14. Problemas ✨

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Harry había estado frustrado toda la semana.

Desde su pelea en casa de los Wesleay había tenido una ligera tensión que desaparecía cuando veía a su hijo y su Dragón, pero entonces llegó Percy hasta su oficina dejándole un documento donde demandaba la custodia de su hijo para que  pasará totalmente a su familia.

Ron intentó calmarlo diciéndole que eso había sido idea de Percy únicamente, su madre medio lo había secundado pero nada oficial. Percy quería la custodia para él alegando que su sobrino no podía vivir con un mortífago purista en casa.

Harry pudo haberle contado esto a Draco pero cada que entraba a casa y lo veía sonreír y reír con su bebé se arrepentía.

¿Cómo podría ser capaz de quitarle esa alegría?

Conocía muy bien a su dragón como para saber que lo primero que pasaría al decirle es que se culparía, diría que Percy tenía razón y terminaría por irse de su lado en busca del "bien estar" de ambos Potter.

Draco podía parecer muy narcisista y egocéntrico pero en estos meses Harry había descubierto que no era así. Draco estaba dispuesto a sacrificarse antes de tener que ver sufrir al resto.

Lo había echo por sus padres, no quería que lo haga por el también.

Así que calló.

Continúo sus días con total normalidad, recibiendo cada día un documento nuevo sobre la demanda, vociferadores y hasta la visita del departamento de familia a su oficina para interrogar el por qué de la demanda.

Hermione le había aconsejado conseguirse un abogado pero Harry estaba seguro que no era para tanto. O así fue hasta que el departamento de familia vino acompañado de dos se sus compañeros aurores y lo encerraron en el cuarto de interrogación.

Respondió todo lo que puedo, siempre dejando en alto el nombre de Draco Malfoy y dejando en claro que su único papel en casa había sido el de una madre para James. Peleó durante las siguientes cuatro horas para que no les hicieran una vista domiciliaria pues creía que esos solo alteraría a Draco, sin mencionar que descubriría su mentira.

Pero nada funcionó.

Dentro de tres días a cualquier hora el ministerio de familia iría a visitarlos a su casa.

Frustrado decidió que se iría a tomar un par de whiskys de fuego a ver si así se calmaba un poco, por eso que salió tarde y totalmente agotado.

Maldito Percy y sus contactos en el Ministerio.

Llegó a su casa al rededor de las diez y media, sobándose el cuello por la tensión que acumulaba, se había desabrochado el traje en el camino y dejó su escoba en la entrada con algo de fuerza.

Estaba frustrado, solo quería ver a su Dragón y a su hijo para estar en paz un poco.

Pero la casa estaba a oscuras, un ligero brillo provenía del comedor asi que fue hasta allá y se sorprendió al ver las velas a medio derretir, la cena se veía fría y el hielo que rodea a la champaña estaba echo agua pero nada le rompió más el corazón que ver a Draco recostado en la mesa, areglado de pies a cabeza como un modelo de revista, totalmente dormido.

Su Dragón había preparado todo eso y el había llegado tarde.

— Draco — lo llamó moviendolo un poco — Draco despierta.

— Mhm ya voy, solo cinco minutos más — murmuró entre sueños

— Draco soy yo, arriba — volvió a hablar, esa vez consiguiendo que el otro abra los ojos.

— ¿Harry? — pregunto adormilado — ¡Harry!

Lo vio sentarse recto e intentar acomodar su cabello lo que lo izo sonreír un poco, pero entonces su pequeña naricita de botón comenzó a moverse como olfateando algo y vió como su mirada se vacío.

Mi sueñoWhere stories live. Discover now