Traición en varios niveles

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Después de ser espectadores lejanos, Egan y Lea se dirigieron a la sala común. Ezra les contó que entrarían al hotel con ellos para sacar a las personas del ala oeste, no pudieron evitar pensar que casi los estaban poniendo en bandeja de plata, pero aceptaron las órdenes en silencio.

Cuando entraron al lugar, encontraron a Aledis girando en una silla como si fuera una niña pequeña, al escucharlos entrar se detuvo y los miró con un gesto indescifrable.

Lea la vio con irritación, entornó los ojos y jaló el brazo de su hermano para que se fueran a otro lado.

—Me pregunto porqué no han hecho nada —exclamó Aledis antes de que pudieran salir.

Lea y Egan voltearon a verla con cejas arqueadas.

—No sé de qué hablas —alegó él.

La chica rio con sarcasmo.

—Ignasi tiene razón, son débiles —murmuró con media sonrisa.

Los gemelos la vieron con gestos serios antes de que él extendiera su mano y aparecieran en un cuarto oscuro.

—¿Ignasi te mandó? —Egan le preguntó, enojado.

Aledis miró a su alrededor con interés antes de incorporarse.

—Reiku me mandó —corrigió con desdén.

Los gemelos la vieron con desconcierto, si tenía órdenes directas de Reiku era porque pertenecía a los altos rangos.

—¿No nos cree capaces? —preguntó Lea al cruzar los brazos.

La otra chica se encogió de hombros y se paró frente a los gemelos.

—Reiku los quiere ya y ustedes se están tomando su dulce tiempo —ironizó.

—Hasta hace unos días no sabíamos que ella... —Lea trató de justificarlos.

—Ay, por favor, yo me di cuenta de sólo verlos interactuar —interrumpió Aledis y entornó los ojos para después negar con la cabeza. Con razón Reiku la envió, esos dos eran unos ineptos.

Egan cruzó sus brazos, ahora sí empezaba a considerar que el plan era matarlos a todos ese día que atacaron el pent-house.

—La pensábamos entregar en Shizuoka.

Aledis hizo un ademán de desinterés con la mano.

—Eso ya no importa, Reiku me ordenó tomar el asunto en mis manos y lo haré. —Sacó una pequeña pistola de su pierna y se la entregó a Egan—. Esto es para que la neutralizes, te diré cuándo actuar; espero que mínimo esto lo hagan bien.

El gemelo tomó el arma y notó que tenía un dardo en la punta, luego la vio con enojo.

—Dijimos que haríamos el trabajo y eso haremos.

Aledis asintió.

—Mañana tendrán su oportunidad de cambiar lo que Reiku piensa de ustedes, les aconsejo que hagan las cosas bien, ya saben que odia el fracaso y no da segundas oportunidades.

Egan movió su mano en forma circular y aparecieron de nuevo en la sala común.

La chica caminó a la puerta y salió del lugar sin dedicarles otra mirada mientras que Lea y Egan se vieron, él guardó la pequeña arma en su espalda.

—No necesitamos otra oportunidad —murmuró.

A pesar de lo conflictiva que estaba su mente, sabía que iban a hacer lo necesario para mantenerse en el lugar en el que Reiku los puso.

Pues el destino que les esperaba a los demás no era algo que quisiera vivir.

Pues el destino que les esperaba a los demás no era algo que quisiera vivir

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