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XXX: Vine por comida y bebida.

Poncho: No sé cómo conseguiste la invitación al Oscar, pero quiero que te vayas de aquí ya.  - cada vez más nervioso.

Oscar: Así es hermanito, vine lleno de buenas intenciones.  - la sonrisa sarcástica siempre en su rostro.

Poncho rió nervioso: ¿buenas intenciones?  ¡El infierno está lleno de ellos!  ¡Ahora sal de mi vista!  - dio un paso hacia Oscar.

Any lo retuvo: cálmate mi amor, solo quiere arruinarnos el día porque está celoso del hombre que nunca podrás ser.  - Le lanzó una mirada a Oscar - En cuanto a ti, Oscar, desaparece de nuestra vista, porque te juro que la próxima vez no sujetaré a Poncho, al contrario, ¡estaré feliz de dejar que te dé una buena paliza!

Oscar levantó las manos: Está bien, voy a dar la vuelta.  - Cogió una copa de champán de la bandeja de un camarero que pasaba - ¡Felicitaciones a la pareja!  – Levantó el vaso con su cínica sonrisa desapareciendo por el pasillo.

Any: cálmate amor, no dejes que arruine el día más maravilloso de nuestras vidas.  - Preguntó con voz de bebé.

Poncho la miró: está bien princesa, solo necesito un poco de tiempo para calmarme.

Any: así que vamos a nuestra mesa.  - sonrió jalándolo de las manos - Estoy cansado de estar de pie.

Poncho: lo que quieras, amor.  - la siguió a sus amigos.

Any se sentó al lado de Ruth, miró a Poncho y como platicaba relajado con Ucker y Chris volteó hacia su suegra.

Any: ¿cómo pudo Ruth hacer eso?  – La mujer la miró sin entender – Utilizar el hecho de ser la madre del novio para poner aquí a Oscar fue la actitud más egoísta y sórdida que pude tener.

Ruth: Oscar es mi hijo y también parte de esta familia.  - se defendió.

Any: Poncho también es tu hijo y una buena madre quisiera ver feliz a su hijo en su matrimonio.  – Sacudió la cabeza en un gesto negativo – Rezaré mucho para no ser una madre como tú, que siempre elegía a uno de los hijos para apoyar por muy mal y recriminando al otro.

Ruth: ¡No tienes derecho a hablarme así!  - indignado.

Any: Tengo el derecho y el deber de defender a mi esposo y padre de mis hijos de cualquiera, incluida la madre.  - Se levantó sin darle oportunidad a Ruth de decir nada - Cariño, es hora de nuestro vals.  Ella le sonrió a su marido.

Poncho: ¡Claro amor!

Las tres parejas se dirigieron al centro de la sala y empezó a sonar el vals.  Las tres flotaban por la habitación, felices y radiantes con sus maridos.  La felicidad era palpable y contagiosa para todos los que veían la escena.

Dul llegó jadeando y riendo, después de las fotos en el jardín y en el quiosco, se fue a la pista de baile arrastrando a Ucker y no paró ni un minuto.

Dul: ¡Nunca me había divertido tanto!  - gritó por encima de la música para hacerse escuchar.

Any se rió: nos fijamos en Dul, sobre todo después de los tres tragos de tequila que te tomaste.

Mai: ¡Menos mal que el vestido es difícil de quitar, de lo contrario tendríamos una tira aquí!  - Se rió al ver la cara de Ucker.

Chris: ¿Y por qué ustedes dos están callados dejando que Dul se divierta solo?  Besó el cuello de Mai.

Any: Tengo que cuidar dos pequeñas vidas aquí.  Él sonrió, frotándose el vientre.

Mai: y estoy guardando energía para más tarde.  Le guiñó un ojo a Chris sonriendo.

Aprendiendo amarWhere stories live. Discover now