Capítulo XII

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El Jeep abandonó el parque de estacionamiento y fue dejando las montañas para atrás, junto a la parada de autobús, donde él debió de estar en el momento en que el vehículo escolar llegó.

—Oliver, ¿vas a dormir?

Abby sonrió ante la ausencia de una respuesta.

—Oye, voy a poner algo de música, ¿está bien?

Ella encogió los hombros, nada ofendida por el silencio que Oliver parecía haber jurado mantener. Encendió la radio del vehículo y puso a reproducir las canciones que tenía almacenadas en su pen drive.

Oliver escuchaba en silencio, dando la imagen de que estaba dormido, sintiendo que aquella situación era una especie de bálsamo cicatrizante para él. Era un cariño humano que nunca había sentido.

En ese instante, el reciente abrazo se reprodujo en su cabeza. Su cuerpo parecía arder por su ausencia.

***

—Ah, ahí estabais.

Dyle encontró a Alexa y a Roger en el patio, sentados en un banco color marrón desgastado. Por el ceño arrugado de la chica, supo que no estaba de buen humor —y no era para menos —que Oliver se hubiera ausentado, la molestaba con creces.

—¿Qué quieres? —Alexa mascó el chicle que tenía en la boca, viéndole con una mirada nada amistosa —Creí que ya no estabas interesado en ser nuestro amigo.

—Alexa, no seas injusta. Me he pasado el fin de semana muy preocupado por vosotros, principalmente por ti. Es en serio, Alexa —sacudió los brazos, exasperado, comenzando a sentirse más nervioso —¡No le quemes la cara a Oliver! ¡Vas a echar a perder tu vida!

—¿Ah? —alargó el interrogante y alzó una ceja —Espera, ¿en serio creíste que yo iba a hacer algo así?

Dyle se quedó mudo a causa del dúo de carcajadas que explotó de repente.

—¡Tú estás flipado, Dyle! —hizo una pequeña pelota con el papel de aluminio que envolvía su bocadillo de queso y se lo lanzó a la cabeza.

—¡Solo lo dije con la intención de hacer sufrir a Oliver! —encogió los hombros, manifestando una sonrisa divertida al recordar el sufrimiento en su rostro —¿Acaso me ves a mí con cara de monstruo? Esas cosas solo las haría alguien como Oliver. Además, nunca comprometería mi futuro por alguien como él.

Alexa se alzó del duro asiento con un aire tranquilo.

—Pues eso vas a hacer si no te detienes —le advirtió Dyle.

—¿Qué? —toda diversión se esfumó del rostro de Alexa al escuchar semejante sugerencia.

Dyle se veía genuinamente serio.

—Alexa, ya está, Oliver ya ha probado, en carne propia, lo doloroso que es que te hagan bullying. Ya es suficiente, tan solo dejémoslo estar —insistió Dyle, mostrando abiertamente que solo estaba preocupado por sí mismo.

—Que ya ha es suficiente, dices —Alexa unió los dedos tras la espalda, luciendo pensativa —Entonces, ¿y qué pasa con mi hermano? ¿Y mi madre? Oliver ha destruido nuestras vidas.

—Pegarle no va a arreglar nada. Tienes que darme la razón —habló con cierto temor, fijándose en el desagrado reflejado en la mirada de Roger.

—Pero no me da la gana dejarle vivir tranquilo —negó Alexa, con la ira muy lucida en su expresión tensa.

Alexa seguía en su afán de seguir torturando a Oliver. Verlo todos los días y no hacerle nada, era algo que no podía aceptar. Su mente, le hacía imaginar, que, tras aquella mascarilla, se escondía una sonrisa.

Por favor, mátame o ayúdame [Completa]Where stories live. Discover now