☆ Ramé ☆ (Tengen Uzui y tú)

🎋 Capítulo. 42 🎋

• AZAMI •

—Uzui, que tenga siete meses de embarazo, no me hace inútil — intento bajarme de sus brazos pero hace un sonido de negación.

—Tienes tus piecitos un poco inchados, yo puedo llevarte en brazos para que no te canses — explica con un tono de voz suave y cuidadoso. Inevitablemente hago un puchero comenzando a sentir como mis ojos se cristalizaban.

Últimamente tengo muchos cambios de humor. Pero el que más destaca, es el de llorar por la mínima cosa.

—¿Dije algo malo?, tienes unos lindos pies. Solo están un poco inchados debido al embarazo, pero continuan siendo muy extravagantes, cariño — se apresura a hablar pensando que su comentario me había hecho entristecer. Con una de sus manos limpia gentilmente mis ojos— ¿A qué se debe tu cambio de humor?.

Nuevamente mi puchero vuelve a aparecer — No lo sé — y seguido, comienzo a llorar. Detesto estos cambios de humor.

Él detiene su andar entre las glicinias y con sumo cuidado, toma asiento en el suelo con su espalda recargada de uno de los troncos de un árbol.

Con sus manos acuna mi rostro y se acerca para repartir unos besos por este varias veces.

—Está bien que llores. Debe ser muy frustrante esto para ti — intuye y asiento levemente — Tranquila, yo estoy aquí. Si te he podido soportar durante tantos años, puedo seguir haciéndolo por más.

—¿Por qué tienes que ser tan dulce?— murmurro limpiando mis lágrimas y noto como sonríe diminutamente.

—Porque te tengo a ti como esposa. Y mereces que alguien tan extravagante como yo, te dé el trato que mereces— responde tiernamente y coloco mi rostro sobre su pecho.

Una de sus manos acariciaba mi espalda baja mientras que la otra acariciaba mi panza.

Uzui sin duda está 100% enamorado del bebé sin saber el sexo de este. Todos los días se pasa hablando de las diferentes actividades que él hará (y haremos) con el bebé.

Él junto con Rengoku, se encargaron de crear la cuna, mecedora, armario, juguetes y demás para este bebé.

Mitsuri y Shinobu han tejido y confeccionado ropa unisex. Literalmente, ya el armario está repleto de ropa.

Tanjiro, Inozuke, Zenitsu y Akiro se han encargado de visitarme todos los días. Cuando llegan, me hacen entrega de flores que recolectaron en el camino. La casa está repleta de flores últimamente.

Tomioka y yo tenemos tardes de té una vez a la semana. Y aunque lo intente disimular, le gusta acariciar mi panza. Siento que hacer eso lo relaja de alguna manera.

—¿Ya estas mejor?— pregubta en voz baja y asiento con mi cabeza — Bien, vamos a casa.

El camino a casa fue uno tranquilo y silencioso. Aunque no esté cazando, Uzui me mantiene al tanto de todo lo que está ocurriendo. Hay veces en las que deseo poder salir a cazar, pero por obvias razones me tengo que abstener.

Mas aún así, a escondidas de Tengen práctico un poco con mis armas para no perder el toque.

Al llegar a casa, por fin me permitió caminar por lo menos hacia la habitación.

—Cuidado — susurra y me doy una mirada seria. Solo me iba a acostar en la cama. Él solo rasca su nuca con una sonrisa apenada— ¿Quieres algo de comer o de beber?. Últimamente he notado que bebes más té blanco, ¿quieres que te preparé un poco?— consulta acercándose hacia mi pata tomar asiento en el borde de la cama y verme atentamente.

—Sí, por favor.

—De acuerdo— responde para salir de la habitación. En su ausencia, tomo mi cuaderno de dibujar y mi lápiz, lista para plasmar en alguna hoja algo de creatividad.

Necesito relajarme, estoy emocionada porque Shinobu me dijo hoy el género de mi nuestro bebé. Claramente Uzui todavía no sabe. Pero se lo diré hoy. No sé preocupen.

—Amor, debes tener cuidado, está caliente. Mejor deja que se entibie un poco y luego lo bebes con más gusto — indica dejando la taza con el té sobre la mesa de noche.

—Ven, toma asiento — pido dejando unas palmadas en el lugar donde estaba sentado anteriormente.

—¿Qué ocurre?— pregunta un poco extrañado y sonrío con inocencia para tomar su mano y llevarla hacia mi panza.

—Saluda a tu hijo — digo suavemente mientras los observo con cariño.

—Que— susurra sin poder creerlo aún.

—Es un niño, tendremos un niño, Uzui— aclaro y noto como sus ojos se cristalizan lentamente y una sonrisa aparece en su rostro.

—¡Cielos, que alegría, amor!—expresa acercándose para plantarme un gran beso. Energéticamente se pone de pie y vuelve hacia mi para darme otro beso — ¡Trendremos un hijo!. Será el más extravagante, él más grandioso, educado, caballeroso, adinerado y codiciado de todos!!.

—Por supuesto que sí.

La noticia simplemente lo energizó por completo. Convocó a nuestros amigos e hizo una fiesta improvisada porque se tenía que celebrar el momento.

Uzui definitivamente está contando los días para ver a su hijo nacer.