El deseo de Yuan

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Como siempre perdón por cualquier error unu)

-Agita su tazita -







Durante varias semanas Wa en compañía de los asiáticos buscaron sin descanso el cuerpo de Singapur, lamentablemente sus esfuerzos fueron inútiles, pues los meses pasaban y el omega no aparecía.. Y con el tiempo Mongolia se dio por vencido. 

Tal vez algún espíritu del río consideró que Singapur era demasiado hermoso y puro para este mundo, y lo llevó consigo.. En definitiva esa idea le gustaba más a Mongolia que la posibilidad de que su amado haya sido devorado por algún animal carroñero. 

De ese terrible acontecimiento ya habían pasado siete años, y el mongol se había vuelto alguien mucho más duro, frío e inexpresivo, la gente que lo había conocido más recientemente pensaba que el alfa no tenía corazón, pues no a su hijo le mostraba una pizca de afecto o preocupación. 


Yuan mira por el enorme ventanal que da hacia los jardines, el día está por demás bonito, desafortunadamente él no se siente bien de salud, y sólo se puede resignar a ver todo como un ave enjaulada. 

Durante largos minutos ve a un grupo de niños jugando en los jardines, los infantes son hijos de algunos miembros de la mafia que allí vivían junto a sus padres, pues estos desean que sus retoños sigan sus pasos cuando sean mayores, aún así la convivencia con Yuan era nula. 

Con algo de curiosidad Imperio japonés vio hacia dónde el celeste (Yuan) se encontraba, de forma amigable el no poner agita su mano en un salón, el cual es bien correspondido por su contrario, aunque este lo hace con algo de debilidad. 

Los niños en el jardín comenzaron a realizar muecas graciosas y a bailar, incluso hubo quienes intentaron cantar, pues deseaban hacer reír al pequeño niño de la ventana, y vaya que lo lograron, lamentablemente la felicidad se vio estropeada por un terrible ataque de tos que atacó a Yuan eso causa que los niños detengan sus acciones. 

Rápidamente una dama de mediana edad ingresó a la habitación, se trata de la señorita Mei, la Nana de Yuan, la persona que prácticamente lo ha criado desde los tres meses de edad. 

La mujer se dirige a la ventana, de forma energética reprende a los infantes, estos huyen despavoridos como reguero de hormigas, pues la mujer no se ve para nada feliz. 

Gracias a un ungüento que le es colocado a Yuan a su pecho es que la tos desaparece, pero aún así le duele un poco respirar. 

-Señorito, recuerde que no puede tener emociones fuertes, evite reír tanto, es malo para su salud ¡Ya verán esos niños! ¡Los castigaré más tarde! Que suerte que ya venía para acá. - 



Yuan mira con cierta pena a su nana, aún así asiente un poco lo que dijo, aunque no le agrada la idea de que regañen a esos niños, pues ellos no hicieron nada malo, sin embargo mira hacia la puerta al escuchar que esta fue abierta. Lleno de ilusión sonríe, pues espera que se trate de su papá, pero en realidad es Wa. El alfa sonríe mientras mantiene ambas manos tras de sí, de igual manera se muestra con una sonrisa amable. 



-¡Hey! ¿Cómo se encuentra nuestro cumpleañero favorito? - 


-Estoy bien , tío Wa, gracias ¿Y mi papi? ¿No vendrá tampoco hoy? - 



-¡Uh, Oh! Verá, él está muy ocupado hoy, pero le manda un enorme abrazo, además según tengo entendido también envío varios juguetes muy lindos ¡Y mire! Yo le traje esto! - 


Comenta el mayor mientras entrega un bonito peluche de dragón a Yuan, el infante lo recibe de buena manera, aunque Wa detecta la tristeza del pequeño niño.. Es obvio que le falta el amor y compañía de su padre. 




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