Capítulo 32.

853 107 6
                                    

















Lunes, 22:35 horas, Jeon Jungkook.

Carta para Kim Taehyung.



Y si amarte es el precio de haber nacido con tu sangre, entonces me declaro culpable dispuesto a sucumbir en el infierno de haberme enamorado.


“Me han pedido escribirte una despedida, supongo que es porqué asumen que no saldré de este lugar con vida y sinceramente yo empiezo a pensar lo mismo.

Poco a poco estoy recordando todo ¿sabes? por momentos los recuerdos de mi niñez, de nuestra niñez, invaden mi cabeza torturándome.

¿Qué tanto mal te he hecho, Kim Taehyung para sufrir tanto a cambio de tu mísero cariño?

Quiero entender nuestra clase de amor enfermizo, no sé que hacer exactamente conmigo, cayendo en cuenta que a pesar de que lo nuestro no podía ser me enamoré de ti en un solo día, Vante.

Tú siempre serás mi veneno más letal y efectivo, has de ser mi elección incorrecta volviéndose mi prioridad, mi enfermedad y cura, creo que tú necesitas saberlo y yo no puedo irme sin decírtelo.

Te amo, yo si lo hago, estoy considerando que de ambos en esto que tenemos, soy el único amando realmente, quizá se trata de que aún me queda algo de inocencia e ingenuidad, esa que tú preservaste a cambio de sufrir en mi lugar y la uso entonces para enamorarme de tus demonios queriéndote en el infierno mismo que disfrazas de cielo todos los días.

Eres malvado, Kim Taehyung.

Eres sin lugar a dudas la persona más enferma y cruel que he conocido, pero te amo, hiciste tanto daño en mi ser que terminé amando el dolor que camuflabas de amor para maltratarme usando de justificante tus heridas del pasado.

Dices que no culpas a nadie más que a ti mismo del monstruo en el que te has convertido, pero si es así entonces ¿Por qué me haces pagar a mí las consecuencias de quién eres?

Si no existen culpables de lo que somos ¿Por qué soy yo el receptor de la ira que guardas en tu alma y que a estas alturas me ha terminado de hacer mierda?

Soy tu prisionero, Vante, una mascota que a pesar de los maltratos de su dueño le sigue siendo fiel, soy exactamente lo que tantas veces me has repetido, un perro leal a su malévolo amo quién lo forja a su forma y semejanza.

Te pertenezco, soy tan tuyo que duele, soy tan tuyo que lastima, que enferma, que me hace odiarte.

Me hiciste pedazos, Taehyung, me haz hecho trizas a más no poder, te llevaste mis últimas esperanzas al punto de destruirme robándome piezas que ahora me impiden volver a estar completo.

No sé si saldré de aquí con vida, no sé si ambos volveremos a vernos algún día, pero si el destino nos rencuentra en una escena diferente, juro por mi existencia que las cosas serán distintas.

Te juro que si tengo la oportunidad de estar en tu lugar conocerás lo que me haz hecho pasar, serás tú quien me mire llorando, rogando por ser amado, suplicando, suplicándome tanto como yo te he suplicado que me ames aunque sea un poco, seremos condenados si, pero nos vamos a devolver de por vida este karma inmundo que tú comenzaste en lo mundano que significó cruzarnos.

Tú eres culpable de que no sienta más que dolor, tú eres causante de que no sepa hacer otra cosa que no sea amarte a pesar de que me hace agonizar este sentimiento, tú eres la causa y consecuencia de haber nacido con tu sangre.

Quiero pensar que tendremos un final feliz ¿pero por qué no lo veo? Es que acaso existe una prohibición para que los dementes siéntamos amor ¿es eso?

Porqué no logro comprender que es esta mezcla de odio por todo lo que me hiciste y amor por adorarte como a nadie sin ver nada más que no sean tus ojos, tu dolor, tu violencia, tu inhumana personalidad.

¿A quién quiero mentirle? estoy seguro de que aún ahora que mi prometida condena a muerte me garantiza alejarme de ti definitivamente, lo único que quiero es correr de nuevo a tu cautiverio, volver a estar bajo tu poder, dominado a la maldad que emanas, retenido en tus brazos sin escapatoria.

Te odio porqué me haz condenado a estar contigo a la fuerza, te amo porqué no sé que hacer si no estoy contigo.

Te diviertes con mi dolor, lo sé y no entiendo por qué diablos sigo contigo, me enseñaste a odiar cuándo comencé a amarte.

Supongo que estamos destinados a eso, a detestarnos por lo que nos hemos hecho durante años, a amarnos por lo que hemos vivido juntos hasta ahora. Entiendo que esa promesa que me hiciste fue el pase directo que te di para hacerme mierda, te entregué el arma sin seguro, la puse en mi cabeza y esperé mirándote a los ojos a qué dispararas.

Kim Taehyung, de haber sabido que este amor tan malsano que me fue entregado, iba a consumirme al punto de volverme un completo demente, juro que hubiera preferido la muerte antes de que caer en la necesidad de adorarte.

Quizá hoy sea mi condena a morir, tal vez deje de vivir para siempre y no pueda decirte esto a los ojos, quizás incluso me falte valentía de hacerlo algún día.

Pero estoy seguro de que en otra vida si es que existe, las cosas serán diferentes, mi enfermedad que es amarte será tu condena por haberme herido tanto, por arrastrarme hasta aquí, por no darme elección, libertad, derechos, tú siempre fuiste mi verdugo, siempre has sido mi captor, nunca fui libre ni lo seré, nunca tuve un modo de vivir digno, siempre se trató de ti, eras tú reteniéndome, tú doblegándome, cuidándome, enfermándome, matándome lenta y dolorosamente.

Tú Kim Taehyung no eres más que ese sentimiento malsano que se apoderó de mis emociones al punto de enloquecerme, eres impuro e insano, maldito y te amo, joder te amo tanto que me destroza, te amo tanto que duele, te amo tanto que te odio.

Te odio, te odio, te mil veces odio, te odio y te amo, te putamente amo, Tae, mi Tae, mi amo, dueño, mi único amor.

Te amo tanto que odio amarte y haré lo posible para que pagues por este amor que estoy sintiendo.

Es una promesa.“






—Mi amado Kookie,—Sonrió al terminar de leer aquella carta, una sonrisa maquiavélica que escondía la más turbia excitación por el odio que escupía Jungkook en esas palabras, fundido al dolor de un sentimiento tan distorsionado que en otra vida hubiera sido el amor más verdadero.—mi hermoso perrito, no importa cuánto me odies, no me interesa cuántas veces me jures en esta carta que vas a hacerme mierda, seré yo quien te destruya, te haga todo el daño posible y me importa un carajo si me haces lo mismo o peor, después de todo será un continuo devolver de golpes mutuos que de alguna forma te impedirán dejarme u olvidarme, —Rió amargamente tras encender el motor de su coche acelerando con violencia.— tú nunca vas a dejarme, Jungkookie.













𝐔𝐍𝐇𝐄𝐀𝐋𝐓𝐘 © → Libro 𝐈. TaeKookWhere stories live. Discover now