𝐔𝐍𝐇𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 © → Libro 𝐈. TaeKook

Capítulo 10.

Tres horas, cuarenta minutos, doce segundos, habían transcurrido desde que Taehyung envió a llamar al médico familiar para que curase a Jungkook, quedándose allí en la habitación que decidió obsequiarle al menor, sentado en un sofá situado a un lado de la cama, mirando todo con detalle.

Se hallaba fumando su décimo cigarrillo, su cabello se encontraba húmedo después de haber tomado una ducha rápida vistiéndose elegantemente con uno de sus trajes grisáceos cómo de costumbre, mientras aguardaba la llegada del médico, siguiéndole los pasos al hombre cuándo este llegó a la casa, para así, asegurarse de que nada malo le ocurriese a su mascota.

Había aprendido más cosas de Jungkook en estos días, cómo cuándo vió al niño maravillarse con un comercial de ositos de peluche que traían accesorios estúpidos, para cambiarlos poniéndole ropas chillonas y rídiculas, decidiendo entonces enviarle a comprar toda la colección de un total de diez osos con sus artículos, llevándoselos a ese cuarto sin habérselos mostrado al mocoso aún.

O cuándo supo lo mucho que Jungkook parecía amar la música, pues lo descubrió mirando con adoración las guitarras que Hoseok tenía en una vitrina de camino a la sala, enviándole a comprar un total de tres de esas mierdas, diciéndole a Jhope que le pagaría más dinero, con tal de qué este le enseñara a tocar guitarra al menor, poniéndole en esa habitación no sólo los instrumentos sino que también un piano de color azul.

Y si debemos mencionar la fascinación que destelló en los orbes azules de Jungkook cuándo vió al conejito mascota de Jimin, tenemos que hablar también de cómo Kim Taehyung envió a cubrir las paredes de la habitación con papel tapiz celeste de conejos blancos o el día dónde decidió comprarle pijamas rosas estampados de esos tediosos animalitos, trayendo consigo dos peluches de estos, almohadones y cobertores, todo de jodidos conejitos, simplemente porqué a su Kookie le gustaban esas mierdas peludas.

Así de imbécil estaba, Taehyung no se daba cuenta de lo fácil que se hallaba cediendo ante los gustos de su mascota, pues Jungkook no le pedía absolutamente nada, pero él se lo daba aún así.

Claro que Jeon no sabía de todo aquello y seguramente, se sorprendería mucho al despertar encontrándose con aquellas incontables cosas de regalo para él.

Y joder, Vante estaba ansioso de contemplar aquella sonrisita tímida e inocente, dedicada solamente para él.

—Esto es jodidamente nuevo, —Escucha entonces a su lado en tono divertido, alza una ceja dando una calada a su cigarrillo y gira su rostro encontrándose con Hoseok mirándolo burlón.—¿desde cuándo dejas que otros hombres, toquen a tus mascotas?—Dice haciendo referencia al médico, con Taehyung encogiéndose de hombros.—, todo esto es nuevo, mierda, hasta le has dado una habitación propia.

—Es sólo un puto doctor curándolo, —Responde arisco odiando ser interrogado de esa forma.—además, al mocoso le encanta que sea yo quién se la meta hasta gritar por mí, se calienta con mi polla, no por ser tocado en manos de cualquier imbécil.—Ahueca sus mejillas soltando un sonoro suspiro, emitiendo un asentimiento cuándo el médico termina de curar al niño, tomando sus cosas retirándose.—En cuánto al asunto de su nuevo cuarto, es mi puto problema lo que quiera darle, le compro cosas con mi dinero, lo malcrío porqué quiero, —Se levanta encarando a Hoseok con una ceja alzada.—el mocoso se dejó follar muy bien y soy lo suficientemente egocéntrico cómo para admitir, que su culo es lo mejor que me he follado en años, Jhope, así qué al ser él un buen perrito yo soy un buen amo, él se deja empotrar en la puta cama conmigo metiéndosela y a cambio le doy lo que quiera, no te metas en mis asuntos.

Hoseok le mira de una forma qué, ante los orbes de Taehyung, se muestra malditamente recelosa, molesta e incluso enojada, conoce lo suficiente a su mejor amigo cómo para saber que lo ha hecho rabiar, no obstante Jhope se traga su enojo aparentando que nada ocurre y V, simplemente lo deja pasar, por ahora.