ANGEL | Eddie Munson

CAPITULO 43

Se había tenido que cambiar de ropa de nuevo, y lo había hecho de manera rápida en la parte trasera de su coche. Había tenido la suerte de encontrar una cabina telefónica en el camino, y pudo hablar con Nancy para avisar que estaba bien.

Bajándose de un salto y alisando las arrugas de la tela con sus propias manos temblorosas, se adelantó a cruzar las puertas de la Iglesia.

La ceremonia aún no había dado comienzo, pero el lugar estaba considerablemente lleno. Reconoció a varios alumnos de la escuela, que no tardaron en mirarla de arriba a abajo, y casi al principio, la cabellera castaña clara de Jason sobresalía. Le daba igual que a su derecha estuvieran Patrick o varios chicos más del equipo. Tampoco le importaba que Cardan y sus padres estuvieran sentados en el banco de atrás, ya con su mirada clavada en ella. Avanzo con un suspiro, con la mirada totalmente atrapada en la foto de su mejor amiga que ya habían colocado junto a su ataúd.

-Hola- le dijo él cuando llegó, apartando la chaqueta doblada que había usado para guardarle el sitio-. Esperaba que vinieras.

-Ya- alcanzó a decir.

Jason tenía los ojos igual de apagados que ella, y cada músculo de su cuerpo permanecía tenso.

Tuvo el impulso de contarle absolutamente todo lo que sabía, y también que era lo que de verdad le había ocurrido a Chrissy. Quería decirle cada detalle, y disculparse por no haberla podido salvar. Jude seguía creyendo que ella era la culpable, y tal vez seguiría con ese pensamiento toda su vida.

Cuando quiso darse cuenta, el evento había dado comienzo. El cura del pueblo fue el primero en hablar. Sinceramente, Jude no entendió ni media palabra, pero si lo hizo cuando la madre de Chrissy se preparó para su discurso. Tenía a su marido junto a ella, pero él estaba en silencio. Se sintió enfadada por todas las tonterías que dijo, y quiso imaginarse que su mejor amiga no había escuchado nada de eso donde quiera que estuviera. Chrissy no estaba sonriendo al ver a toda esa gente ahí, esa señora estaba equivocada. Jude sabía la verdad, y es que la pelirroja no aguantaba ni a la mitad de la gente que rezaba por ella, que lloraba ahora que se había ido. Sus compañeras del equipo le tenían envidia por ser la capitana, y más de una vez le habían hecho la vida imposible. Los chicos del baloncesto le hablaban por conveniencia, y excluyendo a Jason, Jude tenía claro que no habían hablado con ella más allá de lo que le dijeran por cortesía. Ellos nunca intentaron conocerla. Y la mujer que en ese momento lloraba frente a todos y recalcaba una y otra vez que Eddie estaba suelto (sin mencionar su nombre, por supuesto), había sido la misma que la había empujado hacia todos los problemas alimenticios que Chrissy sufría.

A fuera, apoyada sobre el capó de su coche y fumando de nuevo, Jason por fin encontró el momento ideal para hablarle.

-Lo siento bastante, Jude- cogiendo la cajetilla de sus dedos, no se preocupó por robarle un cigarrillo a ella. Fue Jude quién se lo encendió, usando su propio encendedor-. Quiero creer que esto no está pasando, pero a cada segundo se hace más y más real.

-Lo sé - Jude entendía bien lo que estaba sintiendo, ambos compartían eso de que una de sus personas favoritas fuera Chrissy-. Esto es una putada muy grande.

Asintió de acuerdo.

-En el partido, antes de despedirte de mí después de comprarle a tu novio me dijiste que la cuidara... ¿Sabías que algo así podría ocurrir?- tal vez sonaba absurdo, pero el chico no había podido dejar de pensar en eso-. Tú conoces a Eddie mejor que nadie más, ¿alguna vez el te hizo algo a ti? ¿Sabías que tenía pensado llevar a Chrissy a su casa?

El viento sonaba furioso a pesar de que el sol brillaba con fuerza sobre sus cabezas, y un escalofrío la recorrió de pies a cabeza.

-Jason, él es inocente. Sé que estás asustado y necesitas alguna razón para seguir adelante, pero no uses a Eddie para eso- cerró los ojos, negándose a mirarle-. Tu mismo lo has dicho, le conozco, y por eso mismo sé que él sería incapaz.