Capítulo 27.

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“—Y aún cuando tenga que dejarte por un tiempo, recuerda que solo es para destruir las barreras que me impidan volver contigo.“






¿Existe una forma sana de amar? si nos ponemos a pensar, quizá deba de haber una, aunque estoy casi seguro de que el mundo la desconoce.

Debemos admitir que cometemos locuras por este sentimiento, por amor a algo o alguien en específico, a veces incluso sobrepasamos nuestros propios límites, rompemos barreras entre lo bueno y lo malo, lo justo y egoísta, así somos, así es en el mundo todo el tiempo.

Quizá por esta misma razón es que Min Yoongi prefirió el silencio cuando Vante le preguntó sobre las locuras por amor, él conoce mejor que nadie los sacrificios que ha llegado a cometer con tal de proteger a la persona que su corazón escogió para amar, inclusive rompiéndose así mismo en muchas ocasiones teniendo que reprimir el dolor disfrazándolo de indiferencia.

Claro que cometió mil dementes cosas por amor a alguien y ese alguien, fue SeokJin aunque este no lo supiera del todo.

Fracturas, golpes, hemorragias, Jin definitivamente no se encontraba bien, todo en su cuerpo era un caos y Yoongi únicamente podía recordarlo en aquella camilla sin esperanzas mientras conducía como un demente llevándose cuánta cosa a su paso encontrara de camino a los recintos Kim. Lágrimas empañando su campo de visión a modo que descendían por sus mejillas, de manos firmes al volante golpeando este en reiteradas ocasiones, un estado irracional que avecinaba desastre.

—Va a saberlo todo, se lo diré todo, maldito hijo de puta,— Casi grita al girar en un cambio de ruta, haciendo resonar los neumáticos y por poco perdiendo el control volviendo a acelerar.— si yo no tengo a SeokJin, tú no tendrás a Jungkook.

¿Qué somos capaces de hacer por amor?

¿Qué cosas haz hecho por amor, Yoongi?— Las palabras de Vante resonaron en sus pensamientos esbozando una sonrisa ladina, que iba a saber ese bastardo de amor cuándo él tuvo que callar los peores pecados de Jin con tal de protegerlo, dejarlo ir a los brazos de otro aún amándolo con devoción, soltarlo aún cuando no quería hacerlo.

—¡BASTARDO!—Gritó entonces con todas sus fuerzas cuándo el coche frenó violentamente en medio de la entrada principal de la mansión, rebuscando antes de bajar en su guantera hasta encontrar el arma que jamás quiso usar negándose a su linaje por herencia, quitándole el seguro a aquella calibre 38 finalmente descendiendo mientras alzaba la misma soltando un par de tiros al cielo manteniendo su sonrisa casi demente. —, AHORA SI TE TENGO UNA RESPUESTA, VEN AQUÍ VANT-

—¡¿Qué coño estás haciendo Min?!—Esa voz, Suga no pudo hacer más que sonreír tras escuchar el motor de una motocicleta apagarse detrás suyo, una sonrisa que se ensanchó contemplando la figura de Vante entonces, con este saliendo armado de igual modo, manteniéndose de torso desnudo vistiendo únicamente sus pantalones, mientras que su tan amado Jungkook corría detrás de él con la camisa del mayor, la misma que aún contenía la sangre de SeokJin y Jimin, bastardo hijo de puta, pensó Suga entendiendo lo que estaba ocurriendo.— Carajo, Yoongi ¿qué quieres hacer con todo esto?

—Es curioso que lo preguntes, Hoseok, porqué las cosas que tengo que contar justamente te involucran ¿quieres saber?

—Yoongi.—Sentenció Vante al oírlo, con el nombrado girándose hasta quedar en medio de ambos mirando a un lado y luego a otro sin borrar su sonrisa, contemplando de reojo como Jungkook se ocultaba tras la espalda de Kim observándole asustado, pobre mocoso, el único que estaba condenado de todos esos hijos de puta era ese niño, así lo veía Suga y en secreto lo lamentaba.— No es momento para tus estupideces.

𝐔𝐍𝐇𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 © → Libro 𝐈. TaeKookWhere stories live. Discover now