🎴Capítulo. 13🎴

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De entre los árboles aparece un demonio horrible. Una luna inferior.

Tenía en su mano un clarinete color rojo con algunos símbolos de negro.

—No deberías estar por mis territorios, niña- se acerca con cautela y entrecierro mis ojos. Empuño mi katana al ver que acerca el instrumento a su boca.

—¿Tuyos?, a ti no te pertenece nada- eso pareció enojarlo, ya que en un segundo lanzó una melodía estruendosa haciendo que mis oídos pitaran.

Me lanzo a atacarlo pero este es muy ágil y esquiva mi ataque.

—Respiración de la tormenta, tercera posición, rueda de la tormenta- salto hacia el demonio y logró cortarle un brazo.

Tardaría muy poco en recuparearase, tengo que ser más rápida si quiero acabar con él.

Giro y cortó su otro brazo haciendo que el clarinete callera. Antes de tomarlo sentí que me lanzaban por los aires chocando con el tronco de un árbol.

La melodía volvió y sentí mi cuerpo pesado. Aún así, me levanté y miré al demonio quien sonreía con superioridad.

—Respiración de la tormenta, cuarta postura, caos deslumbrante- utilizo la respiración del sonido que Uzui me enseñó y me acerco en un segundo a la luna para cortarle los pies.

—¡¿DONDE ESTÁ EL CAZADOR?!- pregunto apuntando a su cuello, tenía sangre por todo mi uniforme y cuerpo.

—¿Hablas del joven cazador que vino hace unos días?, me lo comí- ríe macabramente- su sangre era buena, más lamentable, no especial.

Corto mitad de su cabeza y eso parece dolerle.

—¡MALDITA!- exclama con odio y chasqueo mi lengua.

Antes de que pudieras cortar su cabeza, se regeneró y me tomó por el cuello con fuerza. Busco una daga rápidamente y la entierro en su pecho logrando que me soltara.

Él atacó con su técnica de sangre y logré esquivar y eliminar unos ataques. Otros lograron impactarme cortando levemente mi rostro y unos más profundos en mis brazos.

La pelea continuó, estaba agotada y él también se veía igual. Una última respiración, sólo una y terminaba.

—Respiración de la tormenta, segunda posición, ataque del rayo- corro hacia el demonio y siento como una corriente eléctrica me invade. Mi katana estaba rodeada de electricidad y sonreí levemente.

Y esta vez, logré cortar su cabeza con éxito.

Al ver la cabeza caer al otro lado de donde estábamos caí de rodillas. Mis pulmones quemaban y tenía heridas profundas que me dificultaban respirar bien.

Como pude, me levanté y miré al demonio con una mirada neutra.

Miré sus ojos y sonreí sutilmente. Él era humano antes de ser esto, quizás no lo decidió o quizás si. Pero en este escenario, ya no me agradaba juzgar.

—¿Me podrías decir en donde se encuentran los restos del cazador?- pido mirandolo y él sorbe por la nariz para soltar un quejido de impotencia.

—Están en una cueva junto a los demás- responde casi inaudible.

—Ya podrás descansar, yo te doy mi perdón- eso pareció sorprenderle, él comenzó a llorar- todo estará bien.

Minutos después el demonio se desintegró y caminé hacia la cueva. Al entrar, con ayuda de una antorcha pude ver los cuerpos de las víctimas.

Enterré a todos y les di una despedida.

Al llegar al pueblo todo estaba normal. Al parecer las personas olvidaban todo luego de la melodía, sin enterarse de nada. El pueblo estaba alegre y festivo, esto le gustaría a Uzui.

Me recordé del niño y rastreé su olor. Llegué a una pequeña casa y entré para verlo rezar. Mi corazón se apretó al escucharlo pedir por la vida de su padre.

—¡VOLVISTE!- camina hacia mi para abrazrame y luego mira atrás de mi buscando algo, a alguien- ¿y mi papá?.

—Tú padre fue valiente, dió una gran pelea digna de admirar. Ahora él se encuentra en el valle de cerezos. Y se verán, pero no ahora- los ojos del niño se cristalizaron y volvió a abrazarme fuerte, reprimí un quejido de dolor, pero él debía sentirse mucho peor que yo.

—Quiero convertirme en cazador- suelta y aprieto mis labios.

—Te propongo algo, ¿qué te parece ser mi aprendiz?. No será nada fácil, pero prometo que te entrenaré lo mejor que pueda para que estés preparado para la selección final. Ser cazador es lindo, pero también tiene su lado opuesto. Piensa en tu respuesta y cuando estés decidido, me buscas. ¿Sabes en donde se localiza la sede?- él asiente.

—Nunca le dije mi nombre, me llamo Akiro Iwasaki.

—Yo Azami- sonrío mirando el brillo de sus ojos adorables- me tengo que ir, mi esposo debe estar preocupado.

Y como siempre, esa confesión hizo el impacto. Pero yo ya me había dado vuelta para irme hacia la sede. Si, con este horrendo estado, si iba a morir desangrada, que fuera en mi hogar y no en un pueblo desconocido.

☆ Ramé ☆  (Tengen Uzui y tú)Where stories live. Discover now