CAPÍTULO 38

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Eddie seguía con la misma mueca pensativa incluso cuando hubieron acabado de jugar. Y no era para menos. Ver salir a Jude del mismo auto que Steve Harrington le había causado un cosquilleo raro en el fondo del estómago que no sentía desde que la veía caminando por los pasillos junto a Cardan. Eddie sabía bien que no tendría nada que hacer contra él. No tenía razones para sentirse así, pues confiaba en Jude y sabía desde hacía bastante que solía salir con él y Robin. Pero esa era la cosa, la rubia decía que salían los tres juntos siempre, pues no soportaría quedarse a solas con Steve por nada del mundo, pero ahora algo había cambiado.

Decidió no decirle nada, igualmente. No tenía derecho a sentirse así, pues al fin y al cabo aún no eran nada. No habían pactado ningún nombre entre ellos, Eddie sabía que Jude aún no estaba preparada y por nada quería presionarla de alguna forma. Por eso mismo, se sentía avergonzado de decirle que se sentía algo inseguro después de ese momento. Aunque Jude le hubiera entendido (porque ella siempre lo hacía), decidió callárselo.

Igualmente, no pudo retener la ira que sentía ante el solo pensamiento de ella estando cerca de otro que no fuera él. De pronto, sintió la necesidad de dejárselo claro, pero tenía que aguantar.

Obviamente, ella notó algo distante a Eddie, pero no se podía imaginar que esa sería la razón.

-¿Qué estás haciendo?

Noah acababa de salir por la puerta, despidiéndose de ambos adolescentes antes de salir a trabajar. Últimamente se iba bastante temprano, solamente se encargaba de comprobar que ambos estuvieran despiertos antes de desaparecer.

Jude se había marchado antes de la cama, dejando a Eddie durmiendo unos minutos más. De mientras, con un rotulador negro entre las manos, trabajaba sobre las etiquetas de los alimentos que se llevaría ese día al instituto. Odiaba la comida de la cafetería, además de que no era nada saludable, así que ella solía prepararse sus propias cosas de casa.

-Nada- cuando acabó, se echó hacia un lado para apartar el café del fuego antes de que se desbordaba, pues estaba claro que el rizado seguía demasiado adormilado como para darse cuenta-. No me esperes hoy en la cafetería, ¿vale?

-¿Y eso?- Eddie tuvo pleno acceso a ver la bolsa de panecillos con todas las tablas de información tachadas.

-Estaré con Chrissy.

-Vale- le dio un beso en la mejilla a modo de agradecimiento cuando le entregó una taza, sin indagar mucho más.

No era tonto, y podía hacerse a la idea de lo que sucedía, pero no era nadie para opinar ni preguntar algo sobre Chrissy o su cuerpo, así que decidió cerrar la boca.

Mientras Jude guardaba todo en su mochila, Eddie se acercó a abrazarla por detrás. Se permitió disfrutar unos segundos de ese gesto, balanceándose muy levemente junto a él, pero llegarían tarde al instituto, así que intentó separarse.

Eddie no se lo permitió, en cambio, la aprisionó contra la encimera frente a ellos. Sin haberle dado la vuelta, su espalda chocaba contra su pecho cálido. Acarició de repente su cuello, fue de manera tan suave que le causó un cosquilleo. Moviéndose para estar a la altura, Eddie depositó un beso húmedo en esa zona de manera suave. Se separó tan solo unos segundos, casi pensativo, mientras Jude cerraba los ojos ante la sensación. De repente, el agarre de su mano se hizo mucho más fuerte, dejándola sin aire por unos segundos antes de soltarla.

Jude se sintió tan extasiada como mareada.

Eventos así siguieron sucediendo a lo largo de la semana. Era como si Eddie luchara contra algo, como si quisiera reprimirse a sí mismo de decir o hacer lo que sea en lo que estaba pensando.

ANGEL | Eddie MunsonWhere stories live. Discover now