Mal Presentimiento

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Como siempre perdón por los errores


-agita su tazita de comentarios - óuo)-🥤





El señor Gakhai le había contado a todos los pobladores de la aldea sobre su encuentro con Mongolia, aunque claro que había exagerado un poco en su historia, diciendo que el bicolor lo había atacado, pero que gracias a sus extraordinarias habilidades salió ileso de la agresión. 



-¡Es inaudito! ¿Cómo logró sobrevivir a la golpiza que le dimos? Debió morir, de seguro tiene pacto con algún demonio. - 




-¡No! De seguro él es un demonio ¿De qué otra manera explican que nunca lo podíamos atrapar, y cuando lo hicimos no murió? Pero más importante ¿Qué haremos ahora? Lo más seguro es que esté planeando alguna venganza en contra de nuestra comunidad. - 


Todos los aldeanos hablan en un auténtico caos, pues lo hacen al mismo tiempo entre el pánico y la incertidumbre de lo que pueda ocurrir, pues temen que el mongol sea exactamente igual a su padre ¡Incluso peor! 



-¡Silencio todo mundo! . - 




Grita Gakhai a todo pulmón mientras alza las manos, eso causa que el resto de gente guarde silencio, sus vecinos lo miran con temor, sin embargo este se esfuma al ver la sonrisa confiada del flacucho alfa, era obvio que este tiene un plan ¡Y claro que lo tiene! Y justo ahora lo piensa compartir. 



-Durante mi viaje a los pueblos del sur escuché del retorno de un grupo de mercenarios.. Ya ustedes saben, aunque según "él" no los acompaña. Según se cuenta, por el precio adecuado son capaces de deshacerse de quien sea, y sin remordimiento. Estoy seguro que si entre todos juntamos nuestro dinero, seremos capaces de poder pagar sus servicios y acabar de una vez por todas con Mongolia, y al ya ser clientes tendremos su protección. Se que es un sacrificio enorme para nuestros bolsillos, pero les aseguro que solo así tendremos por fin paz.. A no ser que aquí haya algún valiente que lo quiera enfrentar. Yo lo haría, pero me lastimé la rodilla en nuestro último encuentro, en el cual por cierto, casi perezco. - 



Los aldeanos comparten miradas dudosas por unos momentos, pero realmente es que a ninguno se le ocurre una opción mejor, así que deciden aceptar la idea de Gakhai, el cual sonríe ampliamente al ver que la gente va a su respectiva casa a buscar su dinero. 


Algún para de días después, por fin Mongolia había terminado de forjar su primer armar, una hermosa hacha de batalla, la cuál lo llena de orgullo, pues para su jóven edad es un trabajo extraordinario, aunque lamentable es algo pesada para él, eso sin contar que también es bastante grande.





-No te preocupes, ya creerás, y podrás utilizar esa hacha a tu gusto. Estoy seguro que cortaras grandes árboles con ella, sólo no deforestes el bosque.-



Comenta Malaca mientras mira con algo de gracia al alfa menor, ya que éste arrastra con dificultades su arma, pues desea ocultarla de un posible ladrón.


Por su parte, Singapur mira a través de la ventana al otro bicolor, en definitiva cada día Mongolia le gusta más y más, y parece que el sentimiento es mutuo, pues si bien el alfa aún tiene ese carácter frío y tosco que lo caracteriza, al menos ahora no huye de él, incluso cuando tiene que salir lo acompaña para no dejarlo solo. También siempre está muy al pendiente de sus necesidades, por ejemplo, cuando al Omega le llegó su primer celo, Mongolia rápidamente fue con los médicos del pueblo para pedir algún remedio, o medicina que le pudiera ayudar al de luna y cinco estrellas.


Un pequeño suspiro escapó de los labios de Singapur, su imaginación comenzó a volar muy alto.. Sin embargo su padre rompió su burbuja de felicidad con un estridente grito que lo hizo dar un brinquito .




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