Aprendiendo amar

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Ya en el mercado, Poncho empujó el carrito mientras ella conseguía lo que necesitaban.

Poncho: Si viniste por mi compañía, ¿por qué estás tan lejos? Preguntó, agarrando su cintura.

Any sonrisa: porque quiero terminar pronto, para que podamos salir un poco antes de regresar a casa.

Poncho: entonces vamos, porque quiero salir mucho y no solo un poco.

Le besó el cuello y se fue por el pasillo, tomando todo lo que tenía en la lista lo más rápido que pudo, haciendo reír a Any.

Any: tranquilo bebe, tengamos mucho tiempo. Ella se le acercó.

Poncho: Si tu madre pasa todo el día allí, será suficiente para la cantidad de tiempo que te estaré observando sin poder tocar.

Any sonrisa: sólo tú bebé. Tomó asiento y volvió a la tienda.

Diez minutos más tarde salieron del mercado, Poncho condujo hasta el parque cerca del edificio de Any y fue a sentarse junto a un pequeño lago allí.

Poncho se sentó en un banco y Any se acurrucó contra su pectoral. Se quedaron durante minutos así, acariciando su cabello y acariciando su vientre con la mano.

Poncho: Es bueno estar así contigo. Él besó la parte superior de su cabeza.

Any; también me gusta ganarme tu cariño. Ella se volvió hacia él, sonriendo. "Pero prefiero tus besos".

Poncho: ¿Prefieres? Él le sonrió a la barbilla.

Any asintió, el

Se pasó una mano por la nuca, le acercó la cara y lo besó. Un beso tranquilo y apasionado. Terminaron con pajaritos, con la frente pegada y sonriendo como tontos.

Poncho: ¿Qué quieres hacer con tu madre, no me eches de tu camino cuando tengas noticias de nosotros?

Any: No tengo idea, pero pensaré en algo. No pretendo esconderlo de ella por mucho tiempo. Ella le acarició la cara. "Realmente no podía ocultarlo".

Poncho: ¿Y si hablo con Tisha? Ella se apartó un poco, sosteniendo su rostro entre sus manos. "Me pongo la mejor cara de niña, y te explico que no puedo respirar lejos de ti.

Any riu: eres demasiado exagerado poncho! Ella apretó su mejilla. "Realmente no quería hacerte pasar por la vergonzosa situación de aguantar el sermón de mi madre". Se torció la nariz.

Poncho: para ti y para estar cerca de ti, tengo una situación embarazosa.

Alguien sonrió. ¿Soy tan importante?

Poncho: más de lo que puedes imaginar princesa. Dijo seriamente, luego la atrajo para darle un beso más.

Se quedaron un rato más hasta que les dijeron que era hora de irse a casa. Cuando llegaron, Tisha esperó en la cocina, preparando la salsa de ravioli.

Tisha: finalmente llegaron! Pensé que habían perdido su camino a casa.

Any; es que el mercado estaba lleno mamá. Poniendo los bolsillos que llevaba sobre la mesa, seguido de Poncho, ¿qué puedo hacer?

Tisha: puedes hacer el postre.

Any: y cual sera?

Tisha: Delicia de fresa.

Poncho: ya me encantó el postre. - sentado en la mesa.

Any: Amas cualquier cosa que yo haga y yo.

Poncho sonrió: siempre eres bueno en lo que haces y Dona Tisha cocina divinamente bien.