Engañoso ataque

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Zia revisó los retenes en su celular y encontró que todo estaba tal y como Ezra le dijo. Guardó el aparato y salió del cuarto con su mochila en la espalda; no bajaron más que lo necesario, lo demás seguía resguardado en el auto. Esperó a Sakura en el pasillo, pues quiso bañarse y seguro seguía guardando cosas. Cuando apareció, le dirigió una enorme sonrisa que él regresó causándole un sonrojo.

Después de lo que pasó no tenían mucho que hablar, la relación estaba ahí, solo que Zia se abstuvo de decirlo en voz alta por lo que pudiera pasar en Hong Kong.

—¿Lista? —preguntó.

Ella asintió y él entrelazó sus manos antes de caminar por el pasillo. Se fue asegurando mentalmente que todo estaría bien, solo tenían que pasar dos retenes en algunos puentes y luego alguien los esperaría en la estación de tren bala que los llevaría a Hong Kong.

Al llegar al vehículo acomodaron sus cosas. Tras subirse y arrancar, empezaron a viajar en un cómodo silencio que de pronto se veía interrumpido por exclamaciones de sorpresa de la castaña. Nunca había salido del país y estaba maravillada.

A pesar de ser una ciudad pequeña, el gobierno intentaba reconstruirla para atraer turistas y lugareños. Encontró al menos tres edificios nuevos en el trayecto y varios avisos que avisaban sobre una extensión del metro.

Pasaron los retenes sin problema, sin embargo,​ Zia notó que tenían escasos agentes y eso lo puso ansioso. Decidió no comentarle nada a su acompañante, pues no quería que se pusiera como antes de subir al avión.

Estaban a unos cuantos kilómetros de la estación de tren cuando lo vieron: Un retén que no estaba marcado; y en sí ese no era el problema, era la tecnología que estaban usando. Era el escáner que Akemi utilizó en Sakura el día que la conocieron.

—Zia —murmuró la mencionada con miedo al notar quién estaba al frente supervisando las revisiones.

Era Ignasi, aún no los veía, pero era cuestión de tiempo, estaban formados en la fila y faltaban escasos diez carros para que fuera su turno.

Zia miró hacia su lado derecho e hizo una fina línea con su boca, estaban sobre uno de los puentes altos que contaba con un carril de ida y uno de regreso, se vería muy obvio si se daba la vuelta en u para volver. Al llevar la mirada más allá, vio el río que corría en medio de Zhongxin road, la avenida que pasaba por debajo del puente.

—Tenemos que salir —dijo al quitarse el cinturón.

Sakura lo vio con desconcierto.

—¿Y luego qué?

Él se negó a verla, solo sacudió la cabeza.

—No quieres saber —musitó.

Ella lo vio confundida hasta que observó mejor su entorno y suspiró con pesadez intuyendo el plan. Tendrían que dejar sus cosas en el carro, eso incluía la ropa nueva que Akemi le obsequió, sin mencionar que odiaba las alturas.

Zia solo tomó su celular y comenzó a teclear, no le preocupaba su plan porque el aparato era contra agua y lo necesitaría si quería llegar a Hong Kong. Tomó una foto del retén y se la envió rápidamente a Ezra, luego lo apagó y lo guardó en el interior de su chamarra.

—¿Lista? —preguntó recibiendo una sacudida de cabeza como respuesta.

El líder la vio consternado antes de girar y sacar de debajo del asiento dos gorras.

—Póntela —le pidió ofreciéndole una.

Sakura lo miró incrédula, con eso no iban a pasar desapercibidos, sin embargo, Zia suspiró y se la acomodó con cuidado.

El poder en unoWhere stories live. Discover now