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Mai llegó unos veinte minutos después.

Mai: Vine lo más rápido que pude Poncho.  - Entrar al apartamento sin ni siquiera mirar alrededor - ¿Puedes decirme qué pasó ahora?

Poncho no había explicado el motivo por teléfono, pensó que sería mejor que Mai estuviera cerca.  Solo señaló la esquina de la habitación con un movimiento de cabeza, todavía sosteniendo a Any en sus brazos, quien todavía estaba temblando.

Mai siguió su mirada y al ver a Claudia toda acurrucada, magullada y con la cara hinchada, volteó su mirada hacia Any, en el regazo de Poncho.

mai: que paso aqui?  - el tono bajo de la voz.

Poncho: No lo sé seguro, cuando llegué Any estaba encima de Claudia, golpeando con una furia incontrolable.  No sé de dónde sacó tanta fuerza este pequeño.

Mai se encogió de hombros: ira reprimida, Claudia atormenta a Any en la agencia durante mucho tiempo, utilizando su condición de hija de uno de los socios.  Cualquier acaba de explotar.  – miró a Claudia – y te juro que si Any no hubiera dejado este en tan mal estado yo habría terminado el trabajo.  - Se acercó a Claudia dándole unas patadas en la pierna para despertarla.

claudia: que?  - Levantó la vista para ver a Mai, protegió su rostro - No, por favor, te prometo que no me acercaré a ellos, lo juro.

Mai: La vaca incluso piensa un poco.  - miró a Poncho - ¿Me llamaste para sacar la basura?

Poncho sonrió: eres terrible Mai, pero para eso era.  No pienso dejar a Any, y la única razón por la que no llamo a la policía es porque Any ya hizo ese trato con Rojas.

mayo: entiendo  - sonrió y lo tomó;  celular en mi bolsillo - Pero nunca en esta vida dejaré pasar desapercibido este momento histórico.  Di queso Claudia.  - tomó varias fotos.

claudia: que haces?  Intentó taparse la cara, pero ya era demasiado tarde.

Mai se rió: grabando el momento y enviándoselo a Dul, me mataría si no compartiera esto.

Claudia gemía aún en el suelo, Mai se acercó a Any alisando el cabello de su amiga.

Mai: como estas gatita?  - Preguntó con calma.

Any levantó la cara del pecho de Poncho, los ojos rojos de tanto llorar: Creo que estoy bien.  - Miró a Claudia en la otra esquina - Me sentí tan enojado que no sé qué me pasó.

Mai sonrió: Yo tampoco lo sé, pero me encantó.  Está bien, está bien, descargaré la basura y luego volveré aquí.  - Se levantó - Voy a llamar al personal para que podamos hablar y relajar este ambiente.

Poncho: Sería bueno Mai, mi pequeña necesita distraerse.  - Le besó la coronilla - Deja a esta en su casa y llama a un médico para que la mire, no quiero problemas para nada después.

Mayo: no hay problema.  Voy a llamar a Rojas y contarle lo del allanamiento de morada y decirle que Any solo actuó en defensa propia.  Es probable que siga adelante con el viaje a Inglaterra.

Poncho: Eso sería genial.

Mai salió cargando a Claudia, y como era de esperar Rojas entendió la situación, conocía muy bien el temperamento de Any y Claudia y no necesitaba mucho para saber de quién era la culpa.

Mientras tanto, Poncho tomó a Any en sus brazos y subió al dormitorio, la dejó sobre la cama, llenó la bañera y la llevó allí.

Any: ¿vienes conmigo?  - preguntó ella, extendiendo su mano hacia él.

Poncho: ¿Y te puedo decir que no?

Se desvistió y metiéndose en la bañera se sentó detrás de ella.

Aprendiendo amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora