🎋Capítulo. 17🎋

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—Primera lección, Akiro. Necesitas aprender la respiración de concentración total. Es esencial para todo cazador o Pilar- él asiente comprendiendo- alcanzame si puedes.

Comienzo a correr por el bosque utilizando la respiración de la tormenta, sabía que era muy rápida pero no me cohibí por el chico.

Aun así, me llevaba el paso y se le veía concentrado en seguirme.

Me moví haciendo que me perdiera por unos segundos pero luego respiro y corrió hacia donde estaba. Tenía buen sentido del olfato y resistencia.

Iba seguir corriendo pero le tomé por el cuello de su ropa repentinamente deteniendolo.

—Estuviste muy bien, tu respiración es buena, no será tan dificultoso para ti dominar la técnica en poco tiempo. Pero debes estar alerta siempre.

—Mi papá me enseñaba algunas cosas, él decía que en algún momento sería un cazador- recuerda con algo de nostalgia.

—Serás bueno, tengo buen ojo, y no escogería a cualquiera para que fuera mi aprendiz.

—¡AZAMI!- se escucharon los gritos de Uzui aproximarse y fruncí mi ceño- aquí estás- aprece enfrente de nosotros calmado- tenemos misión- posa su mirada en el chico de ojos color olivo y le mira fijo- Soy Tengen Uzui, Pilar del Sonido. Él más extravagante e inigualable Pilar que conocerás en toda tu vida- bufo.

Estrecha su mano con la del chico.

—Akiro Iwasaki, un gusto, Pilar- sabía que por la mente de Akiro debía estar diciendo lo tan creído y egocéntrico le había parecido Uzui.

—Akiro, concluimos por hoy, práctica la respiración de concentración total y en los movimientos que te dije. Cuando vuelva ya empezaremos a utilizar armas.

—¿Tan rápido?- preguntó nervioso.

—Si prácticas y llevas a cabo todo al pie de la letra, estarás listo. Confía en tí, tienes un gran potencial.

Uzui tomó mi mano con delicadeza y entrelazó nuestros dedos. Caminamos hacía la casa y tomamos lo necesario.

—Xodó- Uzui se gana toda mi atención, no era de llamarme así usualmente, y cuando lo hacía era porque el momento era importante- yo... yo quería darte algo- se le escuchaba nervioso- hace tiempo quería dártelo, pero quería que estuvieran perfectos. Sé que te encantan mis accesorios así que, yo mismo te hice unos exclusivos para tí.

Me entrega una caja decorada, se le veía nervioso y con curiosidad de ver mi reacción.

Al abrir la caja me quedé anonadada. Había una diadema, brazaletes y aretes parecidos, casi exactos de los de Uzui.

Me quedé boquiabierta. Todo estaba hermoso.

—Estuve meses creandolos para que te quedaran perfectos. Ni grandes y pequeños. ¿Te gustan?- me mira intensamente y sonrío.

—¡Me encantan!- me lanzo hacia él para abrazarlo- son preciosos, gracias.

—No me des las gracias, te los mereces- acaricia mi espalda- ahora déjame vertelos en tu hermoso cuerpo.

Luego de colocarme todo, miré mi reflejo en el espejo y sonreí de felicidad. Salí del baño y al él verme abrió levemente su boca.

—Te quedan TAN bien- coloca sus manos en cada lado de mi cara- pero no tanto como a mi, claro está- dice con un tono creído para luego besarme.

Caminando por el bosque empezamos a subir, y mientras subíamos el aire se volvía más denso y pesado. Comenzó a nevar y mis articulaciones empezaron a doler a causa del frío.

Aún utilizando la respiración de concentración total, me costaba respirar.

Uzui se dió cuenta de eso y se detuvo. Colocó sus manos en mis hombros y me miró algo preocupado.

—Estas congelada- susurra- no pensaba que íbamos a pasar por estas condiciones, no especificaron. Tenemos que buscar algún lugar en donde pasar la noche. ¿Puedes caminar un poco más?- asiento con dificultad- por aquí habían refugios.

—¿Cómo sabes?- digo titubeando, mis dientes chocaban entre ellos.

—Hago mis expediciones, amor. Además vi un mapa en la sede con los refugios. Se supone que no esté nevando hasta dentro de dos semanas.

—Crees que sea un de-demo-demonio- titubeo y mi cuerpo ya estaba dejando de responder. Mi uniforme no era el más abrigado que digamos.

—Posiblemente, debemos estar ya cerca, aguanta un poco.

Pasado un minuto caí de rodillas temblando. Estaba entrando en hipotermia.

Uzui corrió hacia mí y me tomó en brazos para empezar a correr hacia aquel refugio. Él debía estar igual aunque no lo demostrara.

Pasamos por unas rocas y dentro había una puerta, entramos y vimos el interior del refugio.

Había una pequeña chimenea. Uzui me dejó suavemente en el suelo y buscó desesperadamente madera para encender la chimenea. Pero no había madera cortada por ningún lado.

Mi vista se estaba poniendo borrosa y mi respiración era entrecortada.

—¡Al carajo!- dice para romper la mesa y las sillas de madera y hacer chispas con sus katanas para encender el fuego.

Una vez la chimenea estaba prendida, se acercó a mí.

—Hay que quitarnos la ropa- se despoja de su camisa y luego sus pantalones. Yo no podía moverme del frío que sentía en todo mi cuerpo- ven, te la quitaré.

Se acercó aun más y quitó mis prendas dejándome sólo en ropa interior. Colocó una sábana que había por ahí en el suelo cerca de la chimenea y me llevó en brazos hasta allí.

Se posó detrás de mi para abrazrame y tratar de regular mi temperatura. Comenzó a acariciar mi cuerpo creando fricción para que mis músculos no se acalambraran. Uzui estaba calientito y eso ayudó bastante.

—Bien, ya estas respirando mejor- suspira aliviado. Me acerco más a él para abrazarlo y cuando toqué su cintura brincó un poco- ¡Están frías!.

Iba a quitarla pero él coloca la suya sobre esta dejándola allí.

—No dije que la quitaras.

☆ Ramé ☆  (Tengen Uzui y tú)Where stories live. Discover now