Capítulo 20. Sorpresa

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La fecha de vuelta había sido fijada. En una semana, para principios de marzo, Vil y Leona regresarían a Pyroxene.

Aparentemente, Crowley había pedido la colaboración de la familia real del Valle de Espinas, y se había podido descubrir que los causantes del ataque al príncipe eran unos opositores a que un omega tomase el trono de su país que habían obtenido el veneno con el que el atacante se había suicidado a través del mercado negro. Los culpables habían sido localizados y arrestados, y ya no parecía haber peligro. Toda la operación se había realizado en el máximo de los secretos.

Vil estaría aliviado si no fuera porque llevaba un par de días encontrándose enfermo, se despertaba bastante mareado y con náuseas, y aunque estas últimas desaparecían a lo largo del día, apenas podía comer porque continuaba con el estómago revuelto y prefería no arriesgarse a vomitar. Al león le preocupaba su estado, pero el menor le había quitado importancia, diciendo que era probable que se tratara del celo, pues no sería la primera vez que el celo le provocaba síntomas similares. Sin embargo, cuando el rubio despertó de la misma forma al cuarto día y seguía sin haber señales del celo, Leona decidió que era necesario que le viera un médico.

-Te aseguro que estoy bien -protestó el omega desde la cama, viendo al mayor vestirse para dirigirse al palacio-. Estás exagerando.

-Tampoco te vas a morir por que te vea un médico. En cualquier caso, sabremos si te estás muriendo.

-No seas melodramático, que no es para tanto.

-Deja de quejarte, Vil, voy a avisar a uno de los médicos de palacio y es mi última palabra -concluyó el felino con tono firme-. Es solo para quedarme tranquilo, ¿de acuerdo?

-No puede ser sano que los alfas os pongáis así porque vuestro omega se encuentre mal.

-Ya, discute tú con la biología -respondió Leona, inclinándose para besar la frente de su esposo-. Volveré en seguida. Si necesitas algo mientras no estoy, avisa a Jack o a Ruggie.

-Lo sé, fuera de mi vista.

El menor se acurrucó, hundiendo la cara en un cojín y haciéndose una bola. Últimamente, solo se sentía menos mal por las mañanas si adoptaba esa postura, no sabía por qué. Esperaba mejorar pronto, porque no quería preocupar a sus padres y, si lo vieran en su estado actual, se preocuparían.

Estaba convencido de que era a causa del celo, y solo esperaba que le viniese cuanto antes para pasar el mal trago y volver a encontrarse bien. Odiaba el celo, pero cualquier cosa era mejor que estar así más tiempo, no podía hacer nada por las mañanas debido a las náuseas, y las tardes no eran mucho mejores.

Mientras aguardaba la vuelta de su marido, Ruggie y Jack fueron a preguntarle si se sentía con fuerzas para comer, sin embargo, en cuanto le llegó el olor a comida tuvo que levantarse para ir a vomitar al baño, y Jack lo ayudó a regresar a la cama luego. Era un tormento, y lo peor era que no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

-Lo siento, creo que hoy tampoco voy a desayunar.

-No te disculpes, no es culpa tuya -le tranquilizó la hiena-. Leona volverá en seguida con un doctor, así que no te preocupes y céntrate en descansar.

-Es cierto, solo os quedan unos días más aquí -comentó el canino-, deberíais aprovecharlos para relajaros.

-Sería más fácil relajarme si no estuviera así -rio con amargura el príncipe.

-Por cierto, Vil, sé que no es el mejor momento para mencionar esto pero... Leona nos ha dicho que quieres que vayamos con vosotros a Pyroxene, ¿es verdad? -inquirió Ruggie.

No era mentira. Hacía unos días, antes de enfermar de forma repentina, Vil le había propuesto al moreno que Ruggie y Jack les acompañaran de regreso. Por un lado, se debía a que se había acostumbrado a su presencia y le gustaría seguir contando con ellos, aunque, por otro lado, lo había hecho porque le daban lástima, los dos solos durante meses, cuidando de una torre vacía. Tal vez la corte de Pyroxene no fuera un ambiente idílico, pero al menos no estarían solos durante a saber cuánto tiempo. Además, el lobo era originario de allí, por lo que era una buena oportunidad para que visitara a su familia.

Eres mi Alfa y mi Omega [LeoVil || Twisted Wonderland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora