20

107 5 3
                                    

Levantarse a la mañana siguiente para ir a trabajar era mortal.

Poncho: despierta princesa, así llegarás tarde.  - Llamó por cuarta vez sin éxito.

Any: No quiero levantar al bebé.  - refunfuñó con el rostro escondido en la almohada.

Poncho se rió: pero hay que levantarse perezoso.  - Mordió su hombro - Tania ya preparó el café y yo estoy lista, solo te necesito a ti.

Any: te duchaste sin mi?  - Dijo toda ella con picardía levantando la cara para mirarlo.

Poncho: ¡Anahí!  ¿Apenas puedes abrir los ojos y ya estás pensando en ello?  - soltó una carcajada.

Any sonrió: soy adicto a ti.

Poncho: Está bien, sé que tengo calor, pero tenemos que trabajar.  - Le dio un beso.

Any: ¡Me voy!  - Dijo saltando de la cama.

Cuando llegaron al trabajo, cada uno fue a su oficina, pero Any no pudo evitar notar cuando Rojas llamó a Claudia.  "Es ahora", pensó.

Sala de Rojas

Rojas: Creo que es mejor ir directo al grano.

Claudia sonrió: se puede decir Octavio.

Rojas: Te cambié a la sucursal de Inglaterra.  - el rostro impasible.

Su sonrisa murió.

Claudia: como Octavio?  ¿Pero por qué?

Rojas: Tenemos una vacante allí y tuve una conversación seria con Anahi.

Claudia: tenía que ser ella, ¡siempre se interpone en mi vida!

Rojas se enojó: ¡hay que agradecerle niña!  Anahí podría haber abierto una causa penal contra ti, eso le traería problemas a la editorial principalmente porque tu padre es socio.

Claudia: ella no tiene cargo Octavio.  - trató de defenderse.

Rojos: ¡Imagínese!  Solo el médico, testigos e imágenes del edificio donde vive.  - Dijo cínico - Fuiste totalmente intrascendente, si no fuera por tu padre estarías despedido en vez de trasladado.

Claudia: Voy a hablar con mi padre, seguro que no estará de acuerdo.  - Haciendo el último intento.

Rojas: Eso ya lo hice, y dada la situación catastrófica que creaste, él está de acuerdo con tu traslado.

Claudia: ¡No me lo creo!  - Casi gritando, golpeó la mesa con la mano.

Rojas: Bueno, créeme.  Tu padre es un buen amigo mío, pero no permitiré que tu infantilismo destruya la imagen de la editorial.  - Hizo una pequeña pausa - Embarcas la semana que viene y no hay discusión.

Claudia: Pero Octavio...

Rojas: Sin más, Claudia, puedes irte.

Claudia salió de la habitación resoplando y resoplando, jurando que no resultaría así.  Anahi pagaría por ser la causante de este problema.

Al final del día, Any y Poncho fueron juntos a la AP, sin siquiera darse cuenta de que los estaban siguiendo.

Any: ¿a dónde vas amor?  - Preguntó cuando salió de la ducha y vio a Poncho en shorts, tenis y una camisa más holgada.

Poncho: Voy al gimnasio aquí en el condominio, hace tiempo que no hago ejercicio.

Any sonrió: está bien, me quedaré y prepararé la cena.  - lo besó cariñosamente - No le hagas caso a las chicas traviesas de allí ¿eh?

Poncho: Solo tengo ojos para ti pequeña – la agarró por la cintura besándola una vez más y luego se fue.

Any estaba en la cocina cuando escuchó el timbre de la puerta, esperando que quienquiera que fuera se fuera lo antes posible.

Cuando abrió la puerta se sorprendió al encontrar a Claudia irrumpiendo en su apartamento.

Claudia: ¡No puedes quedarte con la lengua en la boca, no es tu vaca!  - estaba muy molesto.

Any: ¡mejor cuidado con las palabras que usa Claudia!  - contener la ira.

claudia: hiciste que me transfiriera a otavio, me jodiste toda la vida!  - gritándole a Any.

Any: arruinaste tu vida cuando decidiste meterte con Poncho, no me culpes si tu estupidez es tan grande que no puedes ni poner en práctica un plan!  - sonrió burlonamente.

Claudia: ¡No permitiré que me trates así!  - Siguió gritando como si tuviera razón.

Any: no estamos en el trabajo, estamos en mi casa y no fuiste invitado.  – se acercó a ella – Y tengo unas ganas locas de ponerte la mano en la cara por lo que le hiciste a Poncho.  ¡Pudiste haberlo matado Claudia!  - Cambió con solo pensarlo.

Claudia: eso es imposible, hice exactamente lo que dijo!  - gritó descontrolada e incrédula.

Any entrecerró los ojos: ¿quién es tu puta?  - un tono amenazante - ¡HABLAMOS PRONTO!  ¿ÉL QUIEN?

Claudia: ¡No es asunto tuyo!  ¡Nunca le haría daño a Poncho, lo quiero para mí!  - Se acercó a Any tratando de golpearla.

Any movimiento previsto y esquivado, provocando que Claudia perdiera el equilibrio, cayendo al suelo.

Any: ¡NUNCA MAS TE ACERQUES AL PONCHO!

Ni siquiera Any se dio cuenta cuando estaba encima de Claudia, abofeteándola y dándole puñetazos en la cara, la ira y el miedo por lo que le pasaba y le podía pasar a Poncho la cegaba tanto que no podía detenerse.

Claudia trató de cubrirse la cara con las manos, pidiéndole a Any que se detuviera, pero sin éxito.

Any siguió con bofetadas y más bofetadas, le dolían los brazos y las manos por la fuerza empleada, pero no cedía.

Any: ¡podría haber muerto!  - gritó con rabia sin desfallecer - ¡Te odio!  ¡Odio!

La sesión de bofetadas solo se detuvo cuando Any sintió que alguien la levantaba, al girar vio a Poncho, su rostro mostraba lo asustada que estaba por la escena.

Poncho: ¡Anahí!  – Parpadeó un par de veces mirándolo a él y luego a Claudia tirada en el suelo.

Su boca estaba cortada y sangrando, sus ojos comenzaban a hincharse y lloraba de miedo y dolor.

Poncho: que paso princesa?  - la voz baja tratando de tranquilizarla.

Any: casi te mata.  - escondió su rostro en su pecho y comenzó a llorar sin poder explicar nada más.

Sin saber qué hacer, Poncho la tomó de un brazo y con la mano libre sacó su celular y llamó a Mai.

Claudia: ¡Está loca!  - habló por primera vez - ¡Mira lo que me hizo!

Poncho: Si lo hizo fue porque te lo merecías.  - La voz fría y dura - Alégrate que llamo a Maite para que te ayude, porque si llamo a la policía más allá de la denuncia que me hizo, registraré allanamiento de morada.

Claudia se sobresaltó, y casi sin reaccionar, se acurrucó en un rincón de la habitación, esperando a Mai.

Aprendiendo amarWhere stories live. Discover now