CAPÍTULO 21

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Efectivamente, no pudo escaparse de asistir a aquella fiesta. 

Nunca había estado en casa de Patrick, pero era igual de grande y majestuosa que la de todos sus amigos. Aunque con toda la gente que había asistido el lugar parecía haberse encogido. Por que sí, lo que la pelirroja le dijo de que iba a ser algo pequeño era totalmente mentira. 

Por cierto, lo primero que le había dicho a Jude cuando llegó fue lo bien que se sintió haciendo lo pactado la noche anterior. Y bromeando, también le había dicho que no le interesaba estar con ningún hombre ahora que había descubierto el placer que podía darse a ella misma, aunque para Jude esto no sonó tanto como una broma. 

Ahora se encontraba en la cocina, sola, buscando entre todas las botellas que había alguna de agua. Pero todo lo que pudo ver eran bebidas alcohólicas, así que se frustró ante su garganta seca. 

Cuando estuvo a punto de rendirse, Ben apareció por la puerta. De todos los chicos del equipo, él era de los que mejor le caían, aunque tenía sus momentos estúpidos. Igualmente solía ser bastante amable con ella. 

-¿Que buscas?- le preguntó al verla tan histérica, mientras buscaba un cerveza con una sonrisa tranquila. 

-Agua- suspiró rendida-, pero no hay por ningún lado. 

-Bueno- soltó una risita mientras se giraba hacia ella y cerraba la puerta del frigorífico con el pie-, eso es por que en las fiestas no se suele beber mucha agua. Pero si tanto la quieres, arriba está mi mochila del entrenamiento. Dentro llevo botellas. 

Ahora mismo Ben era su mejor solución, por lo que lo tuvo bastante claro. 

-Dios, muchas gracias Ben- casi se arrodilló ante él-. ¿Dónde queda la habitación?

-Si no me equivoco, es la última puerta a la derecha. 

Se despidió de él animadamente y se dispuso a subir las escaleras a trompicones. Llevaba allí desde las ocho y eran casi las diez, y la garganta ya empezaba a suplicarle por algo líquido entre tanto calor. 

Avanzó por el pasillo a grandes zancadas, visualizando su objetivo. Estaba a punto de alcanzar el pomo cuando alguien la agarró de la cintura, y elevándola unos centímetros del suelo, la adentró en otro lugar diferente. 

Las luces se prendieron dos segundos después, identificando el cuarto de aseo. Se hubiera alarmado si no hubiera reconocido, extrañamente bien, los anillos fríos sobre su piel. 

-¿Pero que narices haces tú aquí?- preguntó totalmente sorprendida. 

Se ve guapo en esa chaqueta de cuero.

Se suponía que los martes tocaba con la banda, así que no entendía su función en esa casa. O no lo hacía hasta que levantó, con una sonrisa socarrona, un par de bolsitas con hierba en su interior. 

Sabía que Eddie antes asistía a fiestas a vender sustancias, pero nunca lo había llegado a ver. Se escondía bastante bien por las esquinas. 

-No sabes la cantidad de dinero que les he sacado a los estúpidos de tus amigos- apoyó la cadera sobre una de sus piernas, luciendo totalmente orgulloso por ello. 

-No son mis amigos- Jude se vio en la necesidad de aclararlo. 

-Eso da igual ahora- comenzó a saltar de emoción-. He venido a por ti antes de irme. 

Lo miró extrañada, y antes de responder se inclinó sobre el grifo para poder saciar su sed de una vez por todas, bajo la atenta mirada del chico. 

-¿A por mí dices?- no lograba captar sus intenciones.

ANGEL | Eddie MunsonWhere stories live. Discover now