Capítulo 22.

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El reloj parecía moverse cada vez más lento, Taehyung por su parte estaba casi tentado a cometer el delito de despertar a su mascota, en otra ocasión quizá dentro de los recintos Kim, lo hubiese obligado a dormir en el piso, sin embargo en ese preciso instante ahí estaban, con Jungkook durmiendo plácidamente en la cama perteneciente a su amo, luego de haber follado la noche anterior, con Vante observándolo cómo un completo imbécil.

Y mientras esto sucede, con cada minuto que Kim pierde mirándolo, nosotros mismos podemos analizar la situación hasta ahora para intentar comprenderlo.

¿Quisieran saber por qué motivo verdaderamente nuestro adorado demonio viviente, es tan cruel? la respuesta es bastante sencilla a decir verdad, pues Taehyung es simplemente malicioso por decisión propia en base a su manera de afrontar la realidad que lo golpea.

Aquí no se trata de malos momentos en su niñez pese a que esta fue algo sofocante y cruda, tampoco se basa en los traumas que pudo haber desarrollado de adolescente ni sus errores de joven, no. Su personalidad inhumana ha sido forjada por el mundo en el que le ha tocado crecer, una selva de cemento y concreto, con las personas siendo fieras salvajes, los pecados constando en una caza sanguinaria y los errores resultando la sentencia de muerte con precio a su cabeza.

Vante creció demasiado rápido por pertenecer a un mundo violento y corrupto, forjándose así mismo el ser destructivo para no resultar destruido, malvado sin ser burlado, asesino para no ser asesinado. Kim Taehyung elegió ser el monstruo por no querer constar en víctima.

Método de supervivencia le dicen y es casi lo mismo que Jungkook sin saber, está utilizando con él. Pues V es el monstruo para subsistir mientras su mascota es la víctima para sobrevivir.

Nunca lo olviden, no se trata de amar, esto es meramente pecar por existir.—Es la ley del más fuerte, algo de la vida y no de sentimientos.

Suspirando y creyendo que quizá su pequeña mascota aún duerme apresada en los brazos de Morfeo, se acerca silencioso acechándolo hasta finalmente tomar asiento a su lado, en su mente aún cuándo nunca sea capaz de admitirlo, Jungkook le parece de las cosas más hermosas que ha visto y cómo buen ser dañino que es él, anhela destruir aquella pureza hecha ensueño hasta no dejar más que cenizas esparcidas en los recuerdos fortuitos de una relación caótica.

—Es curioso ¿sabes?—Murmura en cierto tono burlón, esbozando una sonrisa ladina cómo si de algún modo estuviese incluso burlándose de sí mismo, hablándole al cuerpo inerte yaciente dormido de su mascota personal. Necesita desahogarse, ansía contarle a Jeon todo disfrazándolo de simples acertijos sin sentido.—, el cuento de hadas es real, Kookie.— Aún si el menor estuviese despierto jamás lo entendería, nunca nadie entenderá los pensamientos retorcidos que invaden a Kim Taehyung en soledad, habiendo únicamente una cosa segura, son peligrosos y mucho.—Dios existe, el Diablo también existe, solo nosotros somos capaces de elegir a quién seguir y yo...—Murmura riéndose apenas, un simple sonido ronco cómo si reprimiera más un grito agónico burlado a través de la risa.—, yo escogí al Diablo, pero—Si lo viesen de fuera creerían que está completamente demente, pues es la forma en que alza su mano extendiendo el índice cuál pretensión de callar al menor, lo que se suma en rareza a su expresión pensativa de ceño levemente fruncido y belfos apenas abultados.—, la sociedad es muy estúpida. Es tiempo de que abandonen esa manía de culpar a Dios o el Diablo por el bien y el mal en la humanidad, somos nosotros los que designamos qué es bueno o qué es malo, es el ser humano quién señala al otro, cada uno es su propio todo poderoso y cielo o en ocasiones su propio demonio eligiendo algo o alguien para proclamarlo su infierno.

𝐔𝐍𝐇𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 © → Libro 𝐈. TaeKookWhere stories live. Discover now