🎴Capítulo. 31🎴

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—Estamos de suerte, Uzui, si hubieras esperado más, Azami hubiera perdido total funcionamiento de la parte inferior de su cuerpo— informa Shinobu tranquilamente— por suerte logré contrarrestar y eliminar el veneno. Se supone que en la mañana despierte.

—Gracias, Shinobu— aveces hay que nuestras gratitud, aunque ella sabía que le agradecía (mentalmente) en ocasiones pasadas. Cuando se trataba de alguna de mis esposas, me obligaba a mí mismo a decirlo en alto.

—Azami es como una hermana para mi, por supuesto que ayudaría— asiento comprendiendo— deberías ir a darte un baño y a descansar, ella estará segura aquí.

—Si, vendré lo más pronto posible.

Me marcho de la finca mariposa y camino hacia mi casa más calmado. Los chicos llegarían mañana en la tarde si es que salían del distrito a la que los rayos del sol comenzarán a asomarse.

Habíamos acabado con dos lunas demoníacas superiores. Y lo habíamos manejado bastante bien desde mi punto de perspectiva. Estaba muy orgulloso de Azami, también de los mocosos.

Ellos también aportaron para obtener la victoria. Valiente y tercamente se enfrentaron a rangos superiores.

Tampoco descartaba el hecho de que mis otras tres esposas habían realizado un grandioso trabajo. Fueron calientes y fuertes, perseverantes.

Definitivamente soy afortunado por tenerlas a las cuatro. Bueno, pero en alto diré que ellas son las afortunadas por tenerme. Obviamente es así.

Luego de haber tomado un baño me dirijo nuevamente hacia la finca mariposa. Entro a la habitación donde se encontraba Azami y me acerco a ella.

Acomodo unos mechones de su cabello detrás de su oreja y dejo un leve toque en la punta de su nariz.

La amo, verdaderamente la amo. Y eso al principio me aterraba de una manera horrible. Cuando veía sus ojos y sentía como mi corazón se aceleraba o cuando me daba su abrazo en forma de saludo. Eran y son momentos únicos para mi.

Ella primero logró comprenderme  antes de juzgarme por mi ego. Y eso la hizo única ante mis ojos. Su personalidad y como entendíamos nuestro humor.

No me fijé tanto en su físico, porqué ella me hacía sentir de una manera única sin necesidad de crear algún contacto físico.

—Me tuviste que haber hecho algún tipo de takataka para amarte de esta manera, Xodó— suelto una pequeña risa irónica.

Me acuesto a su lado para tomarla en brazos suavemente y colocarla encima mio para abrazarla.

–◇–

Al amanecer sentí como alguien picaba mi mejilla. Abrí mis ojos de apoco y me encontré con Azami mirándome fijamente.

—Sí que tienes el sueño pesado, grandulón— bufa divertida— pensé que tendría que pegar un grito para despertarte.

—Te caerías al suelo— mira a un lado pensativa.

—Es cierto— dice como si hubiera descubierto algo grande y rio— Eres muy inteligente, mi grandulón— halaga y sonrío con suficiencia.

—Lo sé, no puedo evitarlo. No me disculpo si alguna vez te opaqué.

—Oh, no te preocupes, sólo ha sido hoy— mi sonrisa desaparece y ahora la tiene ella.

—Tonta— beso la punta de su nariz— ¿cómo te sientes?— acuno su rostro.

—Bien, siento cómo si tuviera unas espinas pinchándome las plantas de los pies, pero eso es mucho mejor que no sentirlas como ayer en la noche— pone sus labios en línea recta y asiento en silencio— estoy bien, Tengen— afirma mirándome a los ojos.

—Bien, te creo— digo resignado y ella sale de encima mio para quedar de pie.

—Perfecto, quiero visitar a Rengoku para comer algo juntos— sonríe, me gusta verla así, feliz.

—De acuerdo, primero vamos a darnos un baño juntos en casa y luego vamos.

Antes de irnos, Shinobu se aseguró de que estuviera bien y luego nos dio vía verde para irnos. Al llegar a casa, la tomé en brazos y llevé hacia el baño. Nos duchamos y salimos limpios de todo pecado.

—¿Me ayudas con esto?— me extiende un collar que le había obsequiado.

—Por supuesto, mi bella dama— susurro en su oído. Le coloco el collar y beso su cuello lentamente.

Ella se da la vuelta y coloca sus brazos alrededor de mi cuello. Mis manos viajan por su cintura hasta acabar a acada lado de sus caderas. Presiono la área y la calgo para que enrolle sus piernas a mis costados.

—¿Y si llegamos un poco tarde a la comida con Rengoku?— propongo besando su mandíbula para luego bajar a su cuello y lamerlo un poco haciendo que suelte un corto y bajo jadeo.

—Él entenderá— responde en susurro mordiendo suavemente el lóbulo de mi oreja.

—Creo que luego tendré que comprarte otro vestido, porqué ese acabará hecho un desastre.

☆ Ramé ☆  (Tengen Uzui y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora