima.

Y entonces, lo olió. Hierba recién cortada bañada en el rocío de la mañana.

Su alfa.

En cuestión de segundos, su alfa estaba a la puerta del cuarto. Silver se encontraba a su lado, ruborizado, apenas manteniéndose en pie. Las feromonas de Malleus eran demasiado para él, tenían que sacarlo de allí cuanto antes o la situación se saldría de control. Se notaba que Silver estaba haciendo su mejor esfuerzo para contener sus propias feromonas, pero no aguantaría mucho más si se quedaba ahí, debía marcharse lo antes posible. Por supuesto, Sebek y Malleus reaccionaron a la aparición de los recién llegados, y Vil vio cómo la mirada de Leona se oscurecía con odio al cruzarse con la de Malleus. No sería fácil solucionar todo esto.

Eres mi Alfa y mi Omega [LeoVil || Twisted Wonderland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora