Mi sueño

19. Accidente de magia✨

Draco entendió que no importaría cuanto lloran James y él, al final Harry tendría que irse a aquella misión pues había estado haciendo trabajo de oficina por los últimos seis meses y guste o no ese no era su trabajo.

Así que Draco se armó de valor y colocándose su mejor máscara fue a despertar a Harry, al principio se mostró malhumorado, renegó, grito y maldijo pero cuando su rubio dragón se puso frente a el con el ceño fruncido y llamándolo gryfindor cobarde Harry se recompuso, no por el insulto, si no por qué sabía que su dragón estaba siendo fuerte por ambos y el tendría que retribuir esa fortaleza obedeciendo.

La despedida fue dolorosa, Harry ya había comenzado a convertirse en un alfa así que la sobreprotección sobre su familia cada vez era mayor sobre todo con la amenaza constante que era Percy Wesley.

Con la premura del viaje tuvieron que hacer varios cambios como cancelar la cita con el médico en suiza claro está eso no calmo ni un poco las dudas de Draco y Harry, el rubio se había dado cuenta que la transformación en alfa de Harry era lenta e intensa, cada cambio era abrupto y extraño como por ejemplo Harry podía gruñir y tenía una fuerza sobrehumana pero aún no soltaba su aroma lo que preocupada a Draco cómo Omega sobre todo con la separación.

Su Omega necesitaba el aroma de su pareja, sobre todo cuando esté se iba, de haber tenido olor le hubiera pedido a Harry que aromatizar su bello nido pero solo podía conformarse con el tenue aroma natural de Harry que probablemente desaparecería en cuestión de horas.

Otro que crecía lento era James, con seis meses Draco podía considerarlo un bebé pequeño y no es que fuera un experto en bebés pero una vez a la semana solía juntarse con un grupo de mamás en el parque cerca a su casa y sus bebés se veían más grandes que James, no es que Harry sea muy alto así que lo dejó pasar pero como toda mamá se ha IA preocupado al ver que su hijo no hacía lo que otros niños. Para esta edad la mayoría ya comía papillas pero James el sistema digestivo de James se engaña a digerir cualquier cosa que no fuera su leche, no es que no les gustará, se las comía muy a gusto pero un par de horas después regresaban por dónde entraron y eso preocupaba mucho a Draco, el doctor le había dicho que era normal, que algunos niños como James se desarrollaban más lento, que siguiera el pecho pues era saludable y ayudaba al núcleo mágico de James que seguí algo débil.

Y esa era otra preocupación que ahora, sin la distracción de Harry, Draco había comenzado a sobre pensar y es que habían noches dónde recordaba la primera vez que vio a James, tan pequeño y débil, atado a tantos cables  y recibiendo tantas opciones que estaba seguro que si lo agitaba su pancita sonaría. Su piel era demasiado blanca, aún para un Wesley y recordaba como su pecho subía y bajaba con esfuerzo cuando lo intentaba alimentar pues de ahogaba demasiado.

La primera vez que lo alimento sin luchar Draco lloró en los brazos de Harry, James tenia tres meses y había tomado de ambos pechos sin ahogarse ni detenerse, todo sosteniendo su dedo.

Su pobre y valiente bebé.

Ahora James había comenzado una nueva etapa, los arrebatos mágicos, pequeñas muestras de magia como transformar algo, cambiar algún aspecto físico y hasta causar pequeños estallidos o temblores, era normal en bebés, pero James como en todo era especial.

Su magia desequilibrada se revelaba contra el, siempre terminaba lastimándolo o asustándolo, usualmente Harry y el se repartían el tiempo para no dejar al bebé solo pero ahora Draco no tenía ojos extra pero aún así decidió seguir con su rutina.

Ese día Draco estaba cocinando una papilla que vió en un viejo recetario, algo con durazno y manzana que esperaba le gustará a James pero se distrajo leyendo otras recetas así que cuánto fue a por el agua caliente esta salpicó a su mano haciéndolo soltar aquel chillido involuntario que soltaba para llamar a su alfa y este está a tan sensible y desprotegido que su Omega chillaba por todo.