🏮Capítulo. 34🏮

775 64 3
                                    

AZAMI

Algo andaba mal, no sabía el qué pero había algo que no me dejaba del todo tranquila.

Las personas en las vagones dormían, tendría que buscar al conductor del tren, él debía estar despierto.

Al llegar a este vagón le veo, me acerco silenciosamente hacia él y estando cerca coloco mi daga en su cuello, debía asegurarme de que no huyera. Aunque no había modo de que lo hiciera sin ser aplastado.

—¿Donde está el demonio?— pregunto utilizando mi más amenazante e intimidante tono de voz.

—No sé de qué habla— tartamudea y refuerzo la empuñadura de mi daga.

—Si sabe, y me lo dirás o por las buenas o a mi manera— amenazo tomándo con mi otra mano la daga de mi costado y haciendo un pequeño corte en su brazo. Él suelta un pequeño quejido de dolor— ¿donde está el demonio?.

—No puedo decirte, me mataría— lloriquea.

—Si no me dices, seré yo quien acabe contigo— vuelvo a hacerle otro corte, eran superficiales, pero dolían, lo sabía muy bien por experiencia.

—¡No sé, puede estar en todas partes!— su frustración e impotencia en su voz me decían que estaba diciéndome la verdad.

—Bien, pero sólo por si me mientes o intentas ir tras el para decirle, tomaré mis medidas.

Unto en mi daga un poco de veneno y lo paso por las heridas.

—Es un veneno leve, pero, no lo subestimes, sólo yo tengo la cura. Si me traicionas, mueres. Y es una muerte muy lenta y torturosa— indico con una leve sonrisa para marcharme.

A mitad de camino para llegar al vagón donde estaban los chicos, aparece un demonio. Saco mi katana y acabo con este rápidamente.

Al llegar al vagón veo como Uzui no está por ningún lugar, ¿a donde carajos se había ido?.

Tengo la opción de buscarlo, pero también debo quedarme aquí. Los chicos en este estado están vulnerables.

Es en eso que se escucha un extraño sonido por todo el vagón. Frunzo mi ceño viendo al techo. Una sustancia rara aparece cubriendo el techo y paredes.

Empuño mi katana y comienzo a hacerle cortes esperando a que se desvanezca, pero solo se regeneraba más y más.

Tengo que buscar a Uzui.

Le doy una última mirada a los chicos para salir rápidamente en busca del albino.

—¡UZUI!— grito al escuchar una explosión.

Entro al vagón proveniente y le veo pelear con un demonio. Luego de acabar con él tomó mi mano rápidamente sacándonos de allí.

—El demonio se encuentra en el techo— dice llevándome nuevamente al vagón donde se encontraba Rengoku— hay que despertarlos ya.

—No sabemos lo que sucederá si rompemos la conexión— le detengo al ver como se acerca a uno de los niños para soltar la soga en su mano— si la rompemos puede que los perdamos.

Nezuko salió de su caja y vimos como se acercaba a Tanjiro intentándolo despertar.

Escuchamos un quejido y giramos a ver a Rengoku. La niña que tenía la conexión con él despertó. Nos miró sorprendido y asustada pero antes de que pudiera hacer algo fue tomada por Rengoku. Este aún parecía estar en trance.

No sé que ocurrió pero Tanjiro despertó exaltado tocándose su cuello asustado.

—Ya estoy de vuelta, Nezuko, tranquila— la abraza— hay que hacerlos despertar antes de que sea tarde— nos mira preocupado.

—¿Cómo haremos eso sin causar algún tipo de daño en sus mentes?— pregunto tocando la frente de Inosuke, estaba sudando un poco.

—Tienen que saber que están en un sueño, todo es muy bueno para ser real— susurra cómo si estuviera intentando recordar algunas cosas— deben despegarse de ese anhelo.

—Tanjiro, todos los vagones están cubiertos por esta sustancia, nosotros debemos impedir que cubra todo el tren, ¿puedes con esto?— él asiente y beso su frente para salir de allí tan rápido como puedo. Esto no se veía nada fácil de tratar. Entre más rápido acabáramos con el demonio tras esto, mucho mejor sería.

Todo se comenzó a dificultar más cuando la sustancia intentó tacarme múltiples veces. Ahora debía esquivar y atacar todo lo que se moviera a mi alrededor.

En cierta parte agradecía que las personas estuvieran dormidas, de lo contrario, esto sería un caos horrible.

—Ya me cansé de esto— resoplo perdiendo la paciencia— respiración de la tormenta, posición tres, rueda de la tormenta.

Acabo con la mayoría de la sustancia, un gran grito de dolor se escuchó y supuse que era del demonio.

Un gran calor invadió mi cuerpo para sentir la presencia de alguien detrás de mi. Al girarme me encuentro con Rengoku, sonrío y me acerco a él para abrazarlo.

—Que bueno que hayas despertado— digo al separarnos.

—Te agradezco por la ayuda, pero me encargaré del demonio, quédate aquí protegiendo a los pasajeros— pide calmado y asiento— eres fuerte y ágil, úsalo a tu favor— me sonríe para marcharse.

Miro a mi alrededor, es inútil estar en esta área del tren, no hay nadie. Corro hacia los vagones donde había visto personas e intento acabar con lo que sea esa cosa viscosa.

Intentos y más intentos en vano.

Escucho un fuerte estruendo proveniente del techo. Instintivamente busqué la manera de llegar a este.

Al lograrlo me tope con Tanjiro peleando con un demonio.

Es hora de la acción, Azami.






☆ Ramé ☆  (Tengen Uzui y tú)Where stories live. Discover now