Capítulo 1.

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Seis con cinco de la tarde.

Taehyung es una persona odiosa con ese asunto del horario, si él dice “quiero algo a las cinco treinta” debe ser a esa puta hora, no una más tarde y esto es lo que viene ocurriendo desde qué le pidió,—de forma para nada amable— a sus empleadas que alistaran a Jungkook rápido.

Mierda que sólo era bañar al maldito mocoso, no vestirlo para ver a la puta reina Isabel. Llevaban media hora de retraso e inevitablemente estaban jugándose no sólo su trabajo, sino que también su vida.

Iba a despedirlas, claramente sí, pero matarlas sólo dependía de la buena excusa que se inventaran las perras porqué joder, Jungkook medía ¿qué? ¿1,70 quizá? Taehyung estaba casi seguro que él a sus 1,79 de altura le llevaba más de cinco centímetros al mocoso, entonces ¿qué tan difícil podía ser bañar a un niño de dieciocho años? mierda medía poco y además debería pesar lo mismo que un perro pulgoso de la calle, no era nada complicado.

Estaba a punto de levantarse del cómodo sofá de su amplia sala para ir a averiguar qué mierda pasaba, más no pudo hacerlo cuándo las sirvientas aparecieron trayendo consigo a un aseado Jungkook siendo prácticamente arrastrado por las escaleras.

El mocoso emitía lloriqueos y gruñiditos tiernos, lucía cómo un gatito bañado a la fuerza quejándose malhumorado, eso era divertido ante Taehyung.

Estaba casi seguro de qué si seguía escuchándolo de ese modo se hartaría, terminando por molerlo a golpes follándolo sin límite alguno después.

Porqué si mierda, quería joderlo hasta partirlo en dos sin arrepentimiento alguno.

Primera ley de Taehyung, —el arrepentimiento es para débiles y lo sádico sólo para valientes.

—¿Por qué tardaron tanto?—Espeta. Su voz suena tan demandante, prepotente y ronca, qué Jungkook se sorprendió ante la ausencia de sarcasmo en comparación a horas atrás dónde lo lastimó. Su amo lucía cabreado, mucho, mientras él tenía miedo.—, les hice una puta pregunta. Es sólo un simple mocoso arrastrado de menos de setenta kilos ¿por qué mierda demoraron?

Segunda ley de Taehyung, —nunca llegues tarde, la puntualidad es símbolo de palabra y esta de confianza.

Por eso V no confía en casi nadie.

Por ahora.

Ambas mujeres bajan sus cabezas temerosas, existen dos tipos de tonos en Kim Taehyung, cuándo se burla de ti y cuándo va a asesinarte. Precisamente utilizaba el segundo.

—Señor, é-el...—Error. Nunca balbucees ante V, no seas débil, él odia la debilidad humana. Es digna de asco.—,no quería bañarse, señor.

—¿¡Y no pueden darle una jodida patada en el culo para entrarlo a la ducha!?—Casi grita levantándose, camina a pasos firmes deteniéndose ante la joven que le ha respondido y ríe levemente.—, ya entiendo. Aparte de perra inútil eres retrasada.

—Se-señor...—Dice casi en un susurro la mujer, temiendo no sólo por su vida sino que la de su familia misma, Taehyung es un caprichoso de mierda y no deja pasar una.

—¿Tienes hambre, cachorro?—Pregunta manteniendo su mirada fija al semblante tenso de la mujer quién presiona sus labios, mientras Jungkook aún sin ser nombrado, está consciente de qué es a él al que se refiere, asintiendo quedo con sus manos entrelazadas al frente, apretando el borde de la sudadera grisácea que tiene puesta.—,tendremos que darte comida, mocoso.

𝐔𝐍𝐇𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 © → Libro 𝐈. TaeKookWhere stories live. Discover now