27.Raro ✨

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El celo de Harry duró cuatro días, algo inusual puesto que el celo de un alfa duraba únicamente un día.

Severus, quien sabía del tema, les explicó que se debía a la falta de celo de Draco.

Habían tenido dos celos en uno.

Decir que Harry lo había follado en cada rincón de la casa es poco, Harry lo follo hasta en el jardín.

Tuvieron que cubrir los cuadros después de que Walpurguia les gritara por su poco pudor.

Pero eso solo izo que Harry lo subiera a regazo exponiéndolo al cuadro y lo follara duro y profundo tocando ese punto dulce dentro suyo que lo hacía delirar. Draco grito tan fuerte esa noche frente al cuadro de la vieja Black que a la mañana siguiente el cuadro estaba vacío

En el día 2 Harry descubrió los juguetes de Draco asi que mientras tenía a Draco en cuatro, con el pecho contra el colchón y las manos atadas por una de sus finas corbatas Harry aprovechó para meter un consolador de considerable tamaño junto con su pene en el apretado agujero de Draco.

- ¡Ah! Oh dios mío, si si- grito Draco.

Draco se sentía desfallecer, tenía dos penes llenando lo hasta el fondo moliendo su punto dulce mientras su pene se encontraba retenido por una liga en la base y un vibrador atado al mismo.

El dildo que tenía dentro también vibraba y Harry lo prendió gimiendo gustoso por la sensación nueva moviendo el juguete a la contraria suya, el salía y el juguete entraba luego ambos lo hacían.

Draco se sentía morir por la estimulación que tenía.

Maldito pervertido Potter.

Al final Harry sacó el juguete y arremetió con fuerza contra Draco pegándolo a su pecho, mientras una mano lo agarras por el abdomen la otra metía el dildo en su boca moviéndolo follando sus pomposos labios.

Cuatro días de follando como animales en todos lados, con juguetes y nuevos fetiches.

Draco se sentía en las nubes.

Pero todo debía acabar.

Cuando Harry sintió que su calor ya no estaba pidió que trajeran de regreso a James y se fue de la casa.

Draco no sabía si había echo algo mal, tal vez Harry seguía molesto y solo había ido a buscarlo por su deseo.

Pero Draco no dejo que esas ideas llenes su mente. En su lugar dedicó su día a ir de compras con su madre.

Compró nueva ropa para James pues estaba creciendo cada día más, le consiguió a Harry un par de trajes nuevos y para el busco unos cuantos conjuntos de seda con cuello en V pues quería lucir las marcas que su novio le había dejado.

- ¿Por qué Harry no te marco hijo? - pregunto su madre al ver su cuello impoluto.

- Aún no es tiempo madre.

- Están viviendo juntos hace cinco meses, crían a un hijo juntos y ya consumaron su unión ¿Por qué no marcarte?

Draco no respondió. Debía admitir que más de una vez los dientes de Harry rozaron su cuello, la primera vez se detuvo por la extraña sensación de sus colmillos creciendo y Draco lo entendió pero las siguientes había algo en la mirada de Harry, una incomodidad que no lo dejaba ir más allá.

Había querido preguntarle pero cada que sacaba el tema a colación Harry solo besaba hasta follarlo y hacerle olvidar.

Cuando el calor se fue quiso tocar el tema otra vez pero este ya se había ido.

- Hijo ¿Todo bien con Harry? - ambos tomaron asiento en una banca.

- Si madre, ¿Por qué lo preguntas?

- Cariño podré estar vieja pero no ciega, ni bien terminó tu celo Harry apenas si está en casa.

- son cosas del trabajo madre, ser Auror no es nada fácil - lo defendió el rubio.

- Sabes hijo, tu padre jamás trajo problemas del trabajo a la casa y la única ve que lo izo ya viste como acabo - Draco se estremeció ante el recuerdo del señor oscuro en su casa

- Madre, tenemos una vida muy ocupada, entre las cosas de la casa, James, sus citas al médico y el trabajo de Harry apenas si tenemos tiempo para nosotros.

- ¿Qué te parece si hoy yo cuido a James y así pueden deshacerse de toda esa tensión?- ofreció su madre

- No estaría mal.

Con ese nuevo plan emprendieron una segunda ronda de compras, velas, manteles, comida, flores , todo lo necesario para una cita perfecto.

Solo faltaba un detalle, bueno dos.

El primero era un regalo, tras hablarlo con su madre concluyeron que Harry no tendría ni idea de cómo cortejar a Draco como a un sangre pura así que sería el quien cortejara a Harry.

¿Pero que le compraba a alguien que ya lo tenía todo y que no quería nada?

Lo pensó una y mil veces hasta que dio con lo ideal, un relicario. Colocaría dentro la foto de Draco y James y en el otro buscaría encoger alguna de los padres de Potter.

En la parte delantera del relicario mandó a grabar la constelación por la que llevaba el nombre.

Cuando se lo entregaron un par de horas después Draco estaba fascinado con el obsequio.

Su padre estaba con James así que solo volvió a casa para dejar las cosas y alistar la maleta de su bebé.

Pero algo lo detuvo.

Unas voces, alguien discutía.

En el cuarto de Harry.

Dónde dormían juntos.

Dónde estaba su nido.

Con cautela caminó hacia la habitación, tal vez izo y uno que otro ruido al tropezar con un juguete de James pero nada le impidió que abriera la puerta sin tocar solo para encontrar su peor pesadilla.

Ginny Wesley con un delgado camisón echada sobre su nido.

Creía que nada podía ser peor

Pero si fue.

Cuando vio a Harry salir con una toalla en la cintura del baño.

- Draco, esto no es lo que parece- se apresuró a decir Harry

- Cariño, ¿Qué hace este mortífago en nuestra casa?- pregunto Ginny con una voz demasiado melosa.

- ¡Cállate Ginebra!- gruñó el alfa

Draco tenía dos opciones. Dejar que su lado dramático lo dominara y malinterpretar lo que estaba sucediendo o dejar que su novio se explique y le de una razón lógica a toda la situación.

Lo más razonable era ir por la logia explicación pero su lado Omega, ese pequeño diablillo dramático solo quería hacer una escena, tomar a su cachorro y largarse de ahí.

Cuanto agradecía que James estuviera con Lucius y no con ellos.

- Potter, tienes exactamente cinco minutos para explicarte - dijo con una voz neutra y sin emociones

- me tomara más que eso.

Mi sueñoWhere stories live. Discover now